Juicio abreviado – Fue declarado reincidente y no podrá acceder a la “libertad condicional”
Se trata de Maximiliano Reynoso, quien recibió una pena de dos años de prisión de cumplimiento efectivo por “hurto simple”, “hurto calificado” y “violación de domicilio”. Está detenido desde el 1 de noviembre y deberá cumplir íntegramente la sanción
Un santafesino que desde hace algunos años vive en Oliva, fue condenado ayer en la Cámara del Crimen de Villa María luego que se declarara culpable de dos atracos perpetrados en la vecina ciudad.
Al cabo de un juicio oral y público de trámite abreviado, Maximiliano Sebastián Reynoso (39) recibió una pena de dos años de prisión de cumplimiento efectivo y se lo declaró reincidente porque registraba una condena dictada por la Justicia de Santa Fe.
Por esa razón, Reynoso no podrá acceder al beneficio de la “libertad condicional” y tendrá que cumplir íntegramente la pena impuesta, aunque con buena conducta y una pericia psicológica favorable, tendrá la posibilidad de salir de la cárcel seis meses antes de completar la sentencia si se le concede la “libertad asistida”.
Como está detenido desde el 1 de noviembre del año pasado, al menos estará entre rejas hasta el 1 de mayo de 2019, fecha en la que cumplirá un año y medio de prisión.
Confesó los hechos
A poco de comenzada la audiencia y tras la lectura de la pieza acusatoria por parte del secretario Guillermo Picco, el convicto santafesino admitió ser el autor de los hechos descriptos en la requisitoria, confesión que posibilitó que el juicio se realizara bajo la modalidad de trámite abreviado, por lo que se omitió la recepción de pruebas testimoniales en la sala del quinto piso de los Tribunales locales.
Tras la incorporación de toda la prueba por lectura, la jueza Eve Flores de Aiuto escuchó los alegatos del fiscal de Cámara, Francisco Javier Márquez, y del abogado defensor, el olivense Mauro Alejandro Giovanini, quienes coincidieron en la pena requerida.
Previo al debate, ambas partes habían acordado solicitar dos años de prisión para el caso de que el convicto santafesino se declarara culpable de los hechos que se le atribuían.
La declaración de reincidencia, que también fue incluida en la sentencia, obedece a que Reynoso registra una condena anterior -también de cumplimiento efectivo- por un hecho de “robo calificado por escalamiento”, sanción que cumplió parcialmente ya que a mediados de mayo de 2013 le otorgaron la “condicional” y pudo recuperar la libertad.
“Fue por debilidad”
Al momento de declarar sobre condiciones personales, relató que es pintor de casas y que también se dedicaba a realizar reparaciones hogareñas, pero sorprendió a todos cuando dijo que cursó la carrera de Ingeniería Mecatrónica en la Universidad de Palermo, que además era sonidista y que llegó a trabajar con el desaparecido músico santafesino Leo Matioli.
En esas circunstancias, el fiscal Márquez le preguntó por qué había delinquido siendo una persona capacitada y con estudios, a lo que Reynoso respondió: “Fue por debilidad”. Y de inmediato se corrigió: “Más que por debilidad, por algo espiritual”, tras lo cual agregó que salió de la cárcel de Coronda como pastor.
Los nuevos delitos
Los hechos por los que ayer fue nuevamente condenado se produjeron en la ciudad de Oliva el 21 de abril de 2016 y el 1 de noviembre del año pasado, cuando fue arrestado.
El primero de los episodios delictivos lo cometió en el domicilio María Esther Ferreyra, a quien le sustrajo 600 pesos en efectivo que guardaba en una cartera. Reynoso estaba trabajando en la vivienda y aprovechó un descuido para hacerse del dinero.
Por ese hecho fue imputado como autor de “hurto simple”.
El segundo ilícito ocurrió en la casa del odontólogo Luciano Bragagnini, a la que había concurrido en varias oportunidades para realizar una serie de reparaciones. En fecha no precisada, pero comprendida entre abril y el 31 de octubre de 2017, Reynoso se apoderó de la tarjeta electrónica que se utiliza para dar arranque al automóvil Renault Fluence del profesional.
Finalmente, el 1 de noviembre, luego de ingresar sin autorización al garaje de la vivienda, el ladrón empleó esa “llave electrónica” para arrancar el coche y se fue de viaje. Cuando regresó, horas después, fue detenido en flagrancia.
En este caso, la Justicia le imputó los delitos de “violación de domicilio” y “hurto calificado” de automotor.