La histórica cupecita del Turismo Carretera, con la que corriera el piloto villamariense fue adquirida por un fanático de los fierros del sur provincial. La ciudad perdió una de sus históricas reliquias mecánicas
En los últimos días se conoció la noticia que la cupé Chevrolet con la cual Mario Tarducci alcanzó dos victorias en el Turismo Carretera fue vendida.
La familia del extinto Juan Carlos Demattei, de esta ciudad, desde hace algunos años atrás tuvo la intención de desprenderse de este auto que también corriera Carlos Loeffel. Tuvo varios interesados entre ellos el villamariense Alberto Fenoglio (propietario del Museo Don Iris), además de gente de la Asociación Corredores del Turismo Carretera que se llegaron a nuestra ciudad con todas las intenciones de comprarla y exponerla en el Museo del TC que tiene muchos autos de ese tipo en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata, pero ninguno pudo cerrar una operación que fuera acorde a lo solicitado por Griselda Pavón y el resto de la familia Demattei.
Pasó el tiempo, fue publicado en la web de Mercado Libre, en distintas redes sociales, pero tampoco esto dio resultado.
El nuevo propietario
Hace un tiempo atrás, apareció en escena Hugo Perazzo, oriundo de Corral de Bustos, con intención de adquirirla. Su oferta en una importante cifra en moneda extranjera (dólares), le permitió cerrar la operación.
Precisamente, el flamante propietario de la legendaria cupé, tan cara al sentimiento de los villamarienses, dialogó con el programa Vértigo Sport, de Radio Show, y entre otras cosas manifestó: «La compré hace unos meses atrás, pero estoy trabajando en ella, porque había mucho por hacerle. Hacía mucho tiempo que estaba parada y estaba algo deteriorada, aunque son cosas menores”.
“La quiero poner en condiciones lo antes posible para poder presentarla en sociedad. Es una verdadera reliquia. La estoy armando con mucho cariño y no quiero dejar ningún detalle de lado. A los trabajos los hago en mi taller, en la zona rural y en los momentos libres cuando mi actividad de agropecuario me permite. Claro que la prioridad la tienen las cosechas de maíz y soja, que me demandan muchas horas de trabajo y me tienen muy ocupado», resaltó.
Vale agregar que Hugo Perazzo es un amante de este tipo de autos del Turismo Carretera, inclusive tiene otra similar con la cual participó en distintos encuentros y corrió en distintas competencias que se desarrollan en la provincia de Buenos Aires, donde hay muchas cupecitas que se miden en caminos rurales, como acostumbraba el TC, organizado por la Asociación de Cupecitas del Ayer.
Luego del fallecimiento de Juan Carlos Demattei, la cupé Chevrolet que fuera propiedad de Mario Tarducci, pudo se observada en uno de los últimos Rally de Autos Antiguos que se desarrollan en nuestra ciudad y que son organizados por la AVVA. En esa ocasión fue conducida por Enrique Pérez hasta ese lugar para ser exhibida.
Una de sus últimas presentaciones en público fue durante la última edición del Rally de Noetinger (fecha válida por el Campeonato Regional Cordobés). Aquel sábado, cuando se produjo la largada simbólica, fue conducida por un mecánico allegado a la familia y Griselda Pavón, donde recibieron el reconocimiento de la gente y una plaqueta que entregó el intendente Lito Bevilacqua. El homenaje tuvo que ver con que esa cupé Chevrolet fuera conducida también por Carlos Loeffel, que tuvo raíces comerciales en Noetinger.
Reflexión
Seguramente esta noticia no será bien recibida por la afición a los deportes mecánicos de esta ciudad. En varias oportunidades se especuló con que la misma fuera adquirida por la Municipalidad de Villa María y declararla Patrimonio Histórico. Algo similar a lo que ocurrió en Olavarría, donde ese municipio de la provincia de Buenos Aires compró la cupé de los Hermanos Emiliozzi y ahora es exhibida en un museo de esa ciudad.
Pero nada se pudo concretar y ahora la máquina que utilizó el Liche Tarducci para ganar en Lobos y en el Triángulo del Oeste en el año 1966, descansa en un galpón en Corral de Bustos, al sur de nuestra provincia.
Una máquina con historia en el Turismo Carretera
La cupé Chevrolet ’41 de color rojo, ocupará por siempre un capítulo importante del deporte villamariense. Antes de ser adquirida por Mario Enrique Tarducci perteneció a Carlos Walter Loeffel, quien había decidido alejarse transitoriamente del TC.
Al enterarse de la decisión Liche Tarducci hizo una oferta para comprar su auto, un Chevrolet Súper ´41, con mecánica de Aldo y Reinaldo Bellavigna. Estos dos mecánicos continuaron atendiendo la cupecita, luego que la comprara el recordado piloto villamariense.
Para concretar el negocio, Loeffel puso como condición que no se borraran las inscripciones publicitarias del auto, por lo que Tarducci solamente agregó “Villa María” en la trompa y “Transporte Parolina”, en la parte de atrás.
Con esa misma máquina, el 27 de febrero de 1966 (a comienzos de este año se cumplió medio siglo), Liche Tarducci logró su primer triunfo en el Turismo Carretera, cuando la categoría más importante de nuestro país honraba su nombre, compitiendo en diferentes caminos y rutas.
En el inicio de la temporada del 66 Tarducci abandonó tempranamente en la prueba disputada en Firmat, cuando había venido peleando la punta buena parte de la carrera. El piloto villamariense había debutado en enero 1965, durante la “Vuelta de Córdoba”, al comando de una cupé Chevrolet que había pertenecido a José “Pepe” Morán, recordado piloto oriundo de Rufino.
En su segunda carrera del año, en un trazado mixto de tierra y pavimento, Tarducci-Pajón se alzaron con el primer triunfo. La carrera se desarrolló a ocho vueltas, sobre un trazado de 67 kilómetros de extensión donde Tarducci se impuso logrando un promedio de 158 kilómetros por hora.
Con esta cupecita, Mario Tarducci y Miguel Pajón ganaron la Primera Vuelta de Lobos. El éxito se repitió algunos meses después, el 4 de septiembre, en el “Triángulo del Oeste” (General Viamonte, 9 de Julio y Bragado), donde obtuvo su segunda victoria.
Hasta hoy, Tarducci es el único villamariense que ganó en Turismo Carretera y ambas victorias fueron con esa cupecita, en la época de mayor esplendor de esa categoría.