Escribe Silvina Scaglia LICENCIADA EN NUTRICION
La manteca es una grasa de origen animal obtenida a partir de la leche de vaca y sin ningún tipo de aditivo. En cuanto a su composición química debemos destacar su elevado nivel de vitamina A. Si bien es cierto que los niveles de colesterol que aporta la manteca son elevados, no podemos pensar que su consumo es malo para la salud. El secreto está en regular la cantidad que se ingiere. Por otro lado es altamente recomendable en algunas etapas de la vida (niños, adolescentes en crecimiento y embarazadas), mientras que los adultos deberán moderar su consumo, para que reciban de ella sólo sus beneficios y no sus complicaciones.
La manteca de buena calidad se reconoce por su olor franco y gusto agradable muy particular, de textura firme, es decir no debe gotear ni derretirse.
Muchas personas rechazan la manteca, remplazándola íntegramente por la margarina, el pariente más cercano a la manteca, constituida por agua, grasas, yema de huevo, colorantes y aromatizantes.
Debido a los procedimientos industriales que se le realizan, las grasas poliinsaturadas que poseen, se transforman en saturadas, esto significa que no es tan ventajosa respecto de la manteca.
Recuerde que casi todas las margarinas proporcionan los mismos valores calóricos que la manteca.
”La manteca, consumida con moderación, posee ciertas cualidades que la hacen simplemente única y hasta irremplazable”.
Hasta la próxima…