Gustavo Rodríguez dio precisiones sobre la autopsia que realizó al cadáver del comerciante asesinado a mazazos hace casi dos años. Se consolida la hipótesis del “crimen a traición”. Ayer también declararon otros cuatro testigos y concluyó la etapa de recepción de pruebas

El médico forense de los Tribunales de Villa María complicó sustancialmente la situación procesal de Matías Severiano Torres (23), quien está acusado de haber asesinado a mazazos a Walter Ramón “Paty” Pérez (52) la noche del 2 al 3 de junio de 2015 en el bar “El Quincho”, ubicado en la exruta de tránsito pesado.

Al describir y analizar los resultados de la autopsia practicada al cadáver, Gustavo Rodríguez sostuvo que Pérez fue atacado por la espalda en momentos en que se encontraba sentado frente a una mesa, presto para comer, y que recibió al menos 10 golpes en la cabeza y el cuello por parte del acusado, lo que hace presumir que el sangriento episodio fue ejecutado a traición y sin que la víctima pudiera defenderse.

Rodríguez precisó que “Paty” no presentaba ningún tipo de lesión en los brazos ni en las manos, lo que infiere que no luchó con su agresor para evitar el feroz ataque, y al referirse al examen médico al que fue sometido Torres, dijo que tampoco se detectaron en sus extremidades superiores heridas contusas o cortantes que indiquen algún vestigio de choque físico con la víctima.

El informe del forense echa por tierra la postura exculpatoria esgrimida el lunes por el homicida, quien al declarar sobre cómo y por qué se produjo el trágico episodio, dijo que el dueño del bar intentó abusar sexualmente de él y que para eso le colocó un revólver en el cuello y le advirtió: “Si querés comer, primero me vas a tener que co… sin forro”.

Según Torres, era él quien se encontraba sentado a la mesa, preparado para cenar, y que Pérez lo acometió por la espalda y lo amenazó con el arma de fuego con el supuesto fin de mantener relaciones sexuales.

El joven, quien comparece imputado como presunto autor de “homicidio calificado por el vínculo” (el fiscal que instruyó la causa dio por sentado que Pérez y Torres eran pareja), se defendió señalando que con un movimiento de brazos logró que a “Paty” se le cayera el arma al suelo y, ante esa situación, se levantó, fue hasta un asador ubicado dentro del local, tomó una maza de albañil que había allí, volvió sobre sus pasos y le asestó al supuesto agresor sexual varios golpes en la cabeza.

Consumado el homicidio y con Pérez tirado en el suelo en medio de un gran charco de sangre, Torres tomó el dinero que había en la caja registradora y el teléfono celular de “Paty” y se dio a la fuga “porque tenía mucho miedo”.

Cabe recordar que el lunes, al presentar el caso, la abogada defensora de Torres dijo que su cliente cometió el crimen “bajo un estado de emoción violenta” y que actuó “en defensa propia” para evitar ser abusado sexualmente.

Pero los datos aportados en la víspera por el médico forense echaron por tierra el argumento defensivo del homicida y coinciden con la hipótesis descripta el lunes por el comisario Diego Gallo.

Cuando declaró ante jueces y jurados, el funcionario policial (primero en llegar al bar ubicado en Intendente Maciel 982) opinó que al observar la escena del crimen, en base a su experiencia investigativa, se convenció que quien estaba sentado a la mesa era “Paty” y que fue atacado desde atrás.

En otro pasaje de su declaración, el médico forense describió que Pérez sufrió múltiples fracturas en el cráneo, producto de los violentos golpes que recibió en la parte posterior del cráneo, el pómulo derecho y el cuello (“fueron al menos 10 mazazos”, dijo) y que la causa eficiente de la muerte fue “hemorragia cerebral”.

Los otros testigos

Durante esta segunda audiencia, que duró apenas una hora y 20 minutos, también comparecieron los testigos Fabián Alejandro Ambrosio (policía), Gloria del Carmen Torres (prima hermana del padre del acusado), Víctor Hugo Baraldo (familiar indirecto de Matías) y Oscar Alejandro Mansilla (carnicero).

El funcionario policial declaró en relación a un asalto a mano armada perpetrado por Torres y dos menores en la localidad de Arroyo Cabral, el 11 de julio de 2014, que también es materia de investigación procesal en este juicio.

Los restantes testigos fueron convocados por la Defensa y declararon principalmente sobre la personalidad y la sexualidad de Torres, ya que todos dijeron que no observaron ninguna actitud extraña que les hiciera presumir que pudiera ser homosexual.