La conciencia de nuestra diversidad en cuanto a las capacidades debe extenderse a los lugares de trabajo, ámbito donde las personas desarrollan gran parte de su vida. Además de considerar las distintas aptitudes del equipo de trabajo a la hora de planificar el entorno físico, es importante saber todo lo que una correcta estrategia de espacios de trabajo puede hacer para diseñar oficinas para todos.
Según el Informe Mundial sobre Discapacidad publicado en 2011 por la Organización Mundial de la Salud, un 15% de la población mundial convive con algún tipo de discapacidad. En América Latina existen alrededor de 85 millones de personas en estas condiciones, de las cuales sólo el 2% encuentra respuesta a sus necesidades. Aunque estos números resultan ya de por sí alarmantes, se estima que en el futuro la discapacidad será un motivo de preocupación aún mayor, pues su prevalencia está aumentando, en gran parte, debido a avances e innovaciones en las ciencias de la salud que han contribuido a alargar la esperanza de vida.
Estas cifras hablan a las claras de la relevancia que adquiere esta población como fuerza laboral. Sin embargo, prevalece en las organizaciones cierto desconocimiento con respecto a cuáles son las modificaciones que es necesario realizar en los lugares de trabajo para facilitar el acceso a personas con capacidades diferentes, y el temor a los gastos que esas adaptaciones puedan generar.
Un enfoque posible es el del llamado Diseño Universal. Este concepto, introducido a finales de los años 80 por el arquitecto norteamericano Ron L. Mace, parte de la idea de diseñar productos y entornos de modo tal que sean utilizables por la mayor cantidad posible de personas, sin necesidad de que se adapten o especialicen, y sin que ello suponga una inversión extra.
Cabe aclarar que el Diseño Universal no es un concepto exclusivo de la arquitectura y el diseño de productos, es una forma de entender el proceso de diseño y la creación de cualquier objeto, entorno, servicio, actividad o tecnología, en busca de la comodidad, la seguridad, la funcionalidad y la accesibilidad de forma equitativa para cualquier persona.
Las empresas deberían acercarse hacia la tendencia del Diseño Universal al planificar el entorno laboral, no sólo para cumplir con las reglamentaciones vigentes en materia de accesibilidad a los edificios y porque es moralmente correcto, sino porque al diseñar pensando en las personas con diferentes capacidades se benefician todos.
Por otro lado, los lugares de trabajo alternativos tales como los nuevos espacios de coworking y las oficinas satélite se están haciendo cada vez más habituales. Estos entornos son generalmente utilizados por trabajadores no específicos, por lo que la aplicación de las directivas del Diseño Universal en este tipo de espacio será fundamental a fin de poder dar respuesta a las necesidades de una gama más amplia de usuarios.
Estrategia de inclusión
La accesibilidad es el grado en el que todos los individuos pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. Se trata de una condición indispensable para la participación e inclusión de todas las personas, cualquiera sea el ámbito.
Basándose en los principios del Diseño Universal, Contract Workplaces, una empresa dedicada a la conceptualización, diseño y construcción de espacios de trabajo, señaló algunos de los aspectos que contribuyen a crear un entorno universalmente accesible:
Layout: cuantas menos barreras arquitectónicas presente el diseño, más accesible será el entorno de trabajo.
Accesos: deben mantenerse libres de obstáculos y si la entrada no está a ras del suelo, se debe colocar una rampa como alternativa a los escalones. Los timbres, video porteros o equipos de control y aviso de ingreso deben ubicarse a una altura cómoda para todos y ser accesibles para personas con discapacidad visual.
Circulación horizontal: se deben evaluar las circulaciones más transitadas teniendo en cuenta los espacios requeridos para que las personas con limitaciones en la movilidad puedan acceder a todas las áreas (salas de reuniones, archivos, fotocopiadora, cafetería, sanitarios, etcétera).
Circulación vertical: los ascensores deben ser accesibles, tanto en lo que se refiere al espacio disponible como al sistema de apertura y controles. En la medida de lo posible, las escaleras serán rectas. Hay que poner especial cuidado en la iluminación y el tipo de piso, puesto que ambos elementos afectarán directamente las condiciones de accesibilidad y seguridad.
Pisos: se sugiere introducir algún cambio de color y/o texturas cuando se producen desniveles en el piso, a fin de alertar sobre los mismos a las personas con discapacidad o limitaciones visuales. Siempre debe haber rampas y es recomendable el uso de una carpeta antideslizante que facilite el tránsito a aquellos que se movilizan con muletas o sillas de ruedas.
Puertas: un cambio de textura en el piso, a cada lado de las puertas, puede servir para alertar a aquellos que tengan una disminución sensorial. Es recomendable señalizar las puertas (especialmente si son de vidrio o algún material transparente) con bandas de color contrastante colocadas a doble altura. Las puertas automáticas deben tener una velocidad de apertura y cierre lo suficientemente lenta como para permitir que las personas con limitaciones en la movilidad puedan entrar y salir con tiempo suficiente.
Equipamiento: los muebles de recepción o escritorios de atención al público deberán estar perfectamente adaptados para que los utilicen todas las personas, teniendo en cuenta las alturas de trabajo, los espacios de aproximación y los equipos de apoyo para la comunicación.
El equipamiento
A la hora de elegir el equipamiento (escritorio, sillas, cajoneras) será bueno tener en cuenta que el sistema contemple un amplio rango de ajustes y que pueda soportar una gran variedad de estilos de trabajo.
Archivos: los archivos móviles o deslizantes requieren de menor esfuerzo para acceder a los documentos. Por otra parte, los archivos abiertos resultan más accesibles que los cerrados para las personas con discapacidad.
Iluminación: un adecuado nivel de iluminación en los ambientes de trabajo es importante para prevenir perjuicios en la visión de todos los trabajadores, y no sólo de aquellos con déficit visuales.
Ruido: las personas con limitaciones auditivas encuentran mayor dificultad en comunicarse con sus colaboradores en un entorno donde el ruido ambiente es elevado. La utilización de sistemas de paneles absorbentes, los pisos alfombrados y algunos materiales de revestimiento de paredes y tabiques, ayudarán a mejorar la acústica del entorno.
Sanitarios: se recomienda la adaptación de un recinto único para ambos sexos con acceso independiente para facilitar su uso a personas con discapacidad que necesiten asistencia en el baño.
Señalización: en caso de que se requieran señales de acceso y avisos, éstos contendrán sus respectivas leyendas debajo de los mismos junto con la información en escritura Braille (incluye las botoneras de los ascensores) y se colocarán a una altura tal que puedan ser vistos por todos los usuarios, incluidas las personas que van en silla de ruedas.
Sistemas de emergencia: las alarmas deben tener siempre un correlato auditivo, visual y táctil para poder ser percibidas por todas las personas, y las rutas de evacuación estar claramente marcadas.
Impactos positivos
Frente a los prejuicios por parte de los empleadores y las barreras existentes (arquitectónicas, de comunicación, institucionales), las experiencias de integración laboral a nivel mundial demuestran su impacto positivo tanto en el aspecto humano, por la integración social que promueve, como económico. También influye positivamente en la imagen de la empresa ante los clientes, los competidores y la sociedad en general.
Aplicar los principios del Diseño Universal tiene como finalidad crear entornos que puedan ser utilizados por todos los usuarios, ya sean altos, bajos, obesos, zurdos, diestros, discapacitados, adultos mayores, jóvenes, etcétera. El desafío no será entonces proyectar y construir lugares “especiales”, que a fin de cuentas también son una forma de discriminación, sino integrar a todos los usuarios, independientemente de su condición física. En pocas palabras, es diseñar para todos.