El facultativo oriundo de Ballesteros, que hace tres décadas atiende pacientes en Villa María, confluyó junto a sus hijos-colegas en un quirófano del Hospital Italiano de Córdoba. En comunión profesional colaboraron para dar vida 

Los momentos gratos de la vida son inolvidables, sobre todo aquellos que se comparten con los hijos.

Sin duda que lo que le ocurrió al doctor Oscar Bauk puede encuadrarse en una de esas situaciones que quedan instaladas en el corazón y la memoria.

Es que el facultativo, con más de 30 años de trayectoria en la ciudad, región y provincia, coincidió con sus hijos y también médicos de profesión, Gastón y Antonio, en un quirófano del Hospital Italiano de Córdoba.

Vale destacar que los Bauk, en equipo, tuvieron la enorme responsabilidad de hacer efectivo una trasplante de corazón. Es decir que ni más ni menos y en comunión, trabajaron unidos para dar vida.

“Se dio todo por casualidad, pasó que esta vez uno de los médicos del equipo estaba en un Congreso y se definió que me ayudaran mis hijos durante la intervención quirúrgica”, explica el especialista en este tipo de intervenciones.

“Los tres estuvimos en el quirófano, pero Gastón fue el que fue a buscar el órgano a Río Cuarto (la gestión se realizó en avión) y Antonio colaboró durante el momento del implante”, puntualizó.

Cabe destacar que Oscar nació en Ballesteros y tiene seis hijos. Desde sus comienzos como profesional se ha desempeñado en clínicas villamarienses y ha alternado con centros médicos de la capital provincial.

Actualmente el especialista en tórax y en cirugía cardiovascular que está radicado en Córdoba regresa a territorio villamariense (como desde hace tres décadas) todos los sábados para atender consultas de pacientes.

“Lo que nos pasó fue bueno y muy lindo. Ellos ya están impregnados de la tarea médica que hacemos, en la mesa (hogareña) nos la pasamos hablando de esto”, sostuvo.

“Un trasplante no tiene que ser el éxito de uno, sino del esfuerzo de todos y el logro se corona gracias a la voluntad del conjunto”, lanza el médico como definición, antes de comentar que comparte esta forma de ver las cosas con sus herederos.

“Con los chicos siempre conversamos de esto. Antonio está empezando a transitar por la Medicina, ya que es recién recibido, mientras que Gastón está haciendo su residencia conmigo (es el jefe de residentes del Hospital Italiano), ya que gracias a la autorización del Consejo de Médicos yo puedo formar gente, en este caso a mi propio hijo”, explica el profesional que también desarrolla tareas docentes en la Universidad Nacional de Córdoba.

Al referirse a la operación que los tuvo como protagonistas, Oscar detalla lo que cada uno tuvo a su cargo durante el trasplante.

“Gastón fue a buscar el órgano en un avión que realizó el traslado en 20 minutos. Esta labor es vital, ya que necesitamos que el tiempo de isquemia sea lo más reducido posible. En concreto, Gastón se ocupó específicamente de la ablación”, precisa el reporteado por este matutino.

“Antonio que ha terminado en estos días, tiene su título de médico clínico recién recibido. El colaboró al momento de implantar, función que fue enteramente mía”, definió el líder de los Bauk.

“El hecho de que nos hayamos encontrado juntos en una sala de operaciones es notable y muy bueno, como lo es también contar con una infraestructura hospitalaria que asegura un servicio de calidad”, concluyó.