Por unanimidad, jueces y jurados lo hallaron culpable de “homicidio calificado por alevosía”, mientras que por mayoría de votos lo consideraron autor de “homicidio agravado por el vínculo”. Estará en la cárcel hasta -por lo menos- junio de 2050
Matías Severiano Torres (23) fue declarado ayer culpable del brutal crimen de Walter Ramón “Paty” Pérez (52) y recibió la pena de prisión perpetua, al cabo de la tercera y última audiencia del juicio que se le siguió en la Cámara del Crimen de Villa María por el sangriento episodio ocurrido en horas de la noche del 2 de junio de 2015, es decir, hace exactamente dos años.
Si la sentencia impuesta queda firme (la Defensa dejó entrever que interpondrá un recurso de casación), Torres tendrá que completar al menos 35 años entre rejas para poder obtener la “libertad condicional” a mediados de 2050, aunque para ello deberá observar buena conducta y aprobar una pericia psicológica que acredite que está en condiciones de reinsertarse socialmente.
Luego de deliberar durante poco más de tres horas, jueces técnicos y jurados populares resolvieron, por unanimidad, que el joven villamariense es autor de “homicidio calificado por alevosía”, mientras que por mayoría de votos (6 a 4), consideraron que el asesinato también era agravado “por el vínculo”, ya que dieron por sentado que víctima y victimario mantenían una relación de pareja.
Asimismo, los camaristas Félix Martínez e Inés Mariel, junto a los ocho jurados titulares, determinaron (también en forma unánime) que Torres es coautor de “robo calificado por uso de arma, agravado por la participación de menores de edad”, en relación al otro hecho delictivo que se le atribuía, a raíz un asalto a mano armada perpetrado el 11 de julio de 2014 en Arroyo Cabral, en el que resultó damnificado Nieves Santiago Neira (72).
En ninguno de los casos fue necesario el voto del presidente del tribunal, René Gandarillas, ya que éste sólo define cuando se produce un empate a cinco en la posición de culpabilidad o inocencia entre quienes tienen que resolver esa cuestión.
Un fallo lapidario
Exactamente a las 17.15, luego de una larga audiencia de debate que comenzó a las 9.50 con los alegatos de la Fiscalía de Cámara y la Defensa, la secretaria Gabriela Sanz dio lectura a la parte resolutiva de la sentencia en los siguientes términos: “El tribunal resolvió, por unanimidad, declarar a Matías Severiano Torres coautor responsable del delito de ‘robo calificado por uso de arma, agravado por la participación de menores de edad’, y autor de ‘homicidio calificado por alevosía’, ‘hurto simple’ y ‘violación de domicilio’, todo en concurso real (…), y por mayoría se votos, agravar el tipo penal del delito de homicidio ya referido, ‘por el vínculo’, conforme al artículo 80, inciso 1º, del Código Penal, e imponerle la pena de prisión perpetua, accesorias de ley y costas”.
Dolor y respeto mutuo
Ni bien se escucharon en la sala las palabras “prisión perpetua”, tanto los familiares de Torres como los de Pérez comenzaron a llorar, aunque por fortuna no hubo que lamentar incidentes de ninguna índole, como ha ocurrido en otros juicios que terminaron con la pena máxima o se impusieron sanciones muy severas.
Por el contrario, ambas familias se comportaron respetuosamente entre sí y para con las partes que intervinieron en el proceso (jueces, jurados, fiscal y defensora), a tal punto que cuando se retiraban de la sala, el papá de Matías, Jesús Torres, y la hermana de “Paty” Pérez, Mary, se dieron un abrazo e intercambiaron unas pocas palabras de aliento y comprensión mutua, pese a las dolorosas circunstancias que estaban viviendo unos y otros.
Sobre el final de la lectura del veredicto, la secretaria Sanz informó que los fundamentos de la sentencia se darán a conocer en audiencia pública convocada para el jueves 15 de junio al mediodía. A partir de entonces, la Defensa tendrá la posibilidad de apelar el fallo, interponiendo un recurso de casación, que puede que sea aceptado total o parcialmente por el Tribunal Superior de Justicia, o incluso ser rechazado de plano y confirmarse la prisión perpetua.
Lo cierto es que si la condena queda firme, Torres sólo podrá salir de la cárcel en caso de que se le conceda el beneficio de la “libertad condicional” (es un convicto primario y tendría esa posibilidad, aunque bajo los requisitos de conducta y pericia antes descriptos) cuando complete 35 años entre rejas.
Qué dice la ley
Al respecto, el artículo 13 del Código Penal de la Nación establece que “el condenado a prisión perpetua, que hubiere cumplido 35 años de condena (…) observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrá obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”.
De producirse tal circunstancia, Matías Torres saldrá de prisión el 4 de junio de 2050, ya que fue detenido ese mismo día de 2015, es decir que el próximo domingo cumplirá dos años “a la sombra”. Para entonces tendrá 56 años de edad.
Tiempo de alegatos
Por espacio de dos horas y 20 minutos, el fiscal Francisco Márquez elaboró un alegato que no tuvo fisuras. Expuso todos y cada uno de los elementos probatorios que echaron por tierra la postura exculpatoria de Torres y dobló la apuesta cuando solicitó que, además de ser condenado por “homicidio calificado por el vínculo”, el joven debía ser declarado autor de “homicidio calificado por alevosía”.
Con un lenguaje claro y sencillo, pero sumamente didáctico, les explicó a los miembros del jurado las cuestiones procesales que debían tener en cuenta a la hora de valorar la prueba para dictar sentencia.
Paso a paso, desmenuzó todos y cada uno de los elementos obrantes en el expediente que pusieron a Torres “contra las cuerdas” y lo dejaron a las puertas de la perpetua, tal como ocurrió horas después.
A su turno y con pocas chances de revertir la cuestión, la abogada defensora Liliana Domenella improvisó un alegato con escaso sustento probatorio que se agotó en tan solo 17 minutos cuando solicitó que su cliente fuera condenado como autor de “homicidio simple”, aunque no pidió pena.
“El lo mató y debe pagar por lo que hizo, pero con una pena justa y razonable”, concluyó la letrada oriunda de Carlos Paz, pero que a menudo litiga en los Tribunales de Villa María.
Finalmente, en la instancia previa a las deliberaciones de jueces y jurados, Torres pronunció sus “últimas palabras” y muy brevemente señaló: “Yo me defendí; él quiso abusar sexualmente de mí y lo único que hice fue defenderme. Estoy arrepentido y le pido disculpas a la familia de Pérez y a la mía por el dolor que les causé”.
Sus expresiones concluyeron cuando se quebró emocionalmente. Para entonces, su suerte ya estaba echada. Y la sentencia condenatoria así lo confirmó.