Como no encontraba lo que él quería en los juegos, ideó uno propio. Vendió 150 copias en menos de seis meses y ahora ya piensa en trabajar con una imprenta para relanzarlo en el mercado
Al último fin de semana, Martín Oddino lo dividió entre las presentaciones en peñas junto al grupo «Los Cuatro Elementos», del que forma parte, y la participación en la “Global Game Jam”, el evento de creación de videojuegos que se realizó durante 48 horas en la Tecnoteca. O podríamos decir que dividió el tiempo entre sus dos pasiones: la música y los juegos.
«Desde chico los juegos de mesa fueron un hobby, algo a lo que le presté mucha atención», comentó Martín. Y ahora, lo siguen siendo. Sin embargo, después de haber jugado a muchos, se dio cuenta de algo: «Había un estilo que yo quería jugar y no lo encontraba en ninguno. Por eso decidí hacerlo yo». Así, surgió Magus. «Empezó como un experimento, una versión de prueba que le mostré a mis amigos. Me dijeron de continuarlo, porque les gustaba mucho y entonces comencé a ir con el juego a encuentros y presentaciones en Córdoba y en Buenos Aires», relató el joven.
Esos primeros diseños y «bocetos rudimentarios», tal como él los define, surgieron en junio de 2014 y el proceso duró un año, hasta que en 2015, Magus salió a la venta. «Hice unas primeras 150 copias. Es un juego autoproducido, es decir, yo compro en cantidad los cartones para el tablero, las maderas cortadas con láser, todo. Y mando a imprimir todas las partes. Una vez impreso, lo armo yo, y también me encargo de venderlo y distribuirlo», explicó.
El juego, explicado por su autor
Magus pertenece a un género de juegos de mesa que se definen como «de mazmorras» (o dungeon crowl, en inglés). «Los juegos de este género, plantean un mapa, que en general es algo como un calabozo, y hay personajes que lo transitan con un objetivo. Muchos de esos están hechos para vender miniaturas, extensiones o contenido extra. Hay mucho merchandising. Pero con Magus tuve la idea de que se soporte solo, que no necesites nada más extra para jugarlo», comentó su creador.
Por otra parte, comentó que «no hay un malo en el juego», sino que todos son malos. «En general, en este género es uno contra todos, es decir hay un solo malo, y por eso son juegos cooperativos. En Magus no, por eso es más competitivo.
Martín contó que «en esta instancia, decidí parar y empecé a pensar en el método de producirlo en mayor cantidad, para responder a la demanda que tiene. La mecánica de la autoproducción tiene un límite, porque me pedían cantidades que no podía abarcar. Entonces decidí hacerlo mediante una imprenta de juegos, por lo cual van a producirse miles de copias».
Un apasionado de la estrategia
«De chico me gustaba el Clue, por nombrar alguno de los clásicos, porque planteaba una idea de deducción. Me aburría muchísimo con el Monopoly, por ejemplo, porque no tenía sentido lo que yo hiciera, todo dependía del azar. Si tenía mala suerte, perdía». Martín contó además que en la actualidad tiene alrededor de 40 juegos de mesa que guarda en su habitación, y afirmó «no hay ninguno abandonado», porque siempre los juego con sus amigos. «Me gusta apoyar lo nacional. Más de la mitad de los juegos que tengo son de producción nacional, de autores como yo, que los autoproducen».
Y el joven también aseguró que hay muchos otros juegos que diseñó, aunque Magus hasta el momento haya sido el único que salió a la venta. «Gracias a eso, generé una red de contactos y reconocimiento, sobre todo en Buenos Aires. Un juego que yo había diseñado va a salir a la venta dentro de poco tiempo. Es de cartas, aunque yo solo actúo como diseñador y una editorial se encarga de la producción». Son varios más los que según él, «quedaron guardados en distintas etapas de prototipo, hasta una futura publicación».
“No hay una pelea entre videojuegos y juegos de mesa”
Así lo planteó Emmanuel Rubio, quien fue parte de la organización de la “Global Game Jam” en la Tecnoteca y estuvo presente durante la entrevista con Martín. «El primer choque cuando a los chicos les presentás al juego de mesa es que no tienen el mismo control que en los videojuegos. No hay una pelea, una batalla, sino que falta cultura en juegos de mesa. Y si se los mostrás, pueden ver que encuentran más que en un videojuego. Algo que tienen estos juegos es el hecho de jugar frente a frente, tenés a la otra persona al lado, podés ver sus expresiones, sus emociones. Un juego online no importa cuántos jugadores tengas, no tenés esa misma conexión». Y Oddino agregó: «Los juegos de mesa tienen todavía, en Argentina, un estigma: de que son algo pasajero, que los jugás cuando se corta la luz. Son casuales, están pensados para que no demanden mucha atención».
En este sentido, Rubio destacó: «Por eso encontrás juegos para resolver en diez minutos, como el truco, o un juego del estilo de Magus, donde necesitás conocimientos previos de la temática, son juegos para pensar y de estrategia».