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Purgará 14 años por querer quemar viva a su mujer

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Purgará 14 años por querer quemar viva a su mujer
Tras la condena, Aguilar fue trasladado nuevamente a la cárcel

Condenaron ayer a Cristian Aguilar como autor de homicidio en grado de tentativa contra su exmujer, Yohana Barrionuevo. Le impusieron la pena que pidió el fiscal: 14 años de prisión

Tras la condena, Aguilar fue trasladado nuevamente a la cárcel

En menos de una hora de deliberación, los miembros del jurado popular tenían la decisión tomada y declararon culpable a Cristian Aguilar por intentar matar a su exmujer, Yohana Barrionuevo, prendiéndole fuego.

El dictamen fue por unanimidad, es decir, coincidieron tanto los ocho integrantes titulares del jurado popular, como los dos camaristas que emitieron su voto, Marcelo Salomón y Osvaldo Mario Samuel.

De esta manera terminó ayer un juicio cuya complejidad radicaba en que la propia víctima, después de acusar a Aguilar, se desdijo y aseguró que en realidad se había quemado sola.

Quedó demostrado a lo largo de tres extensas audiencias que los hechos fueron como lo sostuvo la acusación, es decir, que aquella mañana del 22 de marzo de 2015 el acusado roció a Yohana con combustible y arrojó una remera encendida sobre el cuerpo de la mujer, quien sufrió quemaduras que pusieron en riesgo su vida.

También se demostró que ante los gritos y pedidos de auxilio, acudieron tres jóvenes que estaban en el sector. Socorrieron a Yohana, sacaron a los hijos de la casa prendida fuego y luego persiguieron a Aguilar para evitar que huyera.

Para la defensa, no existen pruebas para demostrar esos hechos y por eso anticipó que después que se den a conocer los argumentos del fallo (lo que será el 11 de mayo), casará la sentencia ante un tribunal superior.

 

La última audiencia fue seguida por un marco de público integrado por familiares de Aguilar y estudiantes de Derecho

Los alegatos

La audiencia de ayer comenzó después de las 11 -estaba prevista a las 9.30, pero se demoró por la rotura del vehículo que debía traer a Aguilar desde la cárcel- con el alegato del fiscal Horacio Vázquez.

El funcionario judicial expuso los argumentos por más de dos horas, reseñando los aspectos más importantes de los testimonios que se escucharon en las audiencias y las pruebas recolectadas durante la instrucción.

Entendió que en base a esos argumentos «estuvo probada» la escalada de violencia ejercida en forma constante por Aguilar hacia la mujer.

Valoró el «compromiso cívico» de los testigos que socorrieron tanto a Yohana como a los dos pequeños hijos. Uno de esos testigos, que está actualmente detenido, fue «presionado» en la cárcel por Aguilar: «Le recriminó haberlo mandado en cana, a lo que Marchetti (el testigo) le contestó que debería estar agradecido por salvarle a los hijos».

Fueron esos jóvenes los que escucharon a Yohana, que, con la mitad del cuerpo quemado, le gritó esa trágica mañana de marzo a Aguilar: «Te dije que con fuego no».

Refutó el relato del ahora condenado, quien dio su versión ante el fiscal de Instrucción y luego se abstuvo de declarar: “Miente cuando dice que él sacó a los chicos de la casa, cuando las pruebas indican que los sacaron Celayes y Marchetti (los testigos). Además, su argumento no tiene lógica porque si Yohana se prendió fuego sola, ¿por qué se escapó?», expresó.

El jurado popular deliberó menos de una hora y decidió, por unanimidad, que el acusado era culpable

Al hablar de la relación conflictiva de la pareja, recordó que se conocieron cuando ella tenía 13 años, que según los testimonios la golpeó desde el princi­pio y que la mujer tenía una evidente relación de desigualdad frente a su concubino y padre de sus hijos, dado que, según los testimonios de los psicólogos, tiene una estructura psíquica que se puede definir como infantil. «La relación afectiva que mantiene con su pareja es como la de un niño con sus padres, si le falta, queda huérfana», dijo Vázquez, citando los informes psicológicos.

Esa estructura psíquica explica por qué se echó la culpa de su propio dolor. «Por varias razones, está descartada la veracidad de la versión inculpatoria que dio en este tribunal: no es verosímil, no coincide con las pruebas y, extrañamente, la hizo ante un escribano público antes que en la Fiscalía». En función de ello, pidió que el Tribunal remita los antecedentes para que se la investigue por falso testimonio.

Agregó que la retractación de la denuncia en delitos de violencia de género se da en el 90% de los casos y citó amplia bibliografía que aborda esa temática.

Tras esos argumentos, solicitó 14 años de prisión por homicidio triplemente agravado (por el vínculo, por ensañamiento y por violencia de género) en grado de tentativa.

Luego de un cuarto intermedio, el defensor Antonio Alarcos expuso sus fundamentos. «De los tres calificativos por los que está acusado Aguilar, lo único verdadero es que eran pareja», dijo.

Indicando que no hay prueba directa para sostener la acusación y que los únicos que saben lo que ocurrió en esa habitación sostienen que fue ella la que se prendió fuego sola, el abogado pidió la absolución. «Sin pruebas, no se puede condenar. Es preferible un culpable libre que un inocente preso», señaló, recordando que Aguilar llevaba -hasta ayer- 756 días detenido.

Remarcó que Yohana «es una mentirosa». «Declaró cinco veces: la primera el 12 de mayo, en la que incrimina a mi cliente. La segunda el 14 de agosto, en la que por problemas de salud no pudo terminar de declarar. No hay que tener muchas luces para saber que si en agosto estaba mal, en mayo debería haber estado peor. La tercera el 19 de agosto en la escribanía, adonde yo la llevé porque vino a mi estudio a contarme que se había quemado sola. La cuarta fue el 24 de agosto, cuando ratificó ante el fiscal que se había prendido fuego sola y la última, acá en éste tribunal, cuando dijo que ambos eran agresivos».

Cuestionó la conducta de Yohana, reflejada en una historia clínica que refiere abortos y problemas psiquiátricos y comparó a Aguilar, «que, tal como define la pericia, es un hombre tranquilo porque tiene la tranquilidad de un inocente».

Argumentó que las quemaduras en su brazo derecho se deben a que ella misma con ese brazo se arrojó el combustible de ese lado.

Finalmente, se planteó por qué la Municipalidad fue la única que ayudó a Yohana: «Todas las organizaciones que defienden a las mujeres no intervinieron. Me pregunto por qué. ¿Será porque creen en la versión que se quemó sola?», preguntó.

En consecuencia, pidió la absolución y coincidió con Vázquez en que deberían investigar a Yohana por falso testimonio.

 

Ultima palabra

El presidente del tribunal, camarista René Gandarillas, le dijo a Aguilar que antes de cerrar la audiencia tenía el derecho a decir su última palabra: «Soy ajeno a todo esto, eso yo no lo cometí. Estoy tranquilo», dijo.

De esta manera pasaron a deliberar los jurados, que en menos de una hora salieron con el veredicto de culpabilidad.

 

“Fue un mensaje claro a la sociedad”

Horacio Vázquez (foto) dijo que “el Tribunal y el jurado han llegado a una solución acertada”.

“Creo que es importante porque ante estas horas difíciles que estamos pasando frente a hechos de violencia de género en nuestra ciudad, en la provincia y en el país, este fallo en alguna medida puede ser ejemplificador y tener resonancia en la sociedad a fin de dar un mensaje claro de que la Justicia se está ocupando del tema”, agregó.

“Es difícil trabajar cuando el testigo principal (Yohana) se desdice, pero el cúmulo de pruebas ayudó a comprobar la acusación. Si bien pidió que se la acusara por falso testimonio, algo a lo que el Tribunal no hizo lugar, Vázquez dijo que “no hay que olvidar que es una mujer vulnerable”.

 

“Con un jurado técnico esto no pasa”

“Es una locura que le han dado forma jurídica”, dijo Antonio Alarcos (foto) al conocer la decisión del jurado.

“Estas son las consecuencias de dejar la Justicia en manos de legos. Siempre estuve en contra de los juicios por jurado. En este caso el resultado hubiera sido distinto si hubiera sido un jurado técnico; la gente común no tiene ni idea de leyes ni de derecho”, dijo. “Lo que nos interesa es saber la verdad de los hechos”, agregó, sin ocultar su indignación.

Finalmente, anticipó que va a casar (término técnico para la impugnación de la sentencia) el fallo condenatorio de su defendido.

 

La víctima imperfecta

Durante las audiencias se escuchó mucho hablar de Yohana: maltrata a sus hijos, se prostituye (o la prostituyen), insulta a la madre, insulta a la exsuegra. Busca ayuda, pero después se arrepiente. Y miente. Eso quedó claro.

Fue una tarea difícil la del fiscal de tratar de encontrar una explicación a esa conducta. ¿Cómo contradecir a la propia víctima, que dice que ella es la única culpable de lo que pasó?

A juzgar por el resultado del juicio, logró hacer entender que las víctimas no son perfectas. Tampoco tienen que ser buenas personas. Son víctimas y necesitan ayuda.

Tal vez Yohana sea el extremo del ejemplo de la vulnerabilidad en la que se encuentra una mujer agredida, de cómo se va horadando la personalidad hasta creer que ella no es nada sin él.

El Estado estuvo presente condenando a su expareja. Ahora tiene que seguir estando presente para orientarla, fortalecerla y empoderarla. No podrán convertirla en mejor o peor persona, tal vez ni puedan hacer que deje de mentir, pero sí podrán ayudarla en el camino para aprender a ser afectivamente independiente.

Patricia Gatti