Barrio La Calera – El jueves a la noche, por última vez

Entran, rompen, roban, venden lo que sustraen y nadie hace nada. Una mecánica que se repite en el barrio, aseguran desde la empresa damnificada

Una vez más, la fábrica de bloques de cemento, Blocks Villa María SA, ubicada en Granaderos Argentinos y Juárez Celman, en el barrio La Calera, fue una vez más blanco de los ladrones.

Esta vez, el robo fue perpetrado el jueves por la noche y, más allá de algunos destrozos, lo sustraído se limitó a dos baterías; una de una camión y otra de una pala mecánica, piezas valuadas entre $4.500 y $5.000.

Hasta aquí, no pasaría de ser un hecho de vandalismo y raterismos en pequeña escala, aunque no por eso, menos reñido con la ley.

Sin embargo, ya pasan las 25 veces en que los ladrones hacen de las suyas en el galpón de esta pequeña empresa familiar. Y siempre con la misma mecánica: saltan el portón, rompen puertas y ventanas, se llevan baterías de los vehículos o las cubiertas de los mismos, y algunas herramientas. Luego, rápidamente reducen el botín, vendiéndolo incluso en algunos talleres mecánicos del mismo barrio.

A modo de ejemplo, Claudio, empleado que trabaja en la oficina de la Pyme, comentó que “hace unas dos semanas, nos robaron una grasera (herramienta que sirve para engrasar motores), y la vendieron en un taller cercano al que nosotros le llevamos vehículos a reparar. Es decir, que la encontramos. El dueño del taller la compró sin saber que era nuestra”, comentó en diálogo con EL DIARIO.

El mismo trabajador narró que “a una de las dos baterías que nos robaron el jueves la encontramos horas después tirada en un descampado, cerca de la bloquera”.

“Los ladrones están identificados, son siempre los mismos  chicos. Los vecinos vieron los movimientos el jueves, pero  nadie hace nada. La Policía viene, pero después no detienen a nadie. Creo que tampoco pueden hacer nada. Los ladrones entran, se llevan las cosas y las venden por $30 o $40, una cosa que vale $3.000 o $4.000, antes que nadie pueda reaccionar”, señalaron desde la empresa damnificada.

Sin embargo, algo se puede hacer. Para empezar, sería bueno que nadie compre elementos que, si se ofrecen a tan bajo precio, claramente, son mal habidos. Si no hay mercado negro, se reduce el riesgo de robo.