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Para ganar es necesario arriesgar

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Para ganar es necesario arriesgar
Barengo y Antonino, autores de los goles de la victoria, en un abrazo plagado de felicidad. Universitario sacó ventaja en Plaza Ocampo, pese a jugar con diez más de un tiempo

Universitario remontó un trámite complicado ante Silvio Pellico (malogró un penal) y le ganó 2-0 en Plaza Ocampo con diez hombres. Barengo y Antonino, los dueños del gol

Barengo y Antonino, autores de los goles de la victoria, en un abrazo plagado de felicidad. Universitario sacó ventaja en Plaza Ocampo, pese a jugar con diez más de un tiempo

Escriben: Beto Arce; Juan P. Morre; Diego Pellegrini (h)
Fotos: María Victoria Araujo

Para ganar es necesario arriesgar, aunque la situación se muestre adversa y el viento golpee contra el rostro. Eso fue lo que hizo Universitario para salir victorioso del partido de ida de semifinales ante Silvio Pellico. Parecía que la tenía “negra”, pero no se achicó, fue al frente con 10 hombres y obtuvo un generoso premio: 2-0.

El elenco de Bernadó construyó la victoria en función del movimiento de piezas obligadas y una demostración de fortaleza anímica cuando las cosas no estaban bien. Es que con el peor de los panoramas (penal en contra y expulsión de su arquero), salió ileso manteniendo el 0-0 y con el segundo tiempo por delante.

Silvio Pellico, en tanto, se mostró expectante y cauteloso, a la espera de lo que el encuentro pudiera ofrecer. Más allá de que a los partidos siempre hay que jugarlos, todo indicaba que en cuanto a nombres y funcionamiento colectivo, Universitario corría con ventaja. Pero en el fútbol todo puede cambiar en cuestión de segundos.

Sin ser arrollador la Uni marcó el camino con algunas llegadas: remate de Pratti sobre los 18 m que dio en el pecho de Oliva, suave definición de Barengo a los 20 m tras una gambeta, otro disparo del ex-Rivadavia que terminó en la parte exterior de la red (22 m) y un cabezazo de Moyano que el arquero controló en dos tiempos (38 m).

El Canario respondió en el final, dejando así una mejor imagen pese a que estuvo lejos de ser profundo. Fausto Quiroga lo tiró olímpico desde la derecha (38 m) y se fue apenas al lado del poste. Y en la siguiente acción, el primer estallido del juego. Facundo Quiroga intentó un centro que Picotti, en el afán de desviar, acercó a destino de gol. Mellano llegó antes que Morales a la pelota, pero el delantero desparramado por el choque, le vendió el penal a Banegas que le costó la roja al “1”. Increíble situación, casi sin querer. Ibáñez intentó romperle el arco desde los doce pasos pero su remate se estrelló en el poste que ya custodiaba Bachanini. Terminó mejor el Canario, porque en tiempo de descuento el arquero recién ingresado le tapó un mano a mano bárbaro a Oliva cuando se llenaba la boca de gol (47 m).

En los zapatos de Silvio Pellico: ¿buscar el gol y aprovechar la ventaja numérica, o aguantar el cero pensando en la vuelta? En el lugar de Universitario: ¿esperar y aferrarse al empate, o ponerla en el suelo para ganar? Las respuestas a los interrogantes fueron sucediéndose, pacientemente, en la medida que la conformidad llenaba las expectativas de cada uno en este partido.

El Canario creyó en la victoria y en los primeros minutos se llenó de ilusión: buen remate de Margaría tapado por Bachanini (3 m), tremendo derechazo de Ibáñez al travesaño desde fuera del área (4 m) y tiro libre de Flores que se fue cerca del poste derecho (10 m).

Con Antonino en cancha el planteo de Universitario creció en presencia, y aunque el Chino Moyano debió irse, al que mejor le salió la historia fue a Bernadó. En principio pareció quedar sin referencia en el área y con un hombre menos pintaba complicado. Pero tanto Pratti como Barengo tomaron el rol y metieron a sus marcadores en el área.

A la salida de un córner (19 m) Pratti reventó el travesaño con un exquisito remate y luego Layus se lo perdió sin marca tras el rebote. El propio 10 gestaría la apertura del marcador (29 m): aguantó, esperó el momento y asistió a Barengo, que con un gran toque definió cruzado. La pelota pegó en el poste, recorrió la línea y se transformó en el 1-0. Y en la siguiente (32 m) Pratti ejecutó un buen tiro de esquina que Antonino conectó con mucha autoridad para superar la resistencia de la pasiva defensa: 2-0.

No se animó Banega a cobrar la torpeza de Bernardi ante Pratti dentro del área (37 m), ya que la historia estaba resuelta. Y tuvo el descuento (39 m) nuevamente Ibáñez bajo el arco, pero su remate encontró el pecho de Bachanini.

Ganó Universitario porque fue al frente y lo buscó. Mastica bronca el Canario, porque sabe que estuvo cerca de llevarse algo para definir en casa, y debido a fallas propias y carencia de fe, no lo logró.

 

UNO X UNO

Universitario

Mellano: con poco trabajo en la primera etapa, la única que tuvo fue la del penal y dio la sensación que salió de manera apresurada.

C. Sanabria: uno de los más sólidos en la defensa, se las ingenió para hacer pie cada vez que la pelota iba a su sector.

Picotti: no tuvo mucha acción y cuando lo atacaron cumplió, aunque en el penal no alcanzó a despejar la pelota que luego terminó en el penal.

Layús: fue evidente que el rival lo dejaba salir jugando, por su sector, y el defensor eligió siempre mal. Defensivamente, cumplió.

Acosta: no tuvo tanta actividad. Le faltó más influencia por su banda.

Aguirre: hizo pie en el primer tiempo, pero no se destacó. Fue el que salió para que ingrese Bachanini.

Monetto: no tuvo tanta acción, aunque cuando pudo, entregó la pelota con el pase característico de su juego.

B. Sanabria: intentó desbordar en varias oportunidades pero, al igual que Acosta, no encontró los espacios para abrir la cancha.

Barengo: con su calidad, el delantero abrió el marcador. Marcando siempre la diferencia en la definición, le faltó algo de juego.

Pratti: fue el más activo en ofensiva, en ambos períodos. El zurdo asistió en los dos goles de los suyos. Fue uno de los mejores.

Moyano: sufrió la falta de juego de su equipo en el primer tiempo. Salió en el entretiempo.

Bachanini: ingresó para el penal, adivinó el palo del ejecutor (derecho) pero no tuvo incidencia. Tuvo tres o cuatro tapadas, que lo dejan en el podio de su equipo.

Antonino: orden cuando el rival atacaba y dinámica. Apareció dentro del área para decretar el segundo gol, de cabeza.

Cipolat: ingresó a falta de diez minutos para el final, tratando de cerrar los espacios en defensa.

Silvio Pellico

Ezequiel Oliva: nada que hacer en los goles; en el resto, poco trabajo.

Gastón Salas: mostró algunas complicaciones en los envíos cruzados, a sus espaldas. No tuvo claridad cuando avanzó por su sector.

Marcos Bernardi: se plantó bien y estuvo correcto en el juego aéreo; de todos modos, no llegó a cerrar en el primer gol y realizó la falta que derivó en el otro.

Facundo Quiroga: buen trabajo y, en el primer tiempo, gestó la acción que finalizó en el penal de su equipo. En el primer gol, Pratti se filtra por su sector.

Fausto Quiroga: cumplió, cerró su carril con marca firme y además mostró buena precisión cuando se proyectó por su costado.

Federico Ibáñez: trabajó mucho y bien en el retroceso pero, en lo particular, quedó marcado por su errática tarde: marró el penal, tiró un remate al travesaño y, en el final, tuvo el descuento con una chance a metros del arco, pero el arquero rival se le impidió con notable atajada.

Marcos Flores: tácticamente ordenado, correcto en los relevos y en la segunda jugada. Cumplió.

Javier Margaría: en su tándem con Flores, pudieron imponerse en el primer período y, además, cortó líneas con criterio. Igual, no pudo meter ese último pase.

Esteban Oliva: se apagó en el complemento, pero fue de lo más influyente en la etapa inicial, con su calidad individual y precisión en los pases. Malogró un mano a mano.

Nicolás Morales: gran movilidad en el primer tiempo, explotando espacios y colaborando en el plano defensivo. Desperdició la primera acción que tuvo el juego y recibió la infracción del penal. Se desinfló en el segundo tiempo y fue remplazado.

Martín Ledesma: mucha voluntad, enjundia y trabajo de espaldas. De todos modos, jugó poco dentro del área y no tuvo alguna oportunidad de gol.

Rodrigo Brusa: mostró pinceladas, pero no gravitó.

Fernando Pérez: entró ya en desventaja en el marcador, y actuó lejos del área.

Rodrigo Premet: jugó pocos minutos, con el partido ya resuelto.

La figura

Tomás Pratti

Fue determinante nuevamente para el equipo académico. Asistió en los dos goles y tomó la responsabilidad de controlar el balón ante el adverso contexto. Antonino (ingresó y marcó el segundo) tuvo un gran desempeño, al igual que Bachanini (remplazó al expulsado Mellano).

 

El árbitro

Hugo Banegas

Cumplió. Dirigió al trotecito y desde lejos. El resultado final dejó en segundo plano algunas fallas. No pareció penal -en una acción al límite y ultradifícil- de Mellano a Morales, por ende tampoco iba la roja.