En un partido de “alta temperatura” por las rojas, penales y polémicas, Rivadavia tuvo todo para ganarlo, no lo liquidó y terminó repartiendo puntos con Juventud, que celebró el 2 a 2 de local por el tanto de Santunione en el cierre del partido
Escribe: Diego Pellegrini (h)
Una tarde de locos. De esas que no le faltan absolutamente nada. Con alternativas de principio a fin, polémicas al por mayor y el resultado abierto hasta el final.
Fue 2 a 2 entre Juventud River de Ausonia y Rivadavia de Arroyo Cabral, con ambos equipos sumando un punto, para seguir en los puestos de privilegio, persiguiendo de cerca al puntero Colón, en la Zona Sur.
Dos expulsados apenas comenzado el partido, dos penales discutidos y un final de alto voltaje, configuraron una tarde fría y lluviosa, con mucho calor dentro del campo.
A los 3’, Eduardo Marzolli comenzaba el partido expulsando correctamente a Juan Manuel Zabala en el local y Nicolás Gayoso en el visitante. Golpes e insultos de por medio hicieron que ambos se vayan para las duchas bien temprano.
El juego se hizo abierto y entretenido, con diez jugadores por bando, pero con poco contenido desde el toque asociado. Las más claras en el inicio estuvieron en una doble de Dino Gagliese, quien primero perdió contra Bernardo Pérez y luego definió por arriba en Rivadavia.
Mientras que en la primera para el local llegaría el penal para el gol de Mayco Rodríguez. Porque un remate del ex-Yrigoyen dio en la mano de Maximiliano Demarchi y el juez marcó penal. Rodríguez la cambió por gol y el partido se puso 1 a 0 (23’).
Pero poco le duró la alegría a la gente del local, ya que a los 34’, una mano en la barrera, tras el tiro libre de Matías Bustamante, decretó el penal para el Verde. Franco Santoni se hizo cargo y el juego quedó 1 a 1, con el que terminarían en el entretiempo.
El complemento comenzaría de la mejor manera para los pupilos de Marcelo Santoni. Jugando con el control de pelota, en campo contrario, rodeando la manzana a su rival.
Y de tanto ir, a los 13’ encontró la profundidad que hasta ahora no. Con Andrés Vincenti bien abierto por izquierda llegó la habilitación para Gagliese, quien definió de primera, entre los centrales, para el 2 a 1 del visitante.
Ganaba el cabralense y estaba bien, el local debía mejorar si quería llegar al empate. Y aquí fue cuando pecó el equipo de Santoni.
Porque en lugar de liquidar el encuentro con las claras chances que tuvo, siempre eligió mal y muchas veces de manera egoísta. Franco Gozzerino tuvo dos nítidas, pero primero la tiró afuera y luego perdió con el uno rival. Tampoco pudo Marcos Berterame, con un disparo de larga distancia, tras una buena tapada de Pérez. Todo alimentaba el perdón de Rivadavia a Juventud y la posibilidad del local de llegar al final con vida.
Y así fue, porque a los 39’, cuando el partido se caía, una pelota parada en los pies de Rodríguez encontró la cabeza del recién ingresado Francisco Santunione, para que Pancho coloque el dos a dos final.
A la salida de este gol, Rivadavia tuvo el tanto de la victoria con la definición al fondo de la red de Nicolás Berardo, pero Marzolli marcó fuera de juego cuando su juez de línea Juan González habilitaba, corriendo a la mitad de la cancha.
Toda la bronca para los de Arroyo Cabral, que no entendían qué había pasado ni cómo se les escapaba el triunfo.
Pero el desenlace estaba claro, el Verde tenía la victoria en el bolsillo y perdonó a su rival. Se le escapó la victoria por Pancho.
El dato
Realmente es digno de felicitar el estado del campo de juego que presentó ayer Juventud, que pareció no haber sufrido el temporal; y también las prolijas y sobresalientes nuevas y mejoradas instalaciones que posee el estadio de la Juve. Para aplaudir.
La figura – Bernardo Pérez
Fue el sostén de Juventud River de Ausonia, cuando su equipo peor lo pasó. Un par de tapadas claves en la primera etapa y otras, en el complemento, cuando Rivadavia buscaba liquidar la tarde.
El árbitro – Eduardo Marzolli
Tuvo una tarde compleja. Comenzó con dos tarjetas rojas correctas a Juan Zabala y Nicolás Gayoso, por agresión. Luego, llegaron los penales dudosos, por dos manos sin intención. Uno para el local y otro para el visitante. Y en el final, un gol anulado a Rivadavia, por fuera de juego, cuando en realidad su asistente marcaba que Nicolás Berardo estaba habilitado.