Colón, que anotó cuatro goles en apenas 23 minutos, superó 7 a 1 de local a Juventud de Ausonia y continúa como escolta en su zona
Escribe: Juan Pablo Morre
Con plena eficacia y jerarquía individual, Colón liquidó rápidamente lo que se preveía un trámite complicado y terminó goleando 7 a 1 de local a Juventud River de Ausonia, recuperándose así de la caída en el clásico, siete días atrás.
Fue el triunfo más amplio del Rojinegro en el campeonato, que logró superarse a sí mismo de aquel 5-1 que le anotó a 9 de Julio dos fechas atrás, también en el reducto cabralense, y que lo ratifica como uno de los mayores protagonista de la Zona Sur, ubicándose escolta de su archirrival, Rivadavia.
Con dos desfachatados como Martín Barrionuevo y Matías Sambrana, apuntalado por el siempre criterioso José Navarro desde la línea media, Colón fue una aplanadora en la primera media hora de juego, anotando cuatro goles en tan solo 23 minutos, un dato estadístico que, buscando en los archivos históricos, se cuentan con los dedos de una mano.
Tal fue la contundencia de Colón (en todo momento buscó, con un activo Navarro, imprimir su juego veloz y vertical por las bandas), que a los dos minutos anotó el primer gol de la tarde con un remate seco y ubicado de Lucas Morre, quien captó un pase atrás tras una acción que nació en pelota parada.
Ese gol, en lo espontáneo, animó a la Juve; apuntalado por Mayco Rodríguez, el huésped mostró interesantes triangulaciones y le provocó inconvenientes al anfitrión. Es que, ante la distancia que había entre sus líneas, Colón se vio obligado a frenar los avances rivales con infracciones, y se vieron varios centros al área defendida por Pedernera.
Igualmente, con una defensa muy expuesta y con marcados errores en las coberturas que evidenció la visita, la sensación del juego era que, en un ataque a fondo, Colón iba a tener sus posibilidad de ampliar la ventaja.
Y así fue. A los 16’, Colón hilvanó una contra letal, tras un tiro libre a favor de Juventud. En una acción que tuvo continuidad ante un acierto arbitral de no sancionar una mano en el borde de área del local tras el tiro libre, le permitió a Sambrana encabezar la réplica y abrió a la izquierda para que el veloz Barrionuevo dejará dos rivales en el camino y, ante las narices de Pérez, le cedió el gol a Sambrana: 2-0.
A continuación, con el desequilibrio individual de Barrionuevo, sumado a la enjundia y sagacidad de Sambrana, el Rojinegro terminó de sellar el triunfo previo a la media hora. Es que, tras el reclamo (acertado) por un offside a Mellano (estaba habilitado) de la visita, el anfitrión sentenció todo en un par de minutos letales, que además derrumbó anímicamente al rival, por el contexto de las acciones.
A los 22’, Guillermo Carbajal, en su afán de despejar un centro al área, envió la pelota al fondo de su propio arco (3-0) y, segundos después, Barrionuevo quitó la pelota tras el saque del medio y, a pura magia, habilidad y destreza con el esférico, definió excelentemente para el 4-0.
En tan sólo 23 minutos, Colón tenía todo resuelto.
A partir de allí, el partido ya no fue tal con un rival diezmado anímica como futbolísticamente como Juventud, y un Colón regulando y, esporádicamente, explotando a fondo sus ataques.
Ante esto, el trámite sólo brindó tiempo para que el marcador se siga ampliando; a los 33’, Sambrana, tras quedar de cara a los defensores rivales, no dudó, apostó al uno a uno y con viveza definió cruzado ante un atónito Pérez: 5-0.
En la siguiente, Mellano ganó en el área rival y, con un cabezazo direccionado, anotó el descuento (5-1) y tras el entretiempo, Mayco Rodríguez, para remarcar la mala tarde del elenco de Ausonia, marró un penal (tras falta de Ripa a Mellano).
Tras ese penal, se volvió a activar Colón porque volvieron a ser incisivos Barrionuevo y compañía, y llegó al sexto gol (6-1) que anotó el goleador Ramiro Giraudo, con precisa definición desde un ángulo muy cerrado y tras eludir al arquero rival.
Con todo definido, y con ambos técnicos ubicando todas las variantes posibles, recién en el cierre de la tarde Kevin Plaza, con una precisa ejecución tras un penal, selló el 7 a 1 final.
Colón goleó, gustó y volvió a la victoria, con una producción y una ubicación en la tabla que entusiasma, de cara a la definitoria segunda rueda del campeonato.
La figura
Martín Barrionuevo Desde sus pies, Colón selló la victoria; indescifrable para su marcador, resultó imparable a través de su habilidad en velocidad. Asistió, tras notable acción previa, en el segundo gol, y anotó el 4 a 0 con una sutil definición una excelente maniobra individual.
El árbitro
Mauricio Mercol Inobjetable actuación. Ubicación para visualizar las acciones, criterio y entendimiento para sobrellevar un juego de rápida definición y correcto en los penales. Aplicó bien la continuidad del juego. El único yerro fue un offside a Mellano (estaba habilitado), que marcó el segundo asistente, previo al tercer gol del local.