Se trata de Sergio “Checho” Peralta, quien recibió una pena de un año y dos meses de prisión efectiva por hacer caso omiso a una disposición de la jueza de Violencia Familiar, que le impedía acercarse a su expareja. Quedó a un paso de la “libertad asistida”
Un jornalero de 31 años fue condenado ayer en la Cámara del Crimen de Villa María, por no cumplir una orden de restricción e impedimento de contacto dispuesta por la jueza de Niñez, Juventud y Violencia Familiar de los Tribunales locales.
En el marco de un juicio abreviado, Sergio Sebastián Peralta fue declarado autor penalmente responsable de “desobediencia a la autoridad reiterada”, por dos hechos registrados en junio y en agosto de 2016 y se le impuso una sanción de un año y dos meses de prisión de cumplimiento efectivo, con declaración de reincidencia y costas.
Peralta, alias “Checho”, nacido en esta ciudad el 6 de septiembre de 1985 y con último domicilio en Intendente La Colina 649, en barrio Nicolás Avellaneda, está detenido desde mediados de agosto pasado, como consecuencia de haber incumplido dos veces una resolución dictada por la jueza Inés Mariel el 30 de mayo de 2016.
En aquel fallo, la magistrada le prohibió al jornalero “comunicarse, relacionarse, entrevistarse o desarrollar cualquier conducta similar con respecto a la señora María Florencia Aráoz, por el término de seis meses”.
La orden de restricción tenía vigencia hasta el 30 de noviembre, pero Peralta la desobedeció y retomó la relación con su expareja en dos oportunidades: la primera, entre el 30 de mayo y el 10 de junio, y la segunda, el 10 de agosto, en ambos casos en la vivienda ubicada en Ramiro Suárez sin número (entre Intendente Maciel e Intendente Correa), en barrio Felipe Botta.
Como el acusado admitió su responsabilidad en los hechos que se le atribuían, el trámite del juicio oral y público se hizo abreviado, omitiéndose la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias ubicada en el quinto piso del Palacio de Justicia villamariense.
El juicio fue presidido por el camarista René Gandarillas y contó con la participación del fiscal Correccional, Horacio Vázquez; del abogado defensor Jorge Bustos y de la secretaria Marcela Mattalía.
Como Peralta lleva poco más de nueve meses en la cárcel y completará la sanción a mediados de octubre, podrá requerir la aplicación de la “libertad asistida”, instituto legal que permite salir seis meses antes del cumplimiento total de la pena.
La Defensa solicitó ayer mismo el citado beneficio excarcelatorio, aunque para que prospere, el condenado deberá sortear con éxito una pericia psicológica y haber observado buena conducta durante todo el período de detención.
Multirreincidente
Cabe señalar que Peralta fue declarado reincidente ya que registra otras cuatro condenas por diferentes hechos delictivos, la última dictada el 23 de septiembre de 2013 por la misma Cámara del Crimen, que lo sancionó por golpear, amenazar y privar de la libertad a la mismísima Aráoz.
En aquella ocasión, en otro juicio abreviado, el irascible sujeto (que por entonces se ganaba la vida como peón rural) fue declarado autor responsable de “lesiones leves”, “amenazas”, “amenazas calificadas” por uso de arma impropia y “privación ilegítima de la libertad calificada” por uso de arma de fuego y se le impuso una pena unificada de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, también con declaración de reincidencia.
Sin embargo, como cumplió casi la totalidad de esa sanción (concretamente estuvo dos años y siete meses entre rejas), no se unificaron aquella sentencia de 2013 con la de ayer.
Condenas anteriores
El 25 de abril de 2005, cuando tenía 19 años, Peralta recibió una pena de tres años de prisión tras ser declarado autor de “robo calificado” reiterado por escalamiento (dos hechos), “robo”, “coacción calificada” por uso de arma, “violación de domicilio”, “privación ilegítima de la libertad” y “lesiones leves” y coautor de “daño”, “resistencia a la autoridad” y “amenazas calificadas”.
Como se trataba de la primera condena, pudo obtener la “libertad condicional” pocos días después, luego de cumplir ocho meses entre rejas.
En tanto, el 27 de abril de 2007, en un segundo proceso penal, fue hallado culpable de “hurto calificado” y “encubrimiento” y se le aplicó una sanción de un año de prisión efectiva, aunque la misma se unificó con aquella de 2005 y se le impuso una única condena de tres años y 10 meses de cárcel. Recuperó la libertad el 3 de noviembre de 2008.
La tercera sentencia judicial la recibió el 16 de diciembre de 2009, después de que Peralta reconociera haber participado en un asalto callejero junto a otros tres sujetos, en perjuicio de un joven motociclista.
En esa oportunidad, el reincidente presidiario recibió una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, tras ser declarado coautor de “robo calificado por uso de arma” cuya operatividad no se pudo acreditar, ya que jamás fue encontrada por la Policía.
La cuarta condena fue la del 23 de septiembre de 2013 y la quinta y última la que el juez Gandarillas le impuso en la mañana de la víspera.