Los plásticos son la familia de materiales más extensa y versátil que existe. Aunque a ojos no expertos pueda parecer que casi no hay diferencias entre ellos, existen miles de tipos diferentes, lo que les permite materializarse en formas tan distintas como envases, mobiliario o tuberías.
Imprescindibles para el bienestar y para la vida moderna, los plásticos también provocan una serie de impactos ambientales tanto en su fabricación como en su uso y en su descarte que los han convertido en un problema ecológico. Esta dualidad entre versatilidad de diseño y contaminación ha hecho de ellos uno de los principales focos de atención por parte de la ciencia de materiales y, por supuesto, una fuente de oportunidades para las empresas y diseñadores que han sabido encontrar en ellos una oportunidad para la ecoinnovación. Reciclables, reciclados, biodegradables, de origen natural… Una nueva generación de plásticos en sintonía con el medioambiente cada vez más al alcance de todos.
Los residuos de envases de plástico son, sin duda, los que presentan mayores complicaciones para su reciclaje ya que al estar mayoritariamente mezclados, los procesos de valorización pierden eficiencia. Hasta hace pocos años, por ejemplo, no estaba permitido utilizar plástico reciclado para productos con contacto alimentario como los envases, debido a que no se podía garantizar la seguridad del material. En la actualidad, sin embargo, ya existen botellas que incorporan el 50% de material reciclado, lo que supone un salto de calidad y un verdadero hito ya que hasta el momento tan solo se habían conseguido porcentajes del 15%. Este gran avance comienza a equiparar las posibilidades de reciclaje de plásticos como el PET a otros materiales convencionalmente reciclables como el vidrio o los metales. El cambio de la legislación ha permitido un desarrollo tecnológico que nos acerca cada vez más hacia la tan deseada circularidad de los plásticos.
Desde hace años existen procesos de reciclaje, conocidos como “open loop”, en los que se obtienen materiales con propiedades diferentes a los vírgenes y que tienen aplicaciones en otros sectores como en la construcción o el mobiliario. En España se desarrolló a finales de los años noventa un material denominado Syntrewood, empleado de forma habitual como estructura de sillas tapizadas, que sustituye a la madera laminada de una manera ecológica y con un gran potencial de mejora.
Los materiales ecológicos aparecen donde menos se esperan. La empresa Ecovative ha desarrollado, a partir de hongos, una tipología de materiales que sustituye a plásticos altamente contaminantes como la espuma de poliestireno o las resinas de formaldehído de una manera renovable, biológica y atóxica. De la misma manera que al fermentar leche obtenemos yogur, esta empresa americana ha conseguido fermentar materia vegetal y transformarla en un material que ya se usa para embalajes, para aislamientos de construcción o para tableros usados en mobiliario. Y la cosa no queda ahí, la prueba de que no es algo experimental es que hasta la propia Ford Motors está comenzando a utilizarlo en sus vehículos, tanto en paneles interiores como en el paragolpes.
Al igual que la naturaleza es diversa y es esa variedad de formas la que le da su belleza y eficacia, en los materiales, y más concretamente en el mundo de los plásticos, ocurre lo mismo. La diversidad de soluciones y de enfoques es la clave para alcanzar un modelo más sostenible de diseño, producción y consumo. Pensar que existe una solución única a cada problema es algo antinatural, por lo que apostar por una estrategia multicriterio es garantía de éxito. Ya sea profundizando en el reciclaje de materiales convencionales, logrando nuevas formas más ecológicas de producción o directamente aliándose con la misma naturaleza para lograr una simbiosis. Y lo apasionante es que ya comenzamos a disfrutar de los sorprendentes resultados de este proceso. Sabemos lo que ya tenemos, pero aun nos aguarda un futuro prometedor.