
El inmueble lo inaguró en 2000 el Instituto Provincial de la Vivienda, y pese a gestiones y reclamos en la Provincia no logran constituirse como propietarios. Aseguran que “se está viniendo abajo”, porque sólo la mitad de los 46 vecinos pagan las expensas

En medio de los festejos por un nuevo aniversario de la ciudad en el año 2000, Eduardo Accastello y José Manuel de la Sota, intendente y gobernador, respectivamente, dejaban inaugurado el edificio de la esquina de Catamarca y bulevar Italia, con el que, mediante el por entonces Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), le permitía a 46 familias acceder a un departamento.
Pasaron 15 años y actualmente los habitantes de este espacio aún reclaman por las escrituras de una propiedad horizontal que “se está viniendo abajo”, porque apenas la mitad de los vecinos pagan las expensas y no logran mantenerlo en condiciones. Hace más de diez años, EL DIARIO ya reflejaba esta situación en sus páginas (ver aparte).
“Venimos en representación de la mitad de los copropietarios”, aclararon de entrada Oscar Serra, Enrique Bencivenga y Osvaldo Aimale, quienes expusieron la delicada situación de infraestructura que tiene actualmente la construcción y los reiterados reclamos y gestiones por conseguir las escrituras.
No tener escritura les impide poder conformarse como un consorcio con personería jurídica y de esta forma reclamar el pago de las expensas. “Siempre que fuimos a reclamar al IPV nos respondieron con evasivas, así que desde el año pasado decidimos empezar a presentar notas formalmente en Mesa de Entrada”, contó Serra, quien mostró las notas presentadas y otra documentación.
El IPV, actualmente es la Dirección de Vivienda de la Provincia, y los vecinos lograron reunirse meses atrás con tres autoridades “la Dra. Lupoli, el escribano Gutiérrez y Lucas Bergero”, pero “siguen respondiendo con evasivas, como hace 15 años”.
Mostrando el contrato firmado cuando se conformaron como beneficiarios, indicaron que “no se cumple ni se cumplió nada”. En el artículo 9 se especifica que los residentes tendrán que hacerse cargo de la mantención y arreglos mediante el pago de expensas en el edificio. En el punto 10 indica que el IPV podrá realizar inspecciones para controlar el cumplimiento de las obligaciones del punto 9 de los habitantes. Y en el punto 6 asegura que las escrituras se harán efectivas una vez que esté saldado el precio del departamento. “Nada de esto se cumplió, somos varios los que tienen pagado todo y ni así nos llevan el apunte con las escrituras”, apuntó Bencivenga.
Los hombres aclararon que también enviaron nota al intendente Eduardo Accastello, al gobernador De la Sota, para dar a conocer la situación, “pero nadie nos llevó el apunte, los funcionarios nos han abandonado”, reclamó Aimale.

“Se está viniendo abajo”
“Este no es un reclamo contra los vecinos, es contra el IPV, pero somos 20 copropietarios de 46 solamente los que pagamos expensas para mantener el edificio, ya no nos alcanza”, explicó Aimale.
La gran preocupación por las escrituras es poder reclamar expensas. Es que, al no contar con ese ingreso por parte de todos los vecinos, la construcción se ha ido deteriorando.
La lista incluye: pintura saltada y mosaicos rotos en espacios comunes como pasillos o escaleras; grandes manifestaciones de humedad en paredes y techos; las puertas de la central de conexiones eléctricas rotas, con el peligro que eso implica; puertas principales de ingreso rotas; suciedad y basura; un ascensor roto; fallas en las cañerías troncales; gran cantidad de basura en las cocheras.
“No es una casa unipersonal que si al vecino se le cae la puerta no importa. Somos 46 familias que usamos todo, y en quince años, somos unos 20 los que pagamos expensas y con eso más o menos lo veníamos trayendo al tema de arreglos, mantenimientos, pagar la luz y demás. El paso de los años hizo que no nos alcance la plata ya y el edificio no da más, se está viniendo abajo”, amplió Bencivenga.
A modo de ejemplo, especificaron que “estamos pagando 13 mil pesos de luz, imaginate si los 20 que pagamos dejamos de hacerlo, nos cortan la luz a todos”, además indicaron que “hubo gente que no pagó nunca en 15 años, y algunos son empleados públicos”.
La cuota aproximada que actualmente pagan por el departamento quienes residen en este edificio ronda apenas los $250, y quienes sí pagan expensas lo hacen por $520. “En total son unos $800, lo que no es ni un tercio de lo que podrían estar pagando de alquiler, no se entiende cómo hay gente que no valora lo que se les dio”, cerraron.