Ocurrió ayer a la mañana, temprano. Un vecino sintió el estallido de la puerta de vidrio, se vistió, bajó hasta el local y dio aviso a la Policía. Los ladrones ya habían huido

A las 6.30 de la mañana de ayer los vecinos de la calle Catamarca al 400 despertaron sobresaltados por un gran estruendo que se escuchó en la cuadra. Más precisamente a la altura del 425, donde está emplazado el local SG Peluquería, propiedad de Silvana González.

Habían entrado los ladrones, que en menos de un cuarto de hora revolvieron una oficina, se llevaron unos mil pesos en efectivo, varias tijeras, dos secadores, una planchita, tres máquinas de corte y una patillera.

Mientras los delincuentes hacían de las suyas, un joven vecino que vive arriba del local de la peluquería, quien se despertó sobresaltado por el estallido, atinó a mirar por la ventana, vestirse con lo primero que encontró y bajar apresuradamente para dar aviso a la Policía.

Sin embargo, no alcanzó a ver a los autores del ilícito.

Poco después llegaron los pesquisas y encontraron en el local el teléfono del hijo de González y por ese medio se contactaron con la peluquera, que no tardó en llegar al lugar.

Según pudo saberse, los delincuentes hicieron palanca en la vidriera contigua a la puerta, también de vidrio, que a pesar de estar reforzada no pudo resistir, ya que la presión ejercida por la barreta hizo estallar la cerradura y ésta a su vez al vidrio. Por allí entraron.

“Los estábamos esperando”

“La verdad es que nos llevamos casi todo y yo nunca dejo plata, porque los estábamos esperando. Hace poquitos días le robaron a una vecina y la semana pasada a otra de la calle Salta, acá a la vuelta”, dijo González en diálogo con EL DIARIO.

“Lamentablemente, así están las cosas, todo el tiempo hay robos en el barrio, de manera que sabíamos que en cualquier momento nos iba a tocar a nosotros”, señaló la peluquera.

“Mi marido había dejado ese poco de dinero en cambio. Supongo que era plata lo que buscaban, porque revolvieron bastante la oficinita que hay atrás y sólo encontraron esos casi mil pesos”, abundó la estilista.

“Lo cierto es que no terminamos de saber qué más nos falta, por ejemplo, la cantidad de tijeras, y si hay algo más, pero el vidrio que estalló debe ser una de las cosas más costosas para reponer”, concluyó González.