Lo dijo un funcionario de la provincia, cuando ayer se inauguraron diez celdas edificadas por internos junto a agentes penitenciarios
La cárcel de Villa María tiene desde ayer 10 nuevas celdas, con capacidad para alojar a seis internos en cada una, por lo que albergarán en total a 60 personas.
Es un espacio de 370 metros cuadrados cubiertos, según precisó Martín Farfán, secretario de organización y gestión penitenciaria.
De acuerdo a lo indicado por el funcionario, el establecimiento penitenciario de barrio Belgrano tiene 812 presos en la actualidad, y con las celdas habilitadas en la víspera la capacidad del penal llega a 900 plazas. De esta forma, aseguró que la institución no está colapsada. De todas maneras, reveló que por las características del inmueble, ya no se podrá seguir edificando y entonces se piensa y se proyecta una nueva cárcel en la localidad.
“Si la población crece y la capacidad estructural de este edificio no soporta más ampliaciones, nos vamos a ver en la necesidad de pensar y proyectar otro espacio”, declaró ante preguntas de la prensa previo al acto de inauguración de estas instalaciones.
Farfán confirmó que se incrementó la población carcelaria en toda la provincia. Cuando se le preguntó si creció sobre todo la cantidad de jóvenes presos, dijo no tener “ese registro diferenciado”.
Las remodelaciones se llevaron adelante mediante el trabajo de dependientes y profesionales del Servicio Penitenciario junto a los internos. Ante la consulta periodística, Farfán aseguró que las 45 personas privadas de la libertad que participaron en la tarea fueron remuneradas por su labor.
De acuerdo a lo que detalló el arquitecto Eduardo Ruiz, director general de tratamiento y obras del Servicio Penitenciario, lo inaugurado tiene batería de baños para internos, baño para la visita, un salón comedor y una celaduría.
La obra demandó medio año. A diferencia de Farfán, Ruiz dijo que aún hay espacio para otro pabellón más y anticipó que se hará en 2018.
El arquitecto aseguró que no hay ningún riesgo de seguridad en la modalidad de celdas colectivas.
En el acto hubo funcionarios de los poderes Ejecutivo y Judicial local, entre ellos el intendente Martín Gill, los jueces René Gandarillas, Arturo Ferreyra y Félix Martínez y los fiscales Silvia Maldonado y Francisco Márquez. También estuvo el obispo Samuel Jofré Giraudo, quien hizo una polémica bendición.