Una de las opciones más exitosas para renovar el alma de muchas casas, la cocina, es cambiar el color de los muebles. Numerosos expertos apuestan por el blanco cuando llevan a cabo proyectos de este tipo, porque sirve como telón de fondo, nunca pasa de moda, transmite mayor sensación de higiene y, sobre todo, ilumina cualquier habitación. Así que, para maquillar la cocina, es una fantástica elección.
Lacar en blanco, sumado a otras acciones, otorgan a la cocina un golpe de vitalidad. En efecto, con un poco de pintura y algunos detalles se puede traer a la cocina hasta el presente.
A la cocina siempre se le nota la edad. Normalmente el resto de habitaciones van sufriendo pequeños cambios con el paso del tiempo, pero ésta siempre queda anclada en el pasado. Si además de la pintura se sustituye la alacena, se incorporan nuevos tiradores y algunos elementos decorativos, el cambio será muy significativo y lucirá como nueva.
Los productos actuales hacen que eso sea mucho más fácil. Tanto las herramientas, como los productos y la variedad de acabados existentes, hacen que hoy los resultados sean impecables y más duraderos, tanto si las superficies son de madera como laminadas.
Además, reformar la cocina incrementa el valor de la vivienda. Si se tiene en mente alquilar o vender la casa próximamente, el estado en que se encuentre este espacio del hogar es vital y afectará al precio. Así que, una buena “pintada de cara” ayudará a darle salida y a obtener mayores ganancias.
Cabe decir que pueden encontrarse muchos diseñadores de interiores dispuestos a idear una nueva imagen para la cocina, pero si uno mismo quiere echar mano a sus propios proyectos, estos son los cinco pasos a seguir para cambiar el color de los muebles de la cocina: primero se deben desengrasar todas las superficies, luego se debe aplicar una impresión selladora. A continuación se debe pintar la primera capa, se tiene que lijar suavemente entre capa y capa y finalmente se debe utilizar un protector para hacer que la pintura sea a prueba de manchas.