Se reunieron cátedras libres de distintas universidades públicas del país. Ahondaron sobre la importancia de recuperar los espacios de producción familiares y cooperativos
Se llevó a cabo ayer en nuestra ciudad la primera jornada de soberanía alimentaria organizada por la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) a través del Programa de Extensión e Investigación para el Desarrollo Agropecuario (PEIDA), en conjunto con la red Calisa, que agrupa a las 23 cátedras libres de distintas universidades del país.
Del encuentro participaron el intendente, Martín Rodrigo Gill; el rector de la UNVM, Luis Negretti; el decano del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Básicas y Aplicadas de esa casa se estudios, Germán Casetta; miembros de la cátedra libre de Soberanía Alimentaria y colectivos afines de universidades públicas argentinas y de latinoamérica, y organizaciones estudiantiles y ecologistas locales.
Además de las charlas y los debates, integrantes de Pueblo Mampa montaron un stand en el ingreso al auditorio de la Medioteca, donde se podían adquirir productos agroecológicos que genera ese espacio.
Alternativa sustentable
A lo largo de las exposiciones, distintos oradores coincidieron en que la tarea en el camino a lograr una soberanía alimentaria es insistir en el fomento de la agrigultura familiar para lograr un consumo sano y consciente del origen de los productos.
Una de las referentes de la materia y titular de la cátedra libre de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Miryam Kurnagoff de Gorban (ver página 12), enfatizó que “las nuevas carabelas de Colón tienen nombre: Monsanto, Barrick Gold, Chevron. Es el saqueo de nuestro país a los largo de la historia”.
“El problema de la soberanía alimentaria es un tema del campo. Nosotros decimos que no, que es un problema de todos porque tiene que ver con los alimentos que comemos todos los días de las góndolas de los supermercados, que concentran el 80% de la comercialización minorista”, agregó la especialista.
En ese sentido, un estudio sobre supermercados de Rosario detectó 745 productos que contienen derivados de transgénicos.
El espacio físico para la producción de alimentos desde la perspectiva de la economía solidaria y familiar es, sin dudas, una de las realidades que aquejan a las ciudades en desarrollo.
Al respecto, el intendente Martín Gill aseguró que “la disyuntiva entre el desarrollo urbano y la mantención de un cordón verde de producción frutihortícola, es una problemática que está en agenda”.
“Lo que está en el fondo de ese debate son puestos de trabajo y es una cadena de producción y distribución de alimentos que provee al sudeste de la provincia de Córdoba. Entonces, no es el desarrollo de un metro más o uno menos de un loteo”, comentó el mandatario, y finalizó diciendo que las dos posturas “deben convivir”.