Estudio preliminar
Los tejidos cerebrales de los enfermos tienen el doble de herpesvirus que los cerebros sanos
Escribe: Miguel Angel Criado
DIARIO EL PAIS DE MADRID
Los virus que se contraen en los primeros años de vida están relacionados con el Alzheimer que devasta los últimos años de la vida de millones de personas. En una demostración del poder de la ciencia con datos masivos, investigadores de una veintena de instituciones de EE.UU. han encontrado que la presencia de dos miembros de la familia herpesviridae es mucho mayor en el cerebro de los que han sufrido la enfermedad. La conexión no significa que los patógenos causen la enfermedad de Alzheimer, pero da argumentos a una de las hipótesis sobre el origen todavía desconocido del mal postulada a mediados del siglo pasado.
La enfermedad de Alzheimer es el principal tipo de demencia relacionada con la edad. En Europa, la incidencia es de 11 casos por 1.000 habitantes. En España, el 7% de los mayores de 65 años sufren Alzheimer, porcentaje que sube hasta el 50% en los mayores de 80 años. El mal, que se ceba primero con la memoria inmediata, va borrando cada vez más recuerdos, hasta afectar a otras habilidades cognitivas. Descrita hace más de un siglo, aún se desconoce qué la provoca, se caracteriza por la formación de placas y ovillos alrededor de las neuronas.
Casi sin pretenderlo, investigadores estadounidenses han encontrado pistas que señalan al posible papel vírico en la enfermedad. Buscando los mecanismos concretos del Alzheimer para el diseño de potenciales fármacos, científicos del Hospital Monte Sinaí secuenciaron el material genético de muestras de regiones del cerebro (las más castigadas por el mal) de 622 fallecidos con la enfermedad y otros 300 que murieron con su cerebro intacto. El análisis mostró que los tejidos cerebrales de los primeros contenían una cantidad anormalmente alta de herpesvirus humano 6A (HHV-6A) y el herpesvirus 7 (HHV-7). Se trata de dos virus aún poco conocidos por la ciencia (ambos fueron aislados hace unos 30 años), que pasan al organismo a edades muy tempranas, muchas veces asintomáticos y muy extendidos entre la población.
Gracias al impulso de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., los investigadores pudieron disponer de muestras de otros casi 1.000 cerebros de otros bancos de tejidos cerebrales para repetir su estudio. Tal y como publican en la revista especializada Neuron, los resultados replicaron los del primer trabajo. Aunque la generalidad de las muestras tenía el rastro de diversos virus humanos muy comunes, en el caso de las personas que murieron con la enfermedad, la cantidad de estos herpesvirus al menos doblaba a la de los cerebros sanos. Más relevante aún, genes que se sabe intervienen en el Alzheimer aparecían infiltrados del material genético (ARN) de los virus.
«Los estudios anteriores sobre la conexión entre virus y Alzheimer han sido siempre muy indirectos y correlativos. Pero nosotros hemos podido realizar un análisis computacional más sofisticado usando diversos niveles de información genómica tomada directamente del tejido cerebral de afectados. Este análisis nos ha permitido comprobar cómo los virus están interactuando directamente o corregulando genes que se sabe intervienen en el Alzheimer», dice en una nota el investigador de la Escuela Icahn de Medicina del Monte Sinaí y principal autor del estudio, Joel Dudley. «No creo que se pueda afirmar que los herpesvirus son la causa principal del Alzheimer. Pero lo que es evidente es que interfieren y participan en las redes que directamente están detrás de la fisiopatología de la enfermedad», añade.
Los autores del estudio insisten en que hay mucho que investigar aún antes de determinar una relación causal entre los virus y el Alzheimer. De hecho, la conexión que han encontrado bien podría ir en dirección contraria: la mayor presencia de estos virus en los cerebros de personas con Alzheimer podría deberse a la facilidad para su propagación que ofrece un proceso neurodegenerativo como éste.
Es lo que recuerda la integrante del Instituto para la Investigación de la Demencia del Reino Unido, Tara Spires-Jones: «Sus análisis son consistentes y señalan que estos virus pueden estar interviniendo en los cambios cerebrales dañinos que provocan el Alzheimer; sin embargo, también es posible que las personas con la enfermedad sean más susceptibles a infecciones cerebrales puesto que el Alzheimer daña la barrera entre el torrente sanguíneo y el cerebro que lo protege de las infecciones».
Buscan incluir en el apto escolar el control lumbar para la detección de la escoliosis
El control de los problemas lumbares para incluirlo en el apto físico escolar con el fin de una detección temprana es una práctica que impulsa el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en los colegios secundarios que dependen de esa casa de estudios, y que busca extenderlo al ámbito porteño y nacional.
«Es un proyecto del Programa de Escoliosis del Hospital de Clínicas para que los problemas lumbares también sean parte del apto físico escolar», precisó a través de un comunicado ese centro de salud en el marco del Día Mundial de la Escoliosis, que se conmemoró ayer.
“Abordar la escoliosis en forma temprana mejora las posibilidades de tratamiento”, afirman los especialistas de ese centro médico, tras aclarar que están «trabajando con los colegios universitarios, el Carlos Pellegrini y el Nacional Buenos Aires, para brindar controles gratuitos como parte de los chequeos anuales obligatorios que dan el apto físico».
El coordinador del Programa, Andrés Ferrero, destacó que “a partir de esta iniciativa, instalamos la idea de prevención y diagnóstico temprano. El puntapié inicial son estas escuelas, pero nos planteamos extender la misma modalidad de control obligatorio a otras escuelas de la ciudad para luego llegar a nivel nacional”.
Para Ferrero la clave está en el diagnóstico temprano y sobre todo en el rol de padres y maestros en la detección de síntomas.
“La escoliosis se detecta prestando atención a la postura y la forma de desarrollo de los adolescentes. Si los maestros o quienes conviven con el chico detectan, por ejemplo, cambios en la postura o diferencia de altura entre un hombro y otro, es tiempo de consultar al traumatólogo», afirmó.
En este sentido, añadió que «cuanto antes lo abordemos, mejores resultados terapéuticos podemos esperar”.
La escoliosis es uno de los problemas de salud más comunes en la espalda de los jóvenes.
Según la OMS, afecta a 3 de cada 100 personas y es levemente más frecuente en mujeres que en varones.
“El crecimiento alterado de la columna puede traer severas consecuencias a futuro. Lo típico de estas escoliosis es que no hay dolor, por lo que cuando el especialista interviene se encuentra con un estado avanzado de la enfermedad», sostuvo Ferrero.
Recordó que el Programa de Escoliosis del Hospital de Clínicas brinda una atención personalizada y realiza el diagnóstico, control y seguimiento de cada paciente, para garantizar su bienestar físico y reducir el impacto que esta afección pueda tener en su calidad de vida.