Las integrantes de la Pastoral de la Salud realizan un silencioso trabajo yendo cama por cama para llevar la palabra de Dios a quienes están en recuperación en el centro de salud local
Caminan los rincones del Hospital Pasteur, golpean una puerta de pediatría y acercan un rosario a un niño padeciente; se meten por un pasillo, piden permiso y ofrecen una estampita a una mamá que acaba de dar a luz. Siguen andando, no preguntan nombre ni tampoco diagnóstico, y se sientan a orar junto a un paciente de pronóstico delicado.
El trabajo del grupo de mujeres que formar parte de la Pastoral de la Salud es silencioso y permanente, con la sola misión de llevar la palabra de Dios a los enfermos del centro de salud local. Tan en silencio trabajan, que no quisieron dar más que sus nombres.
Desde el Oratorio del Pasteur, una pequeña habitación, en el primer piso, al fondo a la derecha, con todos los elementos de un mínimo templo, Elba resume el porqué de su tarea: “Cuando estamos frente a la muerte todos tomamos conciencia y buscamos el apoyo del Señor”.
Detrás de ella están Estela, Rita, Liliana, Julio y a un costado Cecilia, quien detalla que “el oratorio está abierto las 24 horas, es un lugar adonde vienen muchos familiares, a pedir, pero la Pastoral de la Salud no es sólo este ámbito, también se trabaja en los geriátricos, en casas de familia cuando, por ejemplo, hay una persona postrada, donde hay necesidad estamos”.
Este trabajo lleva mucho tiempo. Comenzaron en el viejo edificio y, estimaron, la primera vez que se dio una misa en el Pasteur fue hace unos 15 años atrás. “Todos los viernes, antes de la misa, venimos y recorremos los distintos servicios, como pediatría, clínica médica, oncología, maternidad, y vamos cama por cama llevando la voz del Señor”, contó Elba.
“El acompañamiento es espiritual al enfermo”, aseguró, y explicó que se dan muchos casos de pacientes que les solicitan la presencia de un sacerdote. Los teléfonos están pegados en una pared. “El sacerdote Alejandro, que nos acompaña todos los viernes, va siempre a los distintos servicios a dar la bendición incluso por pedido de los propios médicos”, remarcó Elba.
Cuando la salud acompaña, quizás el pensamiento religioso muchas veces no es una prioridad. Por eso las mujeres aclaran que “nosotros somos muy respetuosos de las creencias, si hay gente que es de otra religión le ofrecemos orar o sólo lo saludamos”, nadie impone nada, afirman, pero de todas formas, asegura Cecilia, “te diría que el ciento por ciento de las personas nos aceptan con gusto y agrado, e inclusive se ponen contentos con la presentación de una simple estampita”.
Igualmente, no para todos es sencillo recibirlas con la palabra de Dios. Cecilia considera que “la enfermedad pasa por distintos estados o períodos” que explica así: “En un primer momento está la negación de la enfermedad y cuando se comprueba despacito va llegando la aceptación de la enfermedad. Y esa aceptación es la que lleva a las personas a abrirse y buscar algo supremo, porque te das cuenta que vos solo no podés, necesitás alguien que te ayude, y ahí buscan al Señor”.
Una de las cosas que más satisfacción les da, es que su voluntariado cobra valor al entender que han ayudado a alguien porque esa persona está dispuesta a hacer lo mismo. “El que ha sufrido, el que ha estado postrado en la cama, toma conciencia y después quiere ayudar. Es muy importante eso porque nos creemos omnipotentes hasta que caemos enfermos. Hay casos de gente que cuando nos recibió enfermo y salió, después quiere sumarse a ayudar”, concluyó Cecilia.
Colecta de panes dulces y mensajes
Una Navidad para la cárcel
La Pastoral Carcelaria de la Parroquia La Santísima Trinidad lleva adelante una campaña para recolectar panes dulces y mensajes de paz y esperanza que serán entregados a aquellas personas que permanecen privados de la libertad en la cárcel del barrio Belgrano.
Las donaciones se deben llevar hasta el 20 de diciembre a la parroquia más cercana o a La Santísima Trinidad, ubicada en calle General Paz 658.
Además, también hacen retiros a domicilios, para lo cual hay que contactarse vía Facebook con la Pastoral Carcelaria.