De visitante, el Albo ganó el clásico 1-0 ante Sportivo Pozo del Molle, que lo había superado en los amistosos previo al campeonato. Iván Moyano fue el autor del gol en Arroyo Algodón 

Luego de los recientes amistosos “veraniegos” entre ambos, en los que se impuso el elenco de Pozo del Mollee, el clásico zonal se trasladaba unos kilómetros hacia Arroyo Algodón. Sportivo Fútbol Club y Playosa se veían la cara en el reducto de Unión, en donde el Albirrojo se vestía de local.

Los dirigidos por Franco «Puli» Herrera debían revertir la imagen de la semana pasada y comenzar a sumar de a tres si no querían quedar demasiado relegados en la tabla de posiciones de la Zona Norte. Una de las principales atracciones de la tarde era la aparición del experimentado exjugador de Playosa, Gastón Molina, en el once titular albirrojo. Por lo cual, el recibimiento hostil de parte de la hinchada visitante para el central, por el «cambio de vereda», no se hizo esperar, como era de prever.

Mientras, el conjunto comandado por el flamante técnico bicampeón, Gerardo Morales, pisaba el campo de juego con la misión de ratificar todo lo bueno hecho en la jornada inicial, en donde le había propinado una inobjetable goleada a Hipólito Yrigoyen.

El local salió a jugar más decidido y rápidamente se hizo dueño del partido. El protagonismo de Bernardo Chocobares era clave para entender por dónde transcurrían las acciones e intereses del encuentro. La banda izquierda era vital para el ataque de Sportivo Fútbol Club y el ex-Universitario era quien más provecho le sacaba a este sector. Pero le faltaba profundidad al equipo del Puli y esta falencia comenzó a despertar a su rival.

Tal es así que el visitante fue quien llegó primero y con más peligro en el partido, tras un tiro libre rápido de Servetti que le permitió a Acosta enviar un centro «envenenado» al corazón del área albirroja, donde Piva cabeceó con vehemencia y por escasos centímetros la chance no terminó en gol.

Luego fue el conjunto mollense quien intentó romper la paridad del tanteador con un potente disparo de Jorge Martino, pero el balón fue contenido de manera excelente por Fabricio Garetto, quien ya comenzaba a avisar de que estaba en su tarde.

También Maximiliano Albornoz y Mayco Tolosa pretendieron quebrar la resistencia del experimentado arquero visitante, pero Garetto dio muestras sobradas de su solvencia y comenzó a erigirse como un muro infranqueable con el correr de los minutos, a fuerza de importantes intervenciones.

El primer tiempo dejó mejor parado al local en cuanto a llegadas y protagonismo. Sportivo Fútbol Club era un poco mejor que su rival, merecía más, pero no terminaba de convencer. Los dirigidos por Morales inquietaban cada tanto y era justamente eso lo que llevaba intranquilidad al banco local. El partido no era fácil para ninguno de los dos y se presentía que el que hiciera el gol se llevaría los tres puntos.

Luego de llegadas de un lado y otro, con mayor o menor peligro, la apertura del marcador que tanto se hizo desear llegó en el momento menos esperado y más oportuno. Mientras el sol comenzaba su descenso y el partido entraba en su ocaso, un tiro de esquina ejecutado por el recién ingresado Mauro Luna fue directamente hacia la cabeza de Iván Moyano, quien se elevó más que todos para poner las cifras definitivas al partido.

El local sintió el cimbronazo del gol playosense y con más vergüenza deportiva que fútbol fue en búsqueda del empate. Faltaban 20 minutos, pero todos los intentos fueron vanos ya que una y otra vez apareció la gigantesca figura de Garetto para frustrar los ataques albirrojos de empardar el encuentro.

Playosa está feliz, porque no sólo ganó el clásico, sino también la confianza de todo su público que lo apoyará en una nueva temporada que lo encuentra invicto y en la cima de las posiciones.