LIGA VILLAMARIENSE – Clausura – 1ra. fecha – Zona C
Con tres grandes goles, Española venció a San Lorenzo de Las Perdices 3 a 1 en el inicio del campeonato. Margaría, Molar y Moreno marcaron para edificar el triunfo. Zuriaga anotó el descuento
Escribe: Beto Arce
Cuando algo nuevo comienza, algo nace. La ilusión se renueva y el corazón se agita de emoción. Si la cita es a las 15.45, la felicidad empieza a sentirse a la hora de almuerzo, cuando algunas contracciones propias de la ansiedad nos hacen preguntas sobre respuestas que ya sabemos…
Otra vez, una vuelta más, de nuevo… La pelota y el domingo, el sol y el perfume del choripán, las manos en forma de garra detrás de un alambrado, un policía que mira el partido, un periodista que recuerda una buena tarde en ese misma cancha, un dolor de panza que no es dolor, sino miedo, un miedo que no es miedo, sino el coraje de asumir que algo nuevo va a pasar.
Española le ganó 3-1 a San Lorenzo en el inicio del campeonato con una demostración de buenos pasajes de fútbol. Intenso, asfixiante, sin dejar rastros de ese miedo ya vestido de coraje, dibujó una gran sonrisa para el inicio de esta semana. San Lorenzo, que no jugó mal, pero no pudo seguir el ritmo hasta el final del primer tiempo, se fue con cara de perro malo en su viaje por la 158 camino a casa, planeando el renacer del próximo domingo.
Los minutos iniciales resultaron ser los mejores del Santo. Un alto remate de Ferreyra no tuvo éxito a los 4 m; otra vez Ferreyra en una posición adelantada que no fue tras un pase brillante del Facundo Bollati, le enfureció el estómago de injusticia con un grito al cielo a los 12 m; Tóffolo desperdició un mano a mano increíble ante Mancilla luego de tirar un delicioso sombrero que lo dejó en zona de ejecución a los 27 m; y el propio Mancilla sacaría del ángulo un exquisito remate de Chila Bollati ligado a una enorme gambeta con quiebre de cintura incluido a los 30 m.
Española no había llegado al arco, pero tampoco evidenciaba puntos débiles. Y así aguantó hasta la última acción de la primera parte. Se detuvo en el tiempo una pelota en la puerta del área para que todo cambie, para que seamos testigos de un nuevo renacer, para que algo pase y así reaccione. Margaría había sido quizás hasta entonces un jugador callado, que incluso recibió reprobaciones de sus compañeros más cercanos en el campo por algunas imprecisiones, y este tipo de sucesos son cruciales. O te venís abajo o levantás la cabeza. Margaría centró el objetivo y con un derechazo brillante envió al gol todas esas emociones hondas para poner el 1-0 con el tiempo cumplido.
El complemento sería muy distinto, sobre todo porque San Lorenzo ya no mostraría lo que pudo hacer. Española en tanto incrementaría sus posibilidades a partir del resultado a favor y las ansias de seguir marcando. Avisó con un zurdazo de Moyano que se muy cerca a los 6m tras combinar con Mancilla y efectivizó sus intenciones con una genialidad de Molar. Entre el empeine y el tres dedos la pelota se siente cómoda como si descansara en un colchón de dos metros; así sintió cuando la impactó el 10. La sonrisa de la redonda tomó forma de curva, y el ángulo derecho fue el destino. Un golazo (2-0) para aplaudir…
Entre Cativelli y Moreno tuvieron el tercero a los 25 m y reventó el travesaño Moyano con un zurdazo de larga distancia a los 36 m. Parecía que el final estaba al caer, pero si de algo sabe el fútbol es que no hay recetas y que la fe puede derrumbar cualquier estructura. En una pelota parada el DT Valle se volvió loco pidiendo que marquen desde adentro; allí en el corazón del área fue donde Zuriaga metió el puñal con un cabezazo para llenar al Santo de esperanza: 2-1 a los 44 m.
La fe se quebró cuando las piernas pesaron demasiado. San Lorenzo empujó hasta que pudo y sufrió el final. Un movimiento genial en un contragolpe encabezado por Cativelli y facturado por Moreno, bajó el telón a los 46 m, dejando un 3-1 que arroja renacimientos diferentes.
Todo comienza otra vez… para Española, que ya ganó su primer partido, y alimenta así nuevamente la ilusión de ser en primera lo que regularmente es en inferiores; también para San Lorenzo, que no jugó mal, perdió, y se fue pensando en un rápido desquite en Las Perdices. El renacimiento es algo por lo que deberíamos optar más a menudo: para aferrarnos a un gol disfrazado de vida o para dejar atrás lo que no podemos cambiar, eso que se disfraza de derrota. Renacer se nos presenta casi como una obligación…
El árbitro
Brian Chiaraviglio
Estuvo a tono con el encuentro, dirigió de cerca y no se le escapó ninguna. Apenas sólo un amonestado en un correcto desarrollo. Los futbolistas le mostraron respeto y jamás corrió riesgo su buena tarea.
La figura
Fabricio Molar
Se mostró muy participativo en un partido intenso. Controló el balón, lo puso en el suelo cuando su destino fue incierto y se dio el gustazo de clavarla al ángulo desde fuera del área. Moreno, hambriento en ataque, también se despachó con un golazo colectivo sobre el final.