La investigadora Marilina Truccone, estudia el uso que hace la militancia partidaria de las nuevas tecnologías. Observa que aparecen como un reflejo de la participación territorial que permitió “desterrar los prejuicios” existentes
Con el surgimiento y desarrollo de nuevas formas de comunicación, dominada por el uso de tecnologías de información y comunicación, los actores políticos desarrollaron su accionar teniendo en cuenta cada vez más el nuevo espacio que se va generando a partir del uso de las tecnologías
Teniendo en cuenta este contexto Marilina Truccone indaga sobre la forma en que el militante partidario utiliza las redes sociales como herramienta de participación política partidaria.
Este proyecto es parte del trabajo de investigación dirigido por Omar Barberis que aborda la construcción de la decisión en los partidos políticos de gobierno desde la influencia en las redes sociales basándose en el caso del PJ y la UCR en la Provincia de Córdoba.
El trabajo supone problematizar sobre la lógica que subyace al auge de la militancia partidaria con el surgimiento de las nuevas tecnologías y las redes sociales. “La toma de decisiones sobre su uso dentro de las estructuras partidarias fue desplazándome hacia la militancia y no se encuentra restringido”, aseguró la investigadora.
El argumento de esta afirmación es que en sus actividades cotidianas los militantes aplican tecnologías y dispositivos en un escenario que se va digitalizando.
“A veces es explícito el uso de las TIC’s, pero están implícitas las decisiones; surge la necesidad de visibilizar lo que se está haciendo y la militancia 2.0 aparece como un reflejo de la militancia territorial”, explicó. En ese sentido aclaró que “los militantes saben que no puede haber cibermilitancia sin poder visualizar la militancia en territorio”.
Comprender el ciberespacio
Para intentar comprender qué implica el ciberespacio, el proyecto se centró en las características de las nuevas tecnologías para luego salir al campo y obtener, mediante entrevistas semiestructuradas a militantes, información de primera mano, además de observar el modo de funcionamiento.
“En el campo se pudo dar cuenta de una necesidad creciente de usar las nuevas tecnologías y de visibilizar las actividades militantes para que se produzca el debate”, comentó. En ese punto los investigadores avanzaron para destacar los debates que se van generando en la red desde diálogos que “pasan a ser importantes para un tercero que también toma posición sobre el tema”. Así, el autogestionamiento en la disputa por la formación de opinión pública pasa a tener un rol importante y deriva de la interactividad que hace el militante en las redes sociales. “Lo principal es la masividad y, teniendo en cuenta que todo puede ser visibilizado, existen ciertas reglas de publicación, estrategias sobre cómo publicar fotos con eslóganes”, aclaró.
Según Truccone, otro aspecto que sobresale de la investigación es que los militantes reconocen que la cibermilitancia “les permitió desterrar los prejuicios” existentes sobre la militancia partidaria. “En este sentido podemos ver un fervor y una conciencia sobre la realidad social del país: son jóvenes que trabajan, estudian y militan”, apuntó.
La militancia de base muestra una nueva forma de hacer política en la cual se destaca el carácter de circulación de la información construida en un proceso bidireccional que implica acción. Surge a la vera de las estructuras partidarias que aún mantienen una construcción de hegemonía. Allí, las redes desmonopolizan la comunicación y la cibermilitancia trabaja en ida y vuelta: “Se tiene que llenar de militancia territorial, pero también es un disparador que sirve para llevar adherentes a la organización; el militante muestra lo que se hace, comparte y recrea la información tomando consejos y opiniones para seguir, entonces las redes pasan a ser una herramienta porque son espontáneas”, enfatizó Truccone.
Al ser consultada sobre las brechas que existen en el uso de las TIC’s, dijo que se redujeron en “virtud de una decisión política que llevó a eso”. En poco tiempo, consideraron, “la brecha pasará por los usos y no por las estructuras, se puede caer en reproducir información sistematizada por eso el desafío de la militancia es qué tipo de uso se le dará y cómo se conforma esa información”.