Durante las primeras horas de la noche de ayer y exactamente a una semana del asesinato de Olga Inés Moyano, funcionarios judiciales, con la supervisión de la titular de la Fiscalía de Instrucción del Primer Turno, Silvia Maldonado, llegaron ayer a La Rioja 1951, lugar de residencia del presunto femicida, Osvaldo Alfredo Varela.
El procedimiento, de carácter técnico, tuvo como objetivo detectar probables manchas de sangre, no solo en el interior de la vivienda, sino sobre todo en el patio interno, el paso de salida hacia la calle.
Cabe recordar que los restos de la mujer fueron mutilados y embolsados en tres bultos que se dejaron en la cuadra siguiente.
Para tal cometido se recurrió, como ya se realizó con anterioridad, a la prueba con luminol, un compuesto químico que exhibe quimioluminiscencia, al emitir luz azul ante la presencia de un agente oxidante como ocurre con las manchas de sangre, aun cuando se encuentren secas.
Científicamente se explica que los investigadores forenses recurren al luminol en las escenas del crimen, pues este compuesto reacciona con el hierro presente en la hemoglobina.
Se sabe que la intensidad del brillo no indica la cantidad de sangre u otro agente activante presente, pero sí la distribución de las trazas en la zona inspeccionada.
Por otro lado se indicó que por esta razón se solicitó el corte de energía eléctrica en el sector peritado, a fin de poder observar precisamente los destellos y brillos de las probables manchas hemáticas.