El expresidente del comité de circuito de la Unión Cívica Radical en la ciudad analizó que “lo que está en marcha a nivel nacional es una restauración conservadora” y criticó duramente su partido
Daniel Azcona estaba totalmente seguro cuando presentó su renuncia como presidente del comité de circuito de la Unión Cívica Radical de Villa María, en disidencia con la inclinación absoluta del partido hacia el espacio Cambiemos, horas después de la victoria de Mauricio Macri.
Ahora, a prácticamente un mes de entrado el nuevo Gobierno, el referente de la UCR asegura estar “mucho más convencido que antes” de la decisión que tomó.
“Lo que está en marcha en el plano nacional es una restauración conservadora que no comparto desde ningún punto de vista”, analizó Azcona, quien fue muy crítico con el papel de su partido político.
“Me parece que el partido político como tal ha dejado de tener sentido, sobre todo cuando estamos hablando de la UCR, un partido con una trayectoria histórica”, opinó, y fue contundente al responder sobre el papel que está teniendo la UCR en el nuevo Gobierno de Cambiemos: “Yo diría que es un papel patético, un partener secundario y que fundamentalmente todavía no ha advertido que la gente del PRO, los que comandan este proceso, lo que les quedaba era el escollo de la UCR para llevar adelante esto. Hace algunos años lo hicieron con el Partido Justicialista, tratando de cooptarlo, y de poner a disposición de ese proyecto un partido popular, y ahora el escollo que les quedaba era la UCR, había que someterlo de alguna manera para que sirva a los fines de esos poderes fácticos”.
Azcona remarcó que “el radicalismo ha sido arrastrado a esta restauración conservadora sin miramientos, en función de intereses personales u objetivos personales, por lo que tampoco puedo compartirlo a eso”.
En ese sentido, reafirmó que hay decisiones tomadas por el nuevo Gobierno “que obviamente no comparto por cuestiones ideológicas y doctrinarias”, y expresó que “cada paso que se da es un paso atrás en el desarrollo incompleto, inmaduro, con excesos, con defectos, pero un desarrollo al fin que nos daba cierta autonomía como Nación”.
En ese sentido, manifestó que con las medidas adoptadas “lo que se trata es de alinear a los intereses del país con los intereses de una cúpula empresarial que no va a tener miramientos”. “En definitiva, la política de endeudamiento que se ha adoptado me parece que nos dice claramente que estamos en un proceso de restauración conservadora y de lo que la Unión Cívica Radical no va a poder recuperarse en mucho tiempo”, sentenció.
“El hecho del endeudamiento, el hecho de hacer movimientos en dirección de congraciar con factores del poder, para decirlo más claramente, los capitales de la industria antes mandaban delegados a los gobiernos, ahora ellos directamente son protagonistas. Donde revises, en todos los ministerios, hay un representante de los intereses del poder fáctico de la Argentina que fundamentalmente están vinculados con el dinero”, enumeró sobre lo que más le ha chocado del nuevo Gobierno nacional.
En el plano local
Cuando Azcona mira hacia el ámbito local y se refiere a aquellos representantes de la oposición que hoy forman parte del Concejo Deliberante, donde hay representantes de la UCR, asegura que “es un colectivo que lo tengo bajo observación”, porque “en definitiva hay muchas ideas con las cuales no hay coincidencia plena, así que hay que ver cómo se encaran ahí las negociaciones”, pero advirtió: “Hay que se observadores en cuál es la diferencia entre negociaciones y negociados”.
Por otra parte, indicó, sobre Martín Gill, que “si bien ha mostrado signos de diálogo”, apuntó que “me parece que el diálogo en ese caso se da con un partido que ha sido cooptado por intereses extraños o doctrinas ajenas que no tienen nada que ver con la trayectoria, con su formación o sus luchas”.
“Hay que darle un tiempo, recién empieza”, dijo sobre la actual gestión del intendente, pero sí resaltó que “debe completar todavía su elenco de gobierno, y debe liberarse de ciertas cargas dejadas por su antecesor, que me parece que es una carga relativamente pesada que habrá que ver cómo resuelve en el menor tiempo posible”. “Por ahora me parece un tembladeral y que está complicado, pero de todas maneras hay que darle un tiempo”, cerró sobre Gill y su gestión.