Le reventaron la puerta y se llevaron alrededor de 50 prendas de vestir para hombre
La dueña del negocio se quejó amargamente y desistió de hacer la denuncia porque asegura que nunca encontró respuesta de la Policía
Una pilchería barrial fue ayer, por décima vez en los últimos años, blanco de los ladrones. Se trata del negocio de Nancy Casasnovas, ubicado en Sarmiento 2963, en el barrio Bello Horizonte, frente a las 400 Viviendas. Allí, en horas de la madrugada, el o los delincuentes, reventaron la puerta de vidrio y se llevaron alrededor de 50 prendas de vestir de hombre, lo cual supone ya un importante capital.
Sin embargo, no es la ropa lo que más lamenta Nancy, sino la misma puerta, que es muy costosa para reponerla.
Visiblemente cansada, amargada, casi vencida, Casasnovas dialogó con EL DIARIO y relató el calvario por el que ha pasado en los últimos tiempos, a merced de los delincuentes y sin encontrar respuesta donde debería: en la Policía, que vale mencionar, no informó en su parte de prensa sobre el robo, tal como lo ha venido haciendo como política comunicacional.
“Con esta es la décima vez que nos asaltan. La última vez había sido el 13 de enero del año pasado. Nos reventaron el vidrio, lo sacaron completo de un lado. Y ahora reventaron la puerta, toda. Entraron y robaron más de 50 prendas; todas prendas de vestir, de hombre, de tamaño grande. O sea, debe ser una persona de contextura física grande”, comenzó relatando Nancy.
“La Policía me dijo que vaya a hacer la denuncia; lo cual no me soluciona nada, porque el único hecho que esclarecieron fue uno en el que entraron y le pusieron el revólver en la cabeza a la chica que estaba acá, porque hubo un policía retirado que estaba acá en ese momento. Después, de todos los otros hechos, nunca se supo quién era y ni siquiera te avisan qué pasa. O sea que es ir al vicio a hacer una denuncia”, agregó la comerciante.
“No tengo ni la más remota idea de quién puede ser; porque si tuviera idea, iría y lo buscaría yo misma, aunque después fuera presa. Porque estoy cansada. El daño material que hace es grande, no solo por las prendas, sino por el vidrio, que el costo que tiene es alto. Y éste no es un local en el que se venda una barbaridad. Y en esta época, menos, y hay que afrontar semejante gasto. Es un negocio de barrio…”, se quejó con amargura Casasnovas.