Conocer las necesidades y posibilidades adecuadas de cada vivienda y cada familia es una condición fundamental a la hora de elegir el sistema de calefacción que mejor se adapta a nuestro hogar.
Las opciones para calefaccionar la vivienda son cada vez más y novedosas. Cada una con sus propiedades, ofrecen ventajas particulares que dependerán de la ubicación de la vivienda, del tipo de consumo, del espacio donde se ubicarán las fuentes de calor, del aislamiento de aberturas y techos, pero sobre todo, de los gustos de cada usuario.
El tipo de conexión, la seguridad, la eficiencia, las tarifas, la distribución y las condiciones de consumo del sistema que se elija para climatizar son algunas variables que, junto a las anteriores, influyen en la decisión que hagamos: se trata de buscar la solución más eficiente para cada usuario, que pueda garantizar el máximo confort térmico en función de las condiciones de la vivienda.
Antes de pasar a detallar algunas opciones, es importante señalar que tan fundamental como elegir el sistema de calefacción adecuado son las precauciones y detalles que deben tomarse para que esa temperatura confortable se logre con bajo consumo energético y sin pérdida de calor.
Una alternativa que ofrece calor sano, parejo y que no altera la humedad del ambiente es la calefacción por agua caliente. Una caldera funciona calentando el agua que circula por las cañerías y se distribuye a unos elementos terminales, generalmente radiadores (instalados adecuadamente en todos los ambientes) o suelos radiantes. Cada vez más presentes en la arquitectura de hoy ofrecen excelentes resultados en materia de confort térmico.
En cuanto a los radiadores, que ofrecen una rápida conducción de calor al ambiente, pueden ser instalados en viviendas ya construidas y permiten regular la temperatura de cada habitación según las necesidades de los espacios. En tanto, el piso radiante es ideal para construcciones nuevas, teniendo en cuenta que la red de tuberías por donde circula el agua caliente se coloca bajo la carpeta. Al funcionar con agua calefaccionada entre 35 ºC y 40 ºC (temperatura menor que los radiadores) se produce un importante ahorro del 15% al 20% menos.
También con sistema de caldera se desarrolla el sistema de calefacción central por aire caliente; se efectúa por caños de aire caliente conectados a una caldera, que puede o no alimentarse a gas; debe ser instalada por debajo del primer piso de la vivienda para asegurar la circulación natural del agua caliente. El aire frío del interior o del exterior penetrará en la cámara y se convertirá en aire caliente cuando entre en contacto con las paredes calientes de la caldera. Ofrece la ventaja de calentar rápidamente un ambiente al encenderlo, aunque también, al apagarlo, el ambiente se enfría rápidamente, por lo cual son una excelente opción para los lugares que no se habitan de forma permanente.
Existen además, otros sistemas alternativos de aprovechamiento de la energía solar, que combinan un sistema de calefacción central con paneles solares.
Los sistemas basados en bombas de calor de intercambio geotérmico son otra novedad; utilizan el subsuelo como sumidero o como fuente de calor. La implementación es simple: se trabaja aprovechando la temperatura de la tierra, que a partir de los cinco metros de profundidad se mantiene entre los 12 y 15 grados todo el año. Se entierran sondas a 50 metros en el suelo que absorben el calor en invierno y lo disipan en verano. Estas sondas se conectan a una bomba de calor que generará la energía para proveer agua caliente sanitaria y abastecer los diferentes sistemas de climatización.
En tanto, las bombas de calor de intercambio aerotérmico, que condensan por aire, remplazan (en una sola central) los diferentes dispositivos convencionales (split, estufas, radiadores y calderas) para climatizar ambientes y generar agua caliente sanitaria.
En el contexto de las subas en la tarifas de gas, los diferentes sistemas eléctricos han tomado cierto protagonismo. El mercado ofrece varios modelos de estufas y calefactores que funcionan a base de electricidad. Su uso suele ser adecuado en habitaciones y salas pequeñas. Entre las posibilidades se destacan las placas radiantes, calefactores oleoeléctricos, convectores eléctricos, estufas halógenas, calefactores a cuarzo, termoventiladores, caloventores, fibra de carbono y radiadores portátiles; paneles eléctricos infrarrojos de bajo consumo, aires acondicionados frío-calor y también el piso eléctrico, que permite mantener las temperaturas deseadas en cada uno de los ambientes en forma independiente e inteligente a través de un sistema de instalación de cables calefactores de baja temperatura.
Respecto a las tradicionales estufas a gas, podemos diferenciar entre las de tiro balanceado y las de llama abierta. Son varios los modelos que se encuentran en el mercado, que se renuevan permanentemente para ofrecer mejores condiciones de ahorro energético (como termostatos) y seguridad. Estos sistemas calefaccionan por convección, son producto de la combustión producida. En el quemador el aire se calienta y asciende, desplazando el aire frío hacia abajo, el cual es absorbido por la estufa, iniciando así una circulación de aire que produce bajos niveles de dióxido de carbono. Un detalle a señalar es que los calefactores sin salida al exterior alimentan su combustión utilizando el oxígeno del ambiente y despiden el producto de combustión también al ambiente, razón por la cual no deben instalarse en baños ni en dormitorios.
Los tradicionales sistema a leña se destacan por su estética y calidez; estufas hogar y salamandras ofrecen un alto rendimiento térmico. Gracias a los avances tecnológicos en materia de producción y eficiencia, se están comercializando productos que conjugan el cuidado del medio ambiente y la salud con la necesidad de templar las viviendas. Se destacan, por ejemplo, las salamandras con sistema hermético de doble combustión, que logran calefaccionar los ambientes sin contaminar, manteniendo un control constante durante el proceso de combustión y garantizando un espacio libre de humo y gases.
Para cualquiera de estos sistemas que elijamos es importante que tengamos en cuenta el correcto aislamiento de ventanas paredes y techos, la ubicación de la vivienda y su superficie, así como de los gustos y prioridades de quienes habitarán los espacios calefaccionados. Solo restará entonces elegir el que mejor se adapte a nuestro hogar, conociendo las opciones disponibles en el mercado y sus características.