El jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica San Martín aseguró que “el hecho de que sea deportista seguramente ha favorecido notablemente su recuperación”
Ayer dimos a conocer que Luis Russo, el arquitecto que la semana pasada cayó del quinto piso de un edificio en construcción de la ciudad de Villa Nueva, ya se encontraba alojado en una habitación común de la Clínica San Martín.
Para conocer más detalles sobre el tratamiento que el joven recibió luego del desafortunado hecho, EL DIARIO dialogó con el doctor Edgar Mamani, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de dicho nosocomio, quien comentó que “si bien ingresó lúcido y consciente desde el punto de vista neurológico, el paciente llegó a la clínica en mal estado debido a los varios golpes que sufrió”.
“Eso configuró un cuadro de politraumatismo, lo que significa que hubo varias fuerzas que actuaron sobre su cuerpo produciendo distintas lesiones”, amplió.
También indicó que “como uno no sabe qué lesiones puede tener el paciente, hay que hacer un estudio completo de todo el organismo”.
“En estos casos, el interrogatorio a los testigos del episodio es una herramienta muy importante para nosotros porque nos aporta mucha información acerca de cómo fue la cinética del trauma y eso permite hacer hincapié en determinados estudios”, sostuvo.
A la vez, señaló que “en el caso de Luis Russo teníamos el dato de que había caído de pie por el hueco de un ascensor en un edificio en construcción y eso nos hizo enfocarnos en determinados análisis. En este tipo de accidentes el mayor temor está representado por las lesiones en la columna vertebral”.
Al mismo tiempo, comentó que “en todo politraumatismo hay un protocolo de escaneo, donde con pocos estudios se trata de obtener gran cantidad de información del paciente”.
“Con este joven lo que se priorizó fueron los órganos vitales, pasando los no vitales a un segundo plano. Así, el escaneo cerebral dio buen resultado porque no tuvo ningún impacto directo en la cabeza. Lo que sí tuvo fue una conmoción cerebral que le provocó una amnesia del hecho, que se debió a la frenada brusca que su cuerpo tuvo contra el suelo”, añadió.
Seguidamente dijo que “pese a caer parado, el cerebro tiende a continuar descendiendo y eso genera que impacte contra la propia base del cráneo provocando la pérdida de cierto nivel de flujo sanguíneo”.
“Otra cuestión importante a analizar es la médula espinal, que tampoco tenía ninguna lesión cuando el paciente ingresó a la Terapia Intensiva. Sin embargo, si tuvo un aplastamiento en una de las vértebras lumbares altas y fracturas en las lumbares bajas”, informó.
A continuación, señaló que “luego se analizó el resto de los órganos vitales, como corazón, pulmones, aorta, hígado, vaso y riñones, porque con este tipo de impacto los órganos tranquilamente pueden desprenderse y producir hemorragias internas”.
“Afortunadamente, eso a Russo no le sucedió. Sus órganos estaban en buen estado y esa fue una gran suerte. De no ser así, su tratamiento habría sido mucho más complicado”, destacó.
Para seguir, el profesional de la salud manifestó que “donde sí tenía una lesión era en el sector pulmonar, no por un golpe, sino por el fenómeno de frenado brusco anteriormente explicado”.
“El paciente estuvo en Terapia Intensiva para el control de esa contusión pulmonar. Ese hecho generó, además, que el pulmón juntara líquido y que descendiera el nivel de glóbulos rojos”, sostuvo.
Sobre el estado actual del joven accidentado, Mamani indicó que “en estos momentos el paciente está internado en una sala común, en muy buen estado general, fuera del peligro inicial y sólo para terminar de controlar que la parte pulmonar vaya evolucionando”.
“De la cuestión inicial Russo ya está fuera de peligro, pero sí hay que tener en cuenta las complicaciones que pudieran surgir a largo plazo”, relató.
En ese panorama, fue positivo al afirmar que “quedan pocas horas para que el paciente reciba el alta y después hay que ir controlando, a través de un estudio por imágenes, el tema del líquido en los pulmones. Lo ideal sería que el organismo vaya absorbiendo ese líquido y que no sea necesaria una intervención quirúrgica para realizar un drenaje”.
“Por la gravedad del hecho, podría decirse que lo de este joven fue una desgracia con suerte. El tipo de trauma que tuvo podría haber generado un panorama mucho peor”, destacó.
Por último, remarcó que “el hecho de que sea deportista seguramente ha favorecido notablemente su recuperación. En Terapia Intensiva a eso lo vivimos constantemente y es un buen momento para enviar un mensaje a la sociedad en general: no es lo mismo la recuperación de una eventualidad en una persona previamente sana y con buen estado físico a alguien que, por ejemplo, es obeso o fuma”, analizó.