Desde el Ecodaic dieron datos sobre la realidad cordobesa en materia de donación y trasplante de órganos
Se llevó a cabo ayer una jornada de capacitación a cargo de profesionales de Ecodaic, organismo provincial que depende del Incucai y que coordina todos los operativos de ablación y trasplante de órganos.
Uno de los datos principales que surgió de la charla lo proporcionó Diego Molina, coordinador médico del ente. Señaló que la mayoría de los donantes de Argentina, a diferencia del resto de los países del mundo, tienen entre 25 y 35 años. “Esto se debe al alto índice de accidentes viales que hay en Argentina”, puntualizó. En el resto de los países del globo “la mayoría de los donantes son mayores de 35 y fallecen por ACV en muchísimos casos. Las muertes por accidentes son minoría”, informó.
El profesional abordó también el análisis de la legislación vigente en el país, que establece que, salvo voluntad expresa que indique lo contrario, todos somos potenciales donantes. “Igual, siempre se consulta con los familiares, por eso es importante hablarlo con el entorno para que en caso de muerte se respete la voluntad del fallecido”, precisó.
Por su parte, Marcial Angos, director ejecutivo de Ecodaic, dijo que en la provincia de Córdoba, en lo que va de 2017 “hemos mejorado con respecto al año anterior, dado que tenemos un 20% más de donantes. Pero ese no es el ángulo que tenemos que ver de la cuestión, para nosotros la visión correcta es que siempre vamos corriendo detrás de la lista de espera y eso hace que todo lo que hagamos es insuficiente”.
Sobre el particular, señaló que hay 11 mil argentinos en lista de espera, de los cuales, 911 son cordobeses. “No se trata solo de 911 personas, sino de 911 familias, 911 sueños”, dijo.
¿Todos los fallecidos pueden ser donantes?
Los profesionales explicaron que solo 5 de cada 1.000 personas fallecidas están en condiciones de donar sus órganos. “Esto es porque solo pueden ser donantes los que sufrieron muerte cerebral”, indicaron.
La muerte cerebral se da solo cuando el 100% de las neuronas “fallecen”. Es decir, es un proceso irreversible.
A partir del diagnóstico -que exige un protocolo que mínimamente lleva seis horas- comienza a andar un operativo coordinado en la Provincia por Ecodaic, que incluye hablar con la familia y en caso de que acepten, iniciar el estudio de las compatibilidades para comparar con los que están en lista de espera y una vez definidos los receptores se arma toda la logística para la ablación, el traslado y el trasplante.
Tanto Molina como Angos destacaron que en Argentina “no hay una sola denuncia” por irregularidades en el proceso y que, además, la legislación es muy estricta al respecto. “Es imposible que haya tráfico de órganos. Eso fue un mito que por suerte está siendo desterrado”, concluyeron.
Lo negativo de las campañas direccionadas
La comunicadora del Ecodaic informó que cuando se realizan campañas del tipo: “Un corazón para…”, lejos de generar concientización y aumentar el número de donantes, se produce el efecto contrario. “No hay forma de direccionar el trasplante de órganos. Se rige por una lista de espera y esas campañas no ayudan, porque generan decepción y sospechas”, explicaron.
Destacaron que en las épocas en las que hubo campañas fuertes que se viralizaban en los medios y en las redes, fueron los momentos en que más personas estaban en listas de espera. “La donación es un acto voluntario, altruista y anónimo”, concluyeron.