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¡Sale y vale!

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¡Sale y vale!

“Quico” Servetti, gran figura, festejó dos veces en los primeros dos minutos y marcó otro más en el primer tiempo para darle una clasificación histórica a Playosa, que eliminó con el 3-0 a Sportivo Pozo del Molle. Más de mil personas coparon la “Casa Blanca”

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Escribe: Juan Manuel Gorno

Difícilmente alguien sea más influyente que Jorge Servetti en esta definición del campeonato.

En apenas dos minutos, Sportivo Playosa salió a “matar” a Sportivo Pozo del Molle con el hombre que considera su “as de espada”, revirtió la serie de arranque y terminó goleando 3 a 0 para desatar una fiesta multitudinaria, siempre con Servetti en la cresta de la ola y erigido como “el hombre” del domingo, sin discusiones.

Más de mil personas atestiguaron la tarde magnífica del diez, que no fue otra que la tarde magnífica de todo el equipo conducido por Germán Vicario.

Tal vez nada hubiese sido igual si la euforia no se desataba en el inicio mismo del partido.

Al minuto de juego, el diez del “Albo” rompió la defensa rival con un pique, habilitado por Diego Gabetta, entonces quedó solo, eludió al arquero y la empujó al gol. En la desesperación por sacarla, Carlos Carrera la tocó con la mano, pero antes de la sanción del penal, Fabricio Gerbaldo la metió en contra.

El árbitro, Cristian Rivadera, finalmente le dio el gol a Servetti, que salió a celebrar con los suyos y embaló a todo Playosa, poniéndolo de pie.

Sportivo Pozo del Molle, que había ganado 2-1 en la ida, sintió el impacto tan fuerte que ni siquiera ordenó su cabeza y mucho menos su defensa.

En la jugada siguiente, a los 2 minutos, una acción de Claudio Andrada y un regalo mollense volvió a poner a Servetti de cara al gol. Y “Quico” mostró nuevamente su calidad, encarando por derecha para rematar cruzado y establecer el 2-0. Y así, con dos instantáneas imágenes en el amanecer del partido, el pasaje a las semifinales cambió de mano en una serie que se presumía muy pareja.

El semblante de los dos equipos fue totalmente distinto. Los de Vicario se dedicaron a mantener la concentración en la recuperación de la pelota, neutralizando a los jugadores que podían lastimar en el equipo de Sánchez.

La idea de no darle opción de pases a Daniel Ramírez, en la zona de gestación, fue tan eficaz como la de cortarle todos los caminos a Gustavo Rodríguez. Por eso el “Rojo” quedó aislado en algunos lugares de la cancha y careció de profundidad para levantar su imagen, más allá de extrañar al suspendido Nicolás Gayoso.

Sin embargo, lo más grave del conjunto visitante no fue solamente la falta de ideas para generar situaciones de riesgo, sino sus desatenciones defensivas, a veces marcando muy en línea con sus últimos cuatro hombres, y con timidez por parte del pibe Carrera para tomar a Servetti, que lo dejó desairado en cada avance.

En ese contexto, un dato curioso: un equipo que viene de ganar en la ida, recibe dos goles casi de contragolpe y en el inicio de la revancha. Un pecado futbolero.

 

Más del diez

Hubo un momento para el “Rojo” a los 28 minutos, cuando el “Pescadito” Rodríguez remató de tiro libre por encima de la barrera, pero la pelota salió besando el palo derecho del arco defendido por Fabricio Garetto.

De ahí en más, el visitante tardó en pisar el área rival, mientras Playosa intentó siempre de ser expeditivo en defensa y prolijo en el medio, con un Gabetta importante para abastecer a Servetti y Andrada.

La claridad conceptual del “Albo” le rindió rápidamente más frutos: a los 37’, Servetti –siempre con libertad para complicar desde afuera con diagonales– se encontró en el área, por izquierda, y le tiró una nueva gambeta a Maggi, que lo bajó con un manotazo, cometiéndole penal.

Para completar el trío de goles, “Quico” definió fuerte desde los doce pasos y amplió el marcador para aumentar la fiesta en la tribuna de cemento, con los hinchas cantando “que de la mano de Vicario…”.

Antes del cierre de la primera etapa, Sportivo Pozo del Molle tuvo una oportunidad para descontar y el pibe Turaglio la desperdició, cayéndose en el área cuando se aprestaba a definir.

El DT Sánchez intentó modificar el panorama con los cambios en los primeros minutos del segundo tiempo y encontró más posesión con el ingreso de José Bollatti. No obstante, todo fue en vano porque Playosa se plantó bien en defensa, con buenas actuaciones individuales de los que “no tenían que complicarse”, entre ellos, el arquero Garetto.

Nervios, demoras, golpes y poco juego se vio en ese período final, cuando los mollenses fueron los que más intentaron y, sin embargo, las situaciones más claras fueron del “Albo”, por un remate en el travesaño de José Aimar y un tiro de emboquillada de Guillermo Piva, que salió apenas por arriba.

En los últimos minutos, sólo quedó tiempo para la salida de Servetti, cargado de aplausos y elogios, en una tarde que no fue absolutamente suya –por el sacrificio de sus compañeros–, pero que será recordada por él, más que por cualquiera.

LA FIGURA: Jorge Servetti: El 10 de Playosa tuvo la tarde soñada, de principio a fin. Resultó un fantasma para la defensa mollense, que no lo frenó nunca, y también para Maggi, que perdió en dos gambetas ante el atacante.

EL ARBITRO: Cristian Rivadera: El cordobés estuvo bien en lo disciplinario, bien apoyado por sus asistentes y sacó adelante un partido complicado. Entre sus errores, le faltó adicionar más minutos (el partido estuvo muy cortado) e impidió un ataque mollense, frenando el juego por un jugador que estaba afuera de la cancha y debió hacerlo seguir.

Jugadores y allegados celebraron con una foto grupal la clasificación y haciendo referencia a la goleada
Jugadores y allegados celebraron con una foto grupal la clasificación y haciendo referencia a la goleada

Jorge Servetti: “El primer tiempo fue único”

Abrazado por sus compañeros, ovacionado por la colorida hinchada del “Albo” y elogiado por todos. Lo de ayer fue realmente consagratorio, lo que brindó Jorge Servetti, autor de todos los tantos en la goleada de Playosa que significó la clasificación a las semifinales del Torneo Apertura.

Y “Kiko” saltaba y festejaba como un hincha más, dejando de lado ese cartel de “as de espadas” del que habla todo el pueblo “albo” y que, sin dudas, lo ratificó con su actuación de ayer; es que, realmente la descosió junto a sus compañeros, para obtener un pasaje anhelado, soñado y tan buscado en los últimos años (con la de ayer, fue la sexta instancia de cuartos de final que viene sosteniendo Playosa).

Por lo que, entremedio de los festejos, Servetti habló con EL DIARIO y remarcó que lo visto en “el primer tiempo fue único”, tanto a nivel personal como colectivo y agregó: “Aprovechamos todas las oportunidades que tuvimos”.

“Después aguantamos correctamente la ventaja, algo que nos faltó en otros partidos, y aseguramos el triunfo”, describió a continuación, pero luego volvió a destacar ese eficiente comienzo: “Fuimos determinantes y eficaces. Realmente, en las primeras tres situaciones que tuvimos las concretamos y eso es lo que vale”.

Por su parte, mostró su felicidad por romper el “maleficio” de los cuartos de final: “Es la sexta vez que jugábamos esta instancia y logramos pasarla y justamente se dio en un clásico, por lo que vale doble”.

“Esta vez se dio porque estamos más unidos que nunca”, apuntó el atacante, quien ya pensando en lo que viene pidió “jugar como hoy (por ayer); se vienen más finales y hay que vivirlas como tal”.

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Germán Vicario: “Los jugadores sacaron a relucir el potencial que tienen adentro”

Cambian los equipos, pero lo que no se modifica es el nombre de Germán Vicario en las instancias finales de nuestro fútbol doméstico. Es que, el entrenador tiopujiense, que viene de consagrarse bicampeón con Yrigoyen el año pasado y ya logró un título con Atlético Ticino, ahora volverá a estar en semifinales con Sportivo Playosa, al que llegó en este semestre y le brindó su trabajo para que el “Albo” logrará meterse entre los cuatro mejores, luego de muchas amarguras.

Por lo que, en un principio, mostró la satisfacción por la clasificación: “Estoy contento porque aunque nos fueron a buscar quisimos estar acá y hoy (por ayer) los jugadores nos dieron una muestra de garra, temple y sacaron a relucir todo el potencial que tienen adentro”.

A continuación, describió el trámite: “Si bien siempre uno quiere lograr esos goles al principio, lo que habíamos hablado era mantener el cero en nuestro arco para mantenernos vivos porque llegadas tenemos, el gol iba a darse y sólo hacía falta acomodar algunas cositas; de todas maneras, me sorprendió lo del principio, el viento tal vez les jugó una mala pasada, pero nos pareció un poco lenta la defensa y entonces le jugamos al límite para quedar mano a mano. Era lo que buscábamos”.

En otro punto, destacó otra vez a sus jugadores y al proceso que viene sosteniendo en los últimos años: “Les dije a los chicos que se sacaran la presión y la ‘mochila’, que nosotros la afrontábamos porque para eso nos trajeron. Lo que pasa es que este equipo es muy hincha del club, casi el 100% del plantel es de la institución y entonces por ahí juega con algo más y después saben hacerlo con la pelota”.

 

“La verdad es muy grato esto que estoy viviendo en el fútbol porque últimamente me da más alegrías que decepciones y, realmente, soy un bendecido”.

 

“Entonces, seguramente con la gente que estuvo antes, con (Mauricio) Morales o (Nicolás) Aimetta, fueron aprendiendo, nos llegó el turno a nosotros de pasar de serie y estamos muy contentos por eso”, apuntó.

Además, elogió a Servetti y el nivel colectivo: “Es importante y determinante, pero dependemos de todos. Este equipo debía tener el arco en cero y también lo tuvo con una gran tarde de los defensores, a quienes los preparamos para este partido por los pelotazos largos y demás. Seguramente, ‘Kiko’ es el as de espadas y en el cual sabés que, si lo tenés a tu favor, algo te va a sacar a relucir. Es un crack que uno tiene el privilegio de poder dirigir”.

Y tras mostrarse “orgulloso de la gente que nos vino a alentar, me hizo acordar aquellas finales del 99 y 2000, aunque en ese entonces estaba en la otra vereda”, cerró reconociendo a los directivos del club: “Hay un gran acierto de los dirigentes porque no nos dejaron traer más que tres refuerzos cuando nosotros por ahí queríamos uno más, pero lo aceptamos porque ellos conocían al plantel al 100% y acá estamos, jugando una semifinal”.