Según pudo conocer EL DIARIO, no estarían conectadas a la red de cloacas. Tienen una clausura preventiva hasta que cumplan con los requisitos solicitados
El jueves por la mañana entraron al municipio los expedientes que pertenecen a las dos empresas sospechadas de haber arrojado combustibles al río Ctalamochita.
Fue luego de las observaciones que realizaron agentes e inspectores de la ciudad y de Policía Ambiental cuando se alertó sobre la presencia de afluentes tóxicos y no permitidos en ningún cauce natural.
En aquel momento lo que se les pidió fue tanto la realización de ciertas obras e implementación de medidas de seguridad inexistentes, como la cumplimentación de papelería relacionada con los métodos de tratamiento de los residuos que genera cada una de ellas.
En un caso se trata de un lavadero de maquinarias agrícolas de la firma Margaría, que también realiza reparaciones, por lo que se generan desechos que podrían relacionarse a los descriptos por bañistas y vecinos que aquel 20 de enero sintieron un fuerte olor mientras reposaban sobre el sector de la bajada Entre Ríos.
La otra empresa fabrica motores, generadores y transformadores eléctricos, aparatos de distribución y control de la energía eléctrica. Se trata de Transformadores Gigante.
Según pudo constatar este medio, una de las faltas que reviste mayor gravedad es que ninguna de las dos estaría conectada a la red de cloacas.
¿Cuál fue el destino de los fluidos en todo el tiempo de existencia de estas industrias? Es la pregunta que inmediatamente surge al conocer este dato.
Ambos locales se encuentran en barrio Mariano Moreno, sobre avenida Monseñor Disandro, y son las únicas sospechadas de haber cometido esta falta gravísima contra el medioambiente.
Cabe recordar que al mismo tiempo que la Municipalidad de Villa María avanza con los pedidos a Margaría y Transformadores Gigante existe una denuncia en la Policía Ambiental de la Provincia realizada desde la Dirección de Ambiente y Saneamiento de nuestra ciudad.
Según el Código de Aguas provincial (Ley 5.589) la multa máxima puede superar los 300 mil pesos, de acuerdo a la gravedad de la infracción.
Aunque, más que por dinero, el derecho humano del agua se debe respetar por ser de todos una fuente de vida. Pues entonces, el agua vale más que el oro.