Criticó el cierre de programas nacionales relacionados a la lectura y enfatizó en el rol de los medios de comunicación en la sociedad. Aseguró que la falta de lectura “no es un problema de los chicos, sino de los grandes que no leen”
Ante un Verdi cuasi colmado, el escritor chaqueño Oscar “Mempo” Giardinelli disertó en la apertura de las II Jornadas para la Transformación de la Formación Docente en Comunidades del Aprendizaje.
Su primera novela, “¿Por qué prohibieron el circo?”, fue prohibida durante la última dictadura cívico-militar, por lo que el periodista debió exiliarse en México. En 1993 recibió el premio Rómulo Gallegos en Venezuela y fue asesor ad honorem de distintos ministros de Educación.
En su exposición fustigó a la maquinaria multimediática nacional, habló del lenguaje, la lectura y la calidad educativa actual.
Un futuro incierto
Giardinelli se refirió en una parte de su ponencia a la situación actual de la educación en el país: “Si el modelo que se viene es el de una educación empresarial privatizada, en donde la educación pública sea una especie de subsistema para la mitad de sociedad, estamos mal”.
Mempo fue impulsor de programas nacionales como “Leer por leer”, “Leer la Argentina” o la colección del Bicentenario y reclamó en su charla el desfinanciamiento de líneas de fomento a la lectura.
“Se ha destruido el Plan Nacional de Lectura, que hoy es un sello con un par de funcionarios, ya que despidieron a todos los trabajadores del sistema.
Es particularmente grave que se discontinuó la compra y distribución de decenas de millones de libros a todas las escuelas y bibliotecas del país”, expresó el especialista.
Ante la mirada atenta de más de 600 docentes, directivos y estudiantes de carreras pedagógicas, Mempo no ahorró críticas a la hora de resumir el estado actual de la educación en el país.
“Si el presente ya es duro, con los docentes en huelga a cada rato, con el descrédito televisivo machacando a todo vapor, con decenas de miles de docentes confundidos y miles de papás y mamás también confundidos; el panorama es desolador”, sintetizó.
Seguidamente alertó que “la educación es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de economistas, empresarios, técnicos de dudoso espíritu democrático y charlatanes nunca desinteresados”.
Duro con los medios
Giardinelli decidió hace un tiempo no conceder entrevistas para medios digitales ni gráficos, “cansado de ser editado”, según comentó a EL DIARIO tras disculparse por no acceder.
La crítica a los medios de comunicación también fue tema de exposición. Al respecto, reclamó que “no puede ser que en la sala de profesores cada mañana se hable de Tinelli o de la señora Legrand”.
Calificó al sistema multimediático argentino como “una máquina de embrutecer”, y analizó: “Ese sistema convence a nuestra sociedad y la convierte en una sociedad frívola, sobrada de ignorantes, insolidaria, egoísta, por vía de la facilidad y la velocidad que ‘entretiene’”.
Relacionado al efecto que producen los medios en los usuarios, aseguró que “la educación no es un problema pedagógico, nunca lo fue”.
Giardinelli sentenció: “La educación es un problema político y está asociado a un problema sociológico”.
Castellano, no español
En un momento de su conferencia, que se tituló “Educación y crisis, y el lenguaje que hablamos”, se refirió a la lengua castellana y en primer término remarcó la intención que hay en el intento de confundir la denominación.
“No es un error inocente, es un error inducido. Llamarlo español fue la estrategia política del Gobierno español, que en los últimos 40 años buscó y consiguió universalizar la lengua mayoritaria de España.
Esta penetración guarda como principal interés geopolítico lo comercial”, enfatizó.
Mempo Giardinelli defendió el uso del castellano, que asegura integró a las distintas lenguas originarias, y analizó: “Muy pocos saben que ellos (los docentes) están enseñando la lengua castellana, pero casi todos creen que enseñan español”.
El escritor recordó que el castellano es, después del chino mandarín, la segunda lengua más hablada del planeta por el número de personas que la tienen como lengua materna.
“Hablamos el castellano que se habla en América”, dijo, resaltando lo identitario del idioma. “La lengua de un pueblo es su marca de identidad, es su huella digital”, agregó.
Palabras más, palabras menos
“Nadie habla del problema de la lengua en Argentina con el argumento de que no es urgente, negación que es importante porque se trata de inculcar en los docentes argentinos la conciencia de la lengua que hablan escriben, piensan y enseñan”, señaló Giardinelli.
Se estima que en un idioma de aproximadamente 90 mil vocablos se usan frecuentemente unos mil y en el caso de adolescentes apenas 200, en Argentina.
“Nuestros chicos hablan muy mal el castellano, escriben peor, y solo unos pocos padres desesperan al darse cuenta, mientras que el resto ni se da cuenta de esto porque ellos mismos hablan muy mal”, afirmó.
Para Giardinelli, el problema de la lectura “no es un problema de los chicos, es un problema de los grandes que no leen. Hacer leer a un chico es lo más fácil que hay”.
“La llamada lengua de Cervantes no es solamente esa formula. Es un resabio de colonización pensar que es eso nada más, como si el buen Cervantes fuera suficiente para definirnos.
El castellano también es la lengua en la que se expresaron Sarmiento, Echeverría, Borges, García Márquez y decenas de poetas, ensayistas y narradores”, concluyó diciendo el especialista, que fue aclamado por todos los presentes en la sala principal del Verdi.
A la hora de las preguntas, una directora de escuela contradijo a Mempo sobre el cierre de programas nacionales en su escuela y reclamó que “hay que darle tiempo” al cambio de Gobierno.
El especialista respondió con una visión global de la problemática nacional, citando a colegios del NEA y el NOA.