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Reflejan que el encierro afectó la visión de los internos de la cárcel

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Reflejan que el encierro afectó la visión de los internos de la cárcel
Las tres docentes que guiaron a estudiantes, hombres y mujeres, a estudiar el tema

Lo indica un estudio que hicieron los estudiantes de Nivel Primario del penal villamariense junto a docentes. La visión es el sentido más afectado por el contexto. Influye la falta de luz solar

Las tres docentes que guiaron a estudiantes, hombres y mujeres, a estudiar el tema

Escribe: Diego Bengoa
DE NUESTRA REDACCION

Un trabajo de investigación que pasó las instancias zonal y provincial de la Feria de Ciencias y Tecnología reveló que las personas privadas de la libertad ven afectada su visión por las características del encierro.

Esa es la conclusión a la que llegaron treinta estudiantes de Nivel Primario del Establecimiento Penitenciario Número 5, junto a las docentes Diana Martínez, Elba López y Norma Alloco. También tuvieron el asesoramiento del profesional Lucas Riera.

EL DIARIO ingresó ayer a la cárcel de barrio Belgrano para concurrir a las aulas de la escuela. Esta es la tercera vez que alumnos y alumnas del primario toman un tema vinculado a su contexto e investigan para participar de la feria. En 2011 abordaron la participación política de procesados, en 2013 analizaron el tratamiento de los residuos en el penal y ahora estudiaron el impacto de la prisión en los sentidos.

“Cuando empezamos el ciclo lectivo de este año volvimos a observar que los estudiantes tenían dificultades en fijar la vista en el pizarrón y también detectamos que muchos tienen problemas visuales para leer y escribir”, explicó Martínez a este matutino.

Las tres maestras coincidieron en que es una problemática con la que se encuentran año tras año y que es algo en lo que concuerdan los docentes del secundario.

Ante esto, avanzaron en analizar los efectos del encierro en los cinco sentidos y finalmente definieron que es la visión el más afectado, principalmente “por la falta de luz natural”.

“El ojo humano está preparado para ver a la distancia, para tener contacto con la luz natural, para la diversidad de colores, y precisamente esas tres características son las que no abundan aquí”, puntualizó Martínez.

Graficó que en el establecimiento penitenciario “los espacios son estancos y compartimentados y el contacto con la luz natural es escasísimo, a menos que vengan a la escuela, pero es mínimo el porcentaje de la población carcelaria que lo hace”. Añadió que hay escasos colores, todo es gris, blanco o amarillo.

El abordaje del tema no quedó solo en el diagnóstico, sino que alumnos y profesores avanzaron en buscar una manera de aminorar este deterioro visual.

Así, con el asesoramiento de Lucas Riera y con bibliografía que sustenta la problemática (apuntaron que investigar contextos de encierro se enfrenta con el problema de que no exista mucha bibliografía, y particularmente en este tema les costó conseguir evidencia científica, pero la obtuvieron) determinaron distintos hábitos “mínimos pero muy importantes” a adoptar.

Estos son, por ejemplo, lavarse los ojos todas las mañanas y hacer ejercicios diarios de entre 5 y 10 minutos para hacer trabajar la vista, como alejar y acercar la lapicera a los ojos.

El resultado de la implementación de estas acciones se verá con el tiempo y prevén que precisamente ese será el segundo eje del trabajo, en 2018.

“Para constatar lo que ocurre se realizarán las experiencias en un tiempo prolongado”, anticiparon las maestras.

También apuntaron a que lo ideal sería contar con anteojos. Cuando se les preguntó si ven complicado cambios en la infraestructura del penal para que exista más luz solar, destacaron que el pabellón inaugurado recientemente tiene esa característica.

“Esta cárcel tiene casi 100 años, fue construida con la perspectiva de castigo. Hoy son concebidas para mejorar la calidad de vida. El nuevo pabellón tiene ventanas, más luz solar, algo que no ocurre con los de planta baja”, graficaron.

Añadieron que esto es muy importante porque, por caso, los hombres privados de la libertad salen solo dos veces a la semana al patio, por menos de dos horas. Cuando lo hacen, según comentaron, tienen fotofobia, por no estar acostumbrados a la exposición solar.

Volviendo al trabajo en sí, el establecimiento villamariense participó en la modalidad de contextos de encierro, como también lo hizo la cárcel de Cruz del Eje.

Parte de los evaluadores de la feria asistieron al penal local para hablar cara a cara con los protagonistas del estudio, los propios internos.

Para la instancia provincial, éstos participaron mediante grabaciones, ya que no pueden salir de la institución. Lo mismo ocurrirá cuando se llegue a la faz nacional, pautada para el 17 al 20 de noviembre en Tecnópolis.

Las entrevistadas valoraron el respaldo de Yanina Picca, jefa del área de educación del Servicio Penitenciario villamariense, para abordar estas temáticas.