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Pedido a los jueces

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Pedido a los jueces

Carta de un detenido en la cárcel

La lectora Gladys Silvana Otín, DNI 26.207.382, entregó en la Redacción de EL DIARIO, con pedido de publicación, el siguiente  escrito realizado por su hermano, quien está recluido en la cárcel:

“Señores lectores:

Quien les suscribe es una persona que se encuentra privada de su libertad. Mi nombre es Juan Javier Otín, de 39 años.

Me encuentro privado desde hace dos años por algo que no cometí. Yo le quiero hacer una pregunta a toda la opinión pública: si a una persona se le da una condena de seis años de prisión tiene que cumplir eso y se va a su casa, ¿no es así?

Pero no es así. Yo perdí a mis dos hermanos condenados por la Excelentísima Cámara de Villa María, la cual los condenó, a uno a ocho años y a otro a tres años, y me los mataron dentro del establecimiento penitenciario…

¿Ahora cómo les dan una solución a mi madre y a mis sobrinos los jueces del Tribunal de Villa María?

Mis hermanos ya cumplieron la condena, pero están muertos. ¿Quién es responsable de una persona condenada?

Yo creo que tiene que ser el juez que los condenó. El tiene que velar por nuestra seguridad. ¿Es así o acaso estoy equivocado? ¿Cómo explican esto los jueces? Yo quiero saber cómo hacen, ¿cómo explican que los reos pagaron la condena, pero los mataron?

Y esa familia que los espera, ¿qué hace… si los condenaron a muerte? ¿No es así? ¿Qué me dice la opinión pública?

Mi hermano Lucas estaba pidiendo la unificación de pena y se la negaron cuando le correspondía. Ello hubiera evitado una muerte sin burlar las leyes, dando lo que exige el Código Procesal Penal de la Nación.

Mi hermano perdió su vida por culpa de un tribunal que no quiere trabajar. ¿Qué le cuesta al señor juez unificar a un condenado cuando le corresponde unificar la pena?

Yo, Juan Carlos Otín, estoy pidiendo hoy una unificación de pena al Tribunal de Villa María, Córdoba. ¿Me la darán o el magistrado de la Cámara va a esperar que se me dé muerte como a mis hermanos?

¿Qué espera el Tribunal para cumplir con lo que establece la ley? ¿Por qué los señores jueces no cumplen con lo establecido en el Código Procesal Penal?

De no ser así, yo estaría equivocado.

Les pido a los señores jueces que sean responsables de su labor y sus facultades como dice el Código Procesal Penal.

De no ser así, somos víctimas del accionar de los funcionarios públicos, somos sus víctimas.

¿Hasta cuándo la Justicia los dejará de lado por estar condenado?

También somos seres humanos, ¿o no es así?

Yo creo que merecemos la igualdad de las leyes establecidas en el Código Procesal Penal de la Nación, como también merecemos una unificación de pena.

Lo dice el Código Procesal Penal, no lo digo yo que estoy preso. Lo exige la ley. Pero no da ese beneficio, (pese a) que padezco de invalidez en una pierna y tengo una hernia inguinal que no me permite hacer una vida normal como acostumbra.

Les pido a los señores jueces me concedan el beneficio de la unificación. ¿O están esperando que me maten dentro del establecimiento penitenciario?

Yo, hoy, temo por mi vida. Como ustedes verán, ya me han matado a mis dos hermanos… yo soy el siguiente a morir.

Les pregunto a los señores jueces ¿cómo le van a devolver a mi madre los hijos que ellos condenaron y que hoy están muertos? Acá no se trata de una pena, se trata de dos muertes que no pueden devolver los jueces. ¿Me darán la unificación de pena o van a esperar mi muerte sentados en su letrado sillón? ¿Es mucho pedir lo que me corresponde o no le hacen caso a lo que establece la ley?

Yo no puedo más. Estoy con miedo de morir. Ustedes verán mi verdad, pero la de los señores jueces ¿dónde está?

Les imploro justicia por mí y por mis hermanos, que ya no están. Yo dependo del señor que me condenó. El determinó sobre mi vida y sobre la de toda mi familia.

Le suplico a la sociedad justicia, como le pido al señor juez de Ejecución y al que me condenó que se me dé el beneficio de la unificación, que con ello me estaría yendo a la calle.

Les pido encarecidamente se tenga en cuenta mi petición de unificarme, ya que no tuvieron en cuenta las pericias de mis hermanos, hoy muertos.

Que se pongan la mano en el corazón y me concedan la dicha de poder volver a abrazar a mi madre en su casa, como ella lo deseaba de mis hermanos, quienes no llegaron a abrazarla por la desgracia.

Les pido justicia y lealtad al juramento hecho por los jueces”.