Se trata de Marcelo Moreno, de Villa Nueva, y Walter Doffo, de James Craik, quienes fueron juzgados por “lesiones leves calificadas” y “amenazas”, entre otros delitos. El primero seguirá en la cárcel mientras que el craikense pudo recuperar la libertad
Un carpintero villanovense y un camionero oriundo de James Craik fueron condenados ayer por hechos de violencia de género en contra sus respectivas parejas, pero recibieron diferentes condenas, a tal punto que uno de ellos pudo recuperar la libertad ni bien concluyó el juicio.
En una de las audiencias, Marcelo Fabián Moreno (46) fue declarado autor responsable de “amenazas”, “lesiones leves calificadas”, “daño” y “desobediencia a la autoridad” en perjuicio de Silvia Cervi, con quien convivió más de una década, y le impusieron una sanción de un año de prisión de cumplimiento efectivo.
En el otro juicio sustanciado en la Cámara del Crimen local, Walter Ariel Doffo (56) fue hallado autor responsable de “amenazas reiteradas”, “coacción” y “lesiones leves calificadas”, en contra de Valeria Fernández, y recibió una pena de dos años de prisión de ejecución condicional, lo que le permitió obtener la libertad luego de permanecer casi siete meses entre rejas.
Golpes y algo más
Marcelo Moreno fue detenido el 5 de marzo pasado, poco después de golpear y amenazar a Cervi en el marco de una violenta disputa verbal que incluyó otros “condimentos”.
En efecto, la pareja domiciliada en la vecina ciudad comenzó una discusión y en medio del intercambio de palabras, el agresor tomó el teléfono celular de la mujer y lo arrojó al suelo, dañándolo severamente. Tras cartón, arrastró a Silvia hasta el dormitorio, donde le dio varios golpes de puño e incluso la amenazó, pero ella lo mordió y pudo escapar antes de que la pelea pasara a mayores.
La víctima se dirigió a la sede policial villanovense y regresó a su domicilio junto a dos efectivos, quienes intimaron a Moreno para que se retirara de la vivienda ya que estaba vigente una orden judicial de restricción de acercamiento que le impedía acercarse a su exconcubina o mantener cualquier tipo de contacto con ella.
Sin embargo, en momentos que el irascible carpintero se encontraba guardando algunas prendas de vestir de su pertenencia para llevárselas, empujó a uno de los policías y se abalanzó sobre la mujer con la intención de volver a golpearla, pero la rápida intervención de los uniformados evitó la nueva agresión y determinó en la detención del sujeto, quien permanece privado de la libertad desde entonces.
A poco de comenzada la audiencia y tras la lectura de la pieza acusatoria, Moreno se declaró culpable e incluso dijo estar “arrepentido” por lo que le había hecho a su expareja, con la que tiene un hijo. La confesión posibilitó que el juicio se realizara bajo la modalidad de trámite abreviado, por lo que el fiscal Correccional, Horacio Vázquez, y la defensora oficial Silvina Muñoz, coincidieron en pedir la misma condena (lo habían pactado previo al juicio), luego impuesta por el camarista René Gandarillas.
Como Moreno cumple hoy siete meses de prisión, con buena conducta y una pericia psicológica favorable podrá solicitar la “libertad condicional” el próximo 5 de noviembre, fecha en la que estará en situación de solicitar la excarcelación.
Convicto primario
Walter Doffo, alias “Ombú”, llegó a la audiencia de la víspera en calidad de detenido, pero como la condena aplicada fue en suspenso, pudo recuperar la libertad luego de casi siete meses.
En su caso, a mediados de marzo agredió físicamente a su expareja luego de mantener una violenta discusión en una vivienda de James Craik, de donde ambos son oriundos.
Como el iracundo camionero también se declaró culpable de los hechos, el juicio se abrevió, omitiéndose la recepción de pruebas testimoniales.
A la hora de los alegatos, tanto el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, como el abogado defensor, Iván Rivarola, coincidieron en pedir la misma pena, producto de un acuerdo previo entre las partes.
La ausencia de antecedentes le permitió a Doffo acceder a una condena en suspenso y, con ella, la libertad, aunque también se fijaron algunas reglas de conducta que el transportista craikense deberá cumplir a rajatabla. De otro modo, la condicionalidad de la pena quedará sin efecto y tendrá que cumplirla de manera efectiva.