Héctor Espina, director nacional del INTA, analizó la problemática de la región: “Si bien estamos en un año excepcional, cuando uno toma los promedios históricos de lluvias no hay un cambio significativo, el problema aparece con los cambios que se dieron en los sistemas de producción”. En este sentido, aclaró: “No se puede decir que la soja es la culpable, en todo caso hay que hablar del monocultivo de la oleaginosa”. Por lo que “es necesaria la rotación de cultivos para conservar el capital suelo”, aseguró. De hecho, el director del INTA puso el foco en la incorporación de los cultivos de invierno, como el trigo, a los sistemas agrícolas. “Las obras de infraestructura, como los canales que ayudan a conducir el agua de la superficie, son importantes”, expresó. “Sin embargo, en el caso puntual de lugares con pendientes muy débiles como la zona pampeana, esas obras ayudan a sacar el agua de la superficie, pero no la que está en las napas”, aclaró. La incorporación del trigo en los esquemas de doble cultivo resulta fundamental debido a que absorbe hasta 500 milímetros de agua. “Donde hay doble cultivo con trigo, se nota cómo baja gradualmente la napa”, ponderó Espina.
Por esto, para lograr mayor sustentabilidad de los sistemas productivos pampeanos, “la incorporación de cultivos de invierno como trigo, cebada o centeno deberán ser parte de los planteos agrícolas para la campaña que se inicia”, recomendó Fernando Martínez, jefe de la agencia del INTA en Casilda.