Le causó lesiones de consideración y le dejó marcas que la víctima llevará de por vida. La pequeña fue asistida en la Clínica de la Familia y nadie apareció a hacerce cargo del perro que, desde ya, no es un animal callejero

Luisana Colinas tiene 2 años y fue víctima de un perro agresivo en pleno centro de esta ciudad. Las marcas que el can le dejó en la cara, según aseguraron los médicos, no se le borrarán.

El episodio tuvo lugar el martes, alrededor de las 20, cuando la pequeña Luisana estaba junto a su hermano y sus padres tomando un helado en la vereda, en la esquina de General Paz y Catamarca.

Allí, en la misma vereda, apareció un perro, un bull terrier. La nena se le acercó y el animal se irguió en sus patas traseras, tomó la cara de la niña entre sus patas delanteras y la mordió en el pómulo, muy cerca del ojo izquierdo. Además, la rasgó severamente. Todo, en pocos segundos.

Un joven que atinaba a pasar por allí retiró a la niña que lloraba de las fauces del can y se la entregó a los padres que miraban sorprendidos y azorados la escena.

Luego, mientras Luisana era consolada por su madre, el padre de la nena corrió al perro del lugar.

La niña fue trasladada a la Guardia de la Clínica de la Familia, donde fue controlada y recibió atención médica, curaciones y medicación.

Llamó la atención de los padres de la nena agredida que el perro no fuera acompañado por ninguna persona que se hiciera responsable de él y que no llevara colocado el bozal, dado que se trata de un animal de conductas realmente peligrosas. Es un can creado genéticamente para peleas y, además, es costoso, por lo que se descarta que se trate de un perro callejero.

Buscando en Internet, fácilmente se puede comprobar que, en promedio, un bull terrier cuesta 10 mil pesos.

Sería bueno que su propietario se responsabilice por lo sucedido y se acerque a la familia para hacerse cargo de la situación.

Responsabilidad

Todo propietario de un animal (perro, gato, caballo, burro, etcétera) responde civilmente por los daños que éste ocasione a terceros, ya sea en sus personas o en bienes materiales de su propiedad.

A la vez, se debe aclarar que todos los animales son iguales para la ley: no interesa si se trata de animales feroces, domésticos o domesticables. Por eso, en el Código se aclara “cualquiera sea su especie”.

El dueño del animal es el principal responsable, es quien responde por los daños en razón de estar el animal bajo su guarda, ya que la ley presume que el dueño es el guardián “natural” del animal y tiene a su cargo el deber de vigilarlo.

Nuestro Código Civil y Comercial establece que “…el daño causado por animales, cualquiera sea su especie, queda comprendido en el artículo 1757”. Este último, a su vez, indica que “…Toda persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas…”.

Por otra parte, la ley establece una responsabilidad concurrente e indistinta entre el dueño y el guardián del animal (cuando se trate de personas diferentes) e indica que se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control del animal, o a quien obtiene un provecho de él. La calidad de guardián puede revestirla el dueño del animal u otra persona.

El dueño o el guardián sólo pueden eximirse de responsabilidad por los daños ocasionados si prueban que el animal se usó en contra de su voluntad o se trató de un caso fortuito.

Pero si el animal se soltó o se escapó, igual hay responsabilidad del dueño y del guardián porque se trata de una responsabilidad objetiva. Asimismo, el dueño no puede liberarse de su responsabilidad abandonando al animal.

Perfil del bull terrier

El perro de raza bull terrier fue originalmente utilizado como perro para la lucha. La selección del perro de esa raza se basaba tanto en características psíquicas como morfológicas. Descendiente del bulldog inglés y de terriers, es tan fuerte como el primero, pero a su vez, más ágil y rápido.

La relación del perro de raza bull terrier con las personas extrañas no suele ser de las más afectuosas, aunque ello no significa que sea indiferente ni agresivo. Si bien actualmente queda poco de su antigua ferocidad, siempre hay que ser cauteloso.

Los ejemplares de raza bull terrier no suelen ser muy juguetones, por lo que no serían los compañeros ideales para los chicos, sobre todo para los de corta edad.

Más perros agresivos

A este episodio ocurrido en pleno centro de la ciudad el martes, podemos sumarle uno sucedido el pasado lunes por la tarde en el barrio Vista Verde. Más exactamente en la calle Río Colorado.

Allí, una motociclista que circulaba por el sector fue atacada por tres o cuatro perros callejeros que la persiguieron desde la costanera hasta la calle Río Tunuyán, donde le dieron alcance y le mordieron una pantorrilla, dejándole severas marcas y lesiones.

La mujer no se atrevió a regresar a hablar con los dueños de los animales por temor a que los canes volvieran a agredirla.

En otro sector de la ciudad, donde suele haber perros agresivos sueltos que atacan a motociclistas, ciclistas y hasta a peatones, es en inmediaciones del Anfiteatro y del Club Banco de Córdoba.

Es común ver por allí pequeñas jaurías que la empreden contra las personas causando temor.