APERTURA – Cuartos de final – Revanchas
Escribe Daniel Rodríguez Fotos Osvaldo Carballo
Cuando el partido se le ponía “chivo”, Rivadavia le empató a San Lorenzo en Las Perdices sobre la hora y dejó el global 3 a 1 a su favor. Ahora, el Verde deberá enfrentarse a Argentino en instancias de semifinal
La cancha era un hervidero. Ya desde temprano la parcialidad perdiceña estaba colmando las gradas a la espera de la hora señalada. Es que el Santo recibía a Rivadavia de Arroyo Cabral con el desafío de dar vuelta una serie que lo tenía 0 – 2 abajo. Una tarea que desde temprano, en los papeles, no pintaba fácil.
Los Verdes tampoco eran menos; un buen número de simpatizantes también se hizo presente aguantando al equipo de Santoni y compañía.
Ya desde el inicio todas las ideas previas parecían caer por tierra. Es más: San Lorenzo apostó a un planteo más bien ofensivo, pero no podía penetrar con comodidad la última línea defensiva formada por el adversario. Los visitantes, por su parte, se dedicaron a esperar plantando una doble línea de cuatro teniendo a Nicolás Pedernera con el mediocampo disponible para dar lucha y acompañar a Tadeo Albiero y Nicolás Gayoso. Con ése dibujo, los cabralenses apuntaban un poco más a una contra que los deje bien parados, pero se les hacía complejo hacer las réplicas con comodidad.
El inicio del encuentro lo tuvo a Maximiliano Demarchi a muy poco de abrir el marcador tras aprovechar un error de Emiliano Rodríguez (arquero anfitrión). Más tarde, en la misma jugada, Toledo también mostraba que su equipo tenía deseos de aproximarse. Fallaban en eficacia.
Es que el azulgrana intentaba romper la muralla defensiva del último campeón, pero carecía ese “plus” para definir en la línea final. Explorando las bandas, Guido Ferreyra y Juan Medina intentaban jugar profundo, pero al momento de definir no lo hacían cómodos. Es que en el fondo se encontraban bien plantados a Demarchi, Pascual Gudiño y Diego Villagra; todo esto sumado a la seguridad que da un portero del calibre de Marcelo Berardo.
Rivadavia le cedió la pelota al rival y se quedó a la espera de los embates, mas los ataques que sufrió fueron poco punzantes y las pelotas que supo capitalizar saliendo desde el fondo no tuvieron incidencia, ya que Gayoso o Albiero quedaban demasiado separados de la mitad de la cancha, con un equipo partido en dos.
Una cercana tuvo San Lorenzo a los 35 minutos, siempre del primer tiempo, por medio de un cabezazo de Medina tras un centro de Ferreyra, pero más allá de eso no hubo ninguna situación meramente considerable. En algunos contragolpes Gayoso, por el lado de la visita, pateó tibiamente al arco sin lograr inquietar de manera contundente la defensa rival. Con el buen trabajo de José Villagra no alcanzaba.
El balón comenzaba a volar por los aires y poco favorecía esta situación a la escuadra de Franco Herrera, quien vivió el encuentro con intensidad.
Recalculando
En la segunda etapa los técnicos comenzaron a mover un poco el banco de relevos, imaginando así que la historia podría torcerse. Prácticamente de arranque, en el local Carrizo ingresó por Toledo, en tanto Gozzerino remplazó a Pulga Villagra (amonestado). De esta forma, Santoni se aferraba a un resultado que lo favorecía. Tóffolo ingresó también por Zuriaga, en el local, pensando así en enviar mayor cantidad de jugadores al ataque porque el reloj avanzaba y las redes aún no se movían.
Los dueños de casa merodeaban, pero no podían usufructuar ninguna chance, ya en la parte final asumiendo todos los riesgos, con dos defensores en el fondo para que “se las arreglen” con el recién ingresado Páez y Albiero (luego lo haría Javier Demarchi).
A los 41 minutos ya todo parecía indicar que el cero no se iba mover, y después que Ferreyra y Carrizo erraron en sus oportunidades.
Igualmente, producto de un tiro libre obtenido en tres cuartos de cancha, Facundo Pettiti envió un balón que ingresó a rastrón al área y fue capitalizado por Jonatan Silva, quien le pegó fuerte casi rompiendo el techo del arco. Comenzaba otra historia y la gente se volvía loca.
San Lorenzo se venía y se venía. Aún así, más allá de que los cabralenses protegían a Berardo con casi toda su gente, dos delanteros quedaban a la espera de una posible contra para empardar la situación y poder llevarse la llave que abra la puerta a la próxima etapa. Así fue que, a los 47’, tras un ataque santo, derivó en un despeje y la pelota le quedó a Maximiliano Páez, quien metió una corrida de 40 metros y definió en soledad debajo de un arco desguarnecido tras dejar en la corrida a Rodríguez. Festejó Rivadavia, gritó su gente y el banco explotó.
El Verde, que sabe de partidos decisivos, sigue protegiendo su invicto y avanza rumbo a semifinales donde se enfrentará a Argentino para llevar nuevamente sus aspiraciones de la corona. Santoni y los suyos caminan tranquilos rumbo a la siguiente etapa… el campeón ya conoce el camino.
Rivadavia de Arroyo Cabral será el único representante de la región en semifinales. Los otros tres son de Villa María: Deportivo Argentino, Alumni y Universitario. Estos cuatro clubes, vale indicar, han logrado el título en nueve de los últimos 14 campeonatos del fútbol local.
La figura – Maximiliano Páez
Un nueve de área. El Ojito supo capitalizar la pelota que le quedó y la mandó a guardar. José Luis “Peto” Villagra (foto) sumó jerarquía en el mediocampo.
Por el lado del local se destacó la tarea de Juan Medina, quien defendió, pero también voló hasta el área de enfrente llevando peligro.
El cordobés cumplió una tarea regular. Amonestó bien, pero muchas jugadas ameritaban al menos una amarilla más, pero jamás la sacó. Por momentos permitió un juego brusco en un partido caliente.
Tadeo Albiero – “Fue una serie complicada”
Después de una serie ultra complicada, y ser el único con peor preclasificación (6 contra 3 el rival) que pudo clasificar a semifinales, Rivadavia continúa a paso firme en su afán de lograr el bicampeonato en el torneo local.
Con un 3 a 1 global sobre San Lorenzo de Las Perdices, que se argumentó por su solidez defensiva y la contundencia en sus réplicas, el Verde nuevamente está en el Top 4 del torneo local, donde se medirá con Deportivo Argentino, en choque de invictos y candidatos al título.
Por lo pronto, el atacante Tadeo Albiero (foto), quien llegó como refuerzo para este campeonato, reconoció que “el partido y la serie se presentaron complicados. Y más cuando ellos hicieron el gol. Pero era cuestión de esperar, estar atentos y hacer un trabajo inteligente. Por momentos lo hicimos y, más allá del gol de ellos, pudimos sostener el invicto, que también era el objetivo”.
“Estamos contentos por la clasificación y pensando en las semifinales. Se viene Argentino, que será un rival dificilísimo, al igual que lo fue San Lorenzo, que ganó su zona y, en los cruces, tanto en Arroyo Cabral como acá, demostró que juegan bien y tienen jugadores muy rápidos”, manifestó.
Y, por último, señaló que “Rivadavia sabe a lo que juega. Somos un equipo aguerrido, duro, que lucha cada pelota como si fuera la última. No sé si seremos vistosos o no, pero nuestro potencial es ser inteligentes y tratar de ganar los partidos, que es lo que nos llevó hasta dónde estamos”.
Otro de los que brindó sus palabras fue Maximiliano Páez, quien desde el banco es una carta muy productiva que tiene Marcelo Santoni. El Ojito, tal cual sucedió en el partido de ida, volvió a marcar un gol determinante, sentenciando el 1 a 1 que liquidó la serie. “Me tocó hacer el gol, otra vez. Pero estuvo difícil, apenas entré me ahogué, me tomé un respiro y pude meter esa corrida al final para asegurar la clasificación”.
“Pensé que íbamos a resolverlo más rápido; pero al final pudimos aprovechar un error de ellos. En la semana laburamos mucho en proteger el 2 a 0 y salir de contraataque”, agregó.
Franco Herrera – “No se nos abrió
el arco en Cabral”
El entrenador de San Lorenzo de Las Perdices, Franco Herrera (foto), puntualizó que la falta de contundencia en Arroyo Cabral, en el partido de ida, resultó ser determinante en la definición de la serie ante Rivadavia y además comentó que “no estaría muy contento si fuera el técnico de ellos”, en referencia a la forma de juego del rival.
“Jugamos a nuestro estilo, generamos mucho, tuvimos la mala suerte de que no se nos abrió el arco en Arroyo Cabral, y el rival se hizo fuerte atrás. Esta vez, les salió bien a ellos”, comentó después de la eliminación, que resultó ser la segunda consecutiva para Puli en esta instancia, dirigiendo a conjuntos y con los equipos de Arroyo Cabral: Colón (el año pasado) y Rivadavia.
También explicó que “al último tomamos riesgos porque ya nos quedaba más tiempo -ante el gol del empate-. El rival se cerró todo el tiempo, juegan a eso y no estaría muy contento si fuera el técnico de ese equipo. No por los jugadores que tiene, porque son muy buenos, el tema es por la propuesta”.
“Cada uno se siente feliz con diferentes cosas, yo con el juego que hacen mis jugadores, así salga o no, y me voy contento”, concluyó.