La ONG “Creando Huellas” lleva adelante proyectos, sobre todo, en instituciones educativas. Son docentes, psicólogos, médicos, nutricionistas, entre otros, que quieren “devolverle algo a la sociedad”
Un día, un grupo de jóvenes profesionales se juntaron a charlar, debatir y discutir sobre problemáticas y políticas actuales. Había docentes, psicólogos, nutricionistas, trabajadores sociales, médicos y, también, no necesariamente especialistas, sino otras tantas personas con ganas de colaborar. La mayoría, de Villa Nueva.
De ahí nació la Asociación Civil “Creando Huellas”, que ya lleva unos dos años funcionando y llevando proyectos a escuelas e instituciones “para devolverle algo a la sociedad”.
“La intención es mostrarle a la sociedad lo que hacemos para poder tener un mayor alcance”, contó Ariel Ludueña, presidente de la entidad, antes de comenzar a describir las actividades que llevan adelante y que desarrollarán a futuro.
Al referirse a las intenciones que tienen como entidad, María Fernanda Piovano, psicóloga y secretaria de la ONG, sostuvo que “tenemos como objetivo principal el hacer un aporte a la educación en general, no sólo en lo formal, sino en el aprendizaje en general, pero ese objetivo también está muy atravesado por lo que es salud, ya que la mayoría somos profesionales de esa rama”.
Consultados sobre qué los mueve a afrontar una entidad con estos lineamientos, indicaron: “Para devolverle algo a la sociedad. Al mirar te das cuenta que está faltando algo, y en realidad necesitamos que todos los actores sociales participen, si no nos quejamos de todo, pero no hacemos nada para cambiarlo”.
Proyectos
Uno de los proyectos de “Creando Huellas” se llama “Aprender a crecer”, y está pensado como una herramienta de apoyo a la educación teniendo como objetivo la apropiación del contenido curricular por parte del alumno de una forma más didáctica y lúdica.
“Esto se presentó en las escuelas porque es una iniciativa de mejora de calidad educativa. Se trata de nueve talleres que se dictarán en 2017. Porque no hay que olvidar que son niños y aprenden jugando. Cada taller con un profesional especializado en eso”, sostuvo quien también es técnico electrónico.
“Otro factor de no menor importancia que vale la pena destacar es el acompañamiento al alumno, brindando herramientas en la búsqueda de su vocación y proyección de vida, sumando así un punto a favor en la culminación de sus estudios”, indicó.
“Trabajamos directamente con las escuelas, pero también con diferentes instituciones, porque hacemos charlas que no son sólo para alumnos”, sostuvo María Fernanda y agregó: “Además tenemos un proyecto llamado Control Sano, que fue apuntado a la salud, con el que hicimos test a niños de primero a sexto grado de la escuela Mitre y en Villa María a los niños el jardín Nicolás Avellaneda. Se hizo un control médico básico, oftalmología y odontología también. Luego se les dio una charla sobre salud y les regalamos cepillos dentales. Otro proyecto fue el curso de RSP que dio un grupo de médicos para el sindicato de Luz y Fuerza”.
Además, también ofrecieron charlas (y tienen proyectadas muchas más) sobre, por ejemplo, violencia de género, que están a cargo de la psicóloga.
Ambos destacaron que cuando se acercan a las escuelas a presentar estas iniciativas, la recepción de docentes y directivos es siempre buena. “Están dispuestos y con las puertas abiertas, charlamos mucho nos encontramos con sus problemáticas y necesidades”, cerró María Fernanda.