Lo aseguraron desde el comedor universitario. Acordaron con Cotreco dos días de retiro de orgánicos y con la huerta del Campus para destinar los desechos “verdes” a la compostera
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, hasta un tercio de los alimentos se estropea o se desperdicia antes de ser consumido por las personas.
“Es un exceso en una época en la que casi mil millones de personas pasan hambre, y representa una pérdida de mano de obra, agua, energía, tierra y otros insumos utilizados en la producción de esos alimentos”, señala la entidad en un informe.
A estas pérdidas se suman las que, una vez en el plato, la comida se desecha. Desde el comedor de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) se alertó tiempo atrás sobre la cantidad de alimentos listos para consumir que se desechaban por parte de los alumnos.
“Las porciones normalmente son grandes y en cierto momento vimos que no llegaban a comer toda la porción, entonces las redujimos y aquella persona que necesita más o quiere más le dice al cocinero que lo atiende que incluya un poco más”, comentó Fabio Santacroce, responsable del comedor universitario.
Desde entonces, asegura que “hay más conciencia” por parte de la comunidad y se redujo notablemente la cantidad de residuos.
“No hay un porcentaje de cuánto se descartaba, pero tampoco era tanta. Por más que sea poca es una lástima tirar la comida”, expresó Santacroce.
Más allá de la comida que se descarta, en el comedor universitario se generan todo tipo de residuos.
El titular del espacio, donde trabajan 20 personas, dijo que “la basura es un gran problema” en el lugar, aunque no se acota a lo local, sino que “en el mundo” representa un inconveniente.
“El desecho que hay es importante porque son más de dos mil alumnos que circulan por el comedor. El residuo es algo conflictivo en el comedor, se genera mucha basura.
Para el problema de las botellas plásticas, a raíz de un proyecto del Centro de Estudiantes decidimos no darles más vasos plásticos a los chicos porque en esa cantidad de personas era mucha basura generada.
También había un abuso por parte de algunos que para no levantarse dos veces se llevaban dos vasos de agua juntos”, relató Santacroce.
Al mismo tiempo, desde que existe la huerta agroecológica en el Campus, todos los orgánicos que se generan durante la producción de las 1.200 porciones diarias terminan en la compostera del lugar, que es mantenido por los residentes.
“La idea es que los chicos mismos de la residencia que trabajan en la huerta produzcan verduras y plantas aromáticas para el comedor.
Acá el consumo es muy grande y recién se está comenzando con este proyecto, pero la idea es que se agrande para en algún momento llegar a abastecer”, adelantó el responsable del comedor.
Actualmente el menú diario cuesta $15 para la comunidad universitaria y, según Santacroce, “costaría por lo menos $50 sin el subsidio de la universidad”.
En el lugar también se ofrecen bebidas, café y sandwichería a precios económicos.