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Para entenderse mejor

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Para entenderse mejor

Hace poco, una investigación publicada en la revista Science, reveló que los perros tienen la capacidad de comprender el lenguaje humano y de escucharnos con atención, pero ¿y los gatos?, ¿también pueden hacerlo?

John Bradshaw, zoólogo experto en comportamiento felino de la Universidad de Bristol, Reino Unido, y autor de En la mente de un gato: nuevas respuestas de la ciencia sobre cómo piensa su gato (RBA), afirma que los gatos también pueden hacer asociaciones entre nuestras palabras y acciones, pero no pueden comprender su significado como es el caso de los perros.


Esa “comprensión”

Rosana Alvarez, veterinaria especialista en medicina del comportamiento del Centro Veterinario de Referencia de Bahía de Málaga, España, explica que la razón por la que los gatos no comprenden el lenguaje es porque no están tan unidos a los humanos.

 “Además de no entender nuestro lenguaje, no tiene la misma tendencia ni habilidad para observarnos. En general, el perro siempre está dispuesto a complacernos y el gato, a percibir su entorno como amenazante y esquivarlo”, dice.

Añade que aun así, se puede llegar a establecer un vínculo con ellos, sólo hay que disfrutar con la observación y la compañía que quieran brindar.

“Si el gato no está en buena predisposición, no lograremos que valore nuestras caricias, sino solo que se aleje de nosotros. Los contactos deben ser siempre breves, procurando no agobiarle, y las zonas en las que nos centraremos serán la cabeza, el mentón, la base de las orejas y la nuca. Respetando estas condiciones, la relación del amo con su gato puede ser muy enriquecedora”, sugiere.


El lenguaje corporal

Por otra parte, el zoólogo y etólogo Paul Leyhausen, en un capítulo del libro El nuevo libro del gato, asegura que para saber si el gato disfruta de nuestra compañía o está a gusto en ciertos lugares, hay que prestar atención a su lenguaje corporal, sobre todo en los ojos, orejas, posturas y posición de la cola. A saber:

Ojos: no debes mirarlo fijamente a los ojos porque lo puede considerar como una amenaza. Si te mira y parpadea despacio o entrecierra los ojos, quiere decir que se siente confiado. En caso de que las pupilas estén dilatas, puede significar temor aunque también podría ser excitación por jugar.

Orejas: si están giradas hacia atrás, entonces está irritado y si están planas, indica nerviosismo, miedo o ansiedad.

Posturas: rodar frente a ti es una muestra de reducción de la distancia o que quiere que le rasquen su pancita. Cuando está erizado, agachado o encorvado, con las orejas aplastadas, vocalizando y con la cola alta o baja pero doblada en forma de U, significa una amenaza defensiva. Si roza tus piernas y se sienta junto a ti, te está diciendo que está a gusto.

Cola: levantarla en vertical es señal de saludo, sacudirla significa enfado y mover muy rápido la punta, indica excitación. Un movimiento lento indica que está tomando una decisión, pero si está abajo, refleja miedo o amenaza.

Imita su saludo

Asimismo, Bradshaw, indica que para mejorar el vínculo, hay que aprender a imitar su saludo. Explica que cuando los gatos maullan, quieren llamar nuestra atención porque han aprendido que cuando lo hacen, acudimos inmediatamente a ellos.

Sin embargo, maullar no hará que él corra a nosotros, pero sí es bueno conocer que sonidos emite al relacionarse con otros felinos, a modo de salud y así imitarlo.

“Generalmente se trata de vocalizaciones suaves y tranquilizadoras, como para dejar claro que todos somos amigos”, dijo.