Sin Messi en cancha, Argentina dio cuenta de Chile por 2 a 1, iniciando la Copa América Centenario con el pie derecho, en Estados Unidos. Di María y Banega, los goles, y además fueron figuras. La clasificación está más cerca
Escribe Federico Jelic ENVIADO ESPECIAL
Argentina resolvió con contundencia y holgura el primer escollo en la Copa América Centenario, al derrotar en Santa Clara 2 a 1 a Chile, por el primer duelo del grupo D, apoyado en su gran eficacia en presión alta y porque cuenta con individualidades que pueden desequilibrar automáticamente, de manera natural, en cualquier situación del partido.
De esta forma, la clasificación a cuartos de final asoma con más nitidez en el horizonte. Estados Unidos empieza a disfrutar del gran candidato, que incluso se dio el lujo de no contar con Lionel Messi.
Y la lesión de la “Pulga”, a priori, generó incertidumbre, y por lo visto en el primer tiempo se lo extrañó, sin dudas, pero la segunda línea de volantes estuvo aceitada y al final del juego se terminaron consagrando. No obstante, en esa etapa la conexión no fue tal, incluso lucieron desordenados y acelerados. Abajo también. Igual, tanto Nicolás Gaitán como Ever Banega -más impreciso en el arranque- y Angel Di María fueron los argumentos del equipo de Gerardo Martino para llegar al gol. Chile apostaba a la urgencia, quedando con dos defensores mano a mano con Higuaín, sin embargo, nunca renunció a su idea.
Al final le alcanzó con la inspiración de ocho minutos en el complemento para ganar el partido. Primero a los 5 minutos, Banega, asistiendo a Di María, e instantes después con receta invertida y devolución de gentilezas entre las dos figuras del partido.
Cuando decimos receta nos referimos a la presión alta para provocar errores. Es decir, por momentos cedió la tenencia y dejó recibir a los laterales, para después convertirse en perros de caza. Así lo logró Banega, que se pareció más al que juega todos los fines de semana en Sevilla, y después por parte de una recuperación de Gaitán, con examen aprobado. Historia con final emotivo y no apto para sensibles, con la dedicatoria del volante de PSG a su abuela fallecida, con homenaje en la remera.
Ni el gol de José Fuenzalida (ex-Boca), sobre el final, empañó la fiesta albiceleste que se hizo carne en las tribunas.
Bien Augusto Fernández junto a Mascherano, como sustituto de Lucas Biglia. Argentina se sacó de encima al campeón reinante, al partido más incómodo del grupo, y sólo espera que Messi se recupere del todo para que la fiesta comience de verdad. ¿Venganza de la pasada Copa América? La única revancha será cuando la Copa se levante, en Nueva York. Y para ese entonces, Messi ya estará en la sinfonía, como director de orquesta principal.
