Los paseos del bebé
Si el pediatra lo autoriza, un bebé a los pocos días de nacido ya puede hacer paseos breves, pero siempre evitando los lugares de gran concentración de gente, como los shoppings, supermercados o las reuniones muy concurridas. Esto es así porque hay mayores probabilidades de que en esos espacios se encuentren gérmenes y de que lo toquen o se sienta molesto, además de contagiarse de alguna enfermedad (por ejemplo, resfriarse en lugares encerrados con mucha gente, en época invernal). Lo más adecuado es que siempre vaya en su cochecito, un corto paseo por una plaza tranquila. El beneficio será, por partes iguales, para la mamá y el bebé.
Atención: las caídas del bebé
La caída más frecuente de un bebé chiquito es la del cambiador -porque no se ha previsto que pueda voltearse, por ejemplo-. Si el bebé es muy inquieto, conviene siempre asegurarse de que en cualquier lugar donde se lo deje también se le coloquen defensas a los costados, como almohadones. Si el moisés tiene poca estabilidad, éste también será un peligro potencial para una caída, pero nada mejor que la mirada cuidadosa de los padres para prever los posibles accidentes.
Alzar al bebé
Siempre es necesario que el bebé encuentre un buen sostén para su cabeza, que es muy pesada y no se sostiene sola. Si está acostado, hay que deslizar una de las manos bajo su nuca y espalda, mientras que con la otra se sostienen sus nalgas. La cabeza del bebé debe encontrar apoyo en el hueco formado por el brazo flexionado de quien lo sostiene.
Abrazarlo contra el cuerpo de su madre o de su padre puede ser una posición muy cómoda para él y en la que pronto hallará tranquilidad. Es importante que desde chiquito encuentre y reconozca hábitos de comodidad -procurados por sus padres- porque esto hará que en situaciones de llanto o de intranquilidad se calme más rápidamente cuando se le ofrece esa postura.
El test de Apgar y otras pruebas médicas
El test de Apgar consiste en una serie de pruebas que se le efectúan al recién nacido y se evalúan según un puntaje ya establecido. Se evalúa el ritmo cardíaco -la fuerza y regularidad de los latidos-, la respiración -la madurez de los pulmones-, el tono muscular del bebé -según cómo se mueva-, el color de la piel -mide la oxigenación de la sangre que logran los pulmones- y los reflejos -su respuesta a distintos estímulos-. Cada uno de estos ítems merece el puntaje de 2 si la respuesta del bebé es óptima, 1 o 0 son los otros puntajes posibles. La prueba se toma al minuto del nacimiento y, por segunda vez, a los 5 minutos, para ver si el bebé ha reaccionado bien en su adaptación a su nuevo medio. Por eso, los resultados se expresan en dos cifras -la que corresponde al primer minuto y la calificación a los 5 minutos de vida-: de 7-10 a 9-10 puede ser el resultado de un bebé normal. Una puntuación por debajo de 7 en el primer minuto requiere oxígeno o tiempo para que el bebé libere, gracias al llanto, el líquido amniótico que tenga en los pulmones, por ejemplo. Un puntaje por debajo de 4 requiere un esfuerzo médico inmediato y máximo. Por eso, se toma una segunda prueba a los 5 minutos, cuando el bebé -por sí solo o gracias a la pronta ayuda de los médicos- se habrá adaptado satisfactoriamente a su nuevo medio.
El neonatólogo revisará sus proporciones y sus rasgos físicos, también su columna vertebral, registrará el paso o retención de la orina y las deposiciones y sus extremidades. También lo pesará, medirá la circunferencia del cráneo y su largo de la cabeza a los pies. Corroborará que sus caderas estén ubicadas correctamente y no haya luxación.
Al segundo día de vida, un pinchazo en el talón se convierte en una prueba fundamental para asegurar la salud del bebé recién nacido. La muestra de sangre extraída permitirá realizar el test de metabolopatías (trastornos metabólicos). En caso de padecer alguna afección el tratamiento debe comenzar a los pocos días de vida, por lo cual es importante obtener los resultados lo antes posible.
El test FEI
Se denomina FEI al programa de detección de hipotiroidismo congénito y fenilcetonuria desarrollado por la Fundación de Endocrinología Infantil. Las enfermedades detectadas por este test pueden ser:
-Hipotiroidismo congénito: ausencia total o parcial de la hormona tiroidea.
-Fenilcetonuria: incapacidad del organismo para transformar un aminoácido o componente de las proteínas (como las de la leche).
-Hiperplasia suprarrenal congénita: pueden ser distintos trastornos provocados por la ausencia de la síntesis de cortisol, que es una hormona producida por las glándulas suprarrenales.
A las 24 horas, el pediatra le hará un examen más extenso que incluirá el chequeo del peso y las medidas de la cabeza (puede haber alguna variación respecto de la medida inicial, ya que puede haber pasado la influencia del pasaje por el canal de parto, cuando los huesos de la cabeza del bebé que no están soldados se adaptan a él) y de longitud. También comprobará los latidos del corazón y la respiración, palpará los órganos internos del recién nacido -riñones, hígado y bazo-, chequeará sus reflejos, revisará sus extremidades, los órganos genitales y el cordón umbilical.
(Fin de la segunda y última parte)
Patricia Rodríguez de Vodanovic Lic. en Educación Física, en Kinesiología y Fisioterapia – MP 5215 Centro Integral de Preparación para el Parto