Tras el fallo absolutorio, Rubén Quevedo dijo que espera que ahora quede limpia su imagen, dado que pasó años como sospechoso de acosar sexualmente a una compañera de trabajo
“Aprendí con esto que no hay que hablar mal de nadie hasta que se expida la Justicia. Me puse a disposición de Dios y de la Justicia y, por suerte, la sentencia reflejó la verdad”, dijo Rubén “Paco” Quevedo a EL DIARIO.
La afirmación la hizo a poco de que la vocal de la Cámara del Trabajo, Liliana Cuevas de Atienza, consideró que no había cometido acoso sexual en el ámbito laboral contra Ivana Chialvo, la mujer que lo demandó a él y a la Municipalidad. “Hoy, Mojarrita (Fabián Carranza) está pasando lo mismo que yo, espero que también termine bien”, dijo al referirse a otra causa de similares características que se está investigando en el ámbito de la Justicia del Trabajo en Villa María.
“Fueron años difíciles, sufrimos mucho. Hubo personas, no me refiero a Ivana, sino a terceros, que me escrachaban por Facebook y nunca contesté nada. Esperé que resolviera la Justicia”, planteó Quevedo.
“Me hicieron también un daño psicológico y personal. En la escuela de mi hijo, en la casa de mi mamá, se tuvieron que escuchar cosas terribles de mí. Hoy espero que quede limpia mi imagen”, dijo.
“La Justicia no se equivocó. La jueza es una señora, una mujer, y después de escuchar a todos los testigos pudo entender cuál es la verdad. La verdad es que ahora con este fallo estoy muy contento”, agregó.
“No tengo nada contra Ivana. Ella es una mujer y yo salí de una mujer, así que jamás voy a hablar mal de ella”, agregó.
“Soy inocente y así lo entendió la Justicia. Lo que pasó, a mi criterio, es que por mi rol en el gremio (SUOEM) había mucha gente contrera que a lo mejor le llenó la cabeza a la que me demandó”, señaló Quevedo, sin querer dar nombres acerca de a quién se refería.
“Ahora pienso en volver al gremio. En cualquier lugar, arriba o abajo, pero a mí me gusta mucho la labor sindical”, dijo, en alusión a su posible participación en la próxima elección del sindicato municipal, que será el año próximo.
En el fallo absolutorio, la magistrada advierte que Quevedo es proclive a decir piropos y frases de connotación sexual referidas a las partes del cuerpo de la mujer. Al ser consultado sobre el particular, señaló que efectivamente “se hacían bromas como en cualquier lugar de trabajo. Pero es algo normal, se ve hasta en la televisión. Nunca lo hice con mala intención y no era el único. Todos hacíamos esas bromas, jodíamos, tanto los hombres como las mujeres”.
¿Habrá querella?
En un primer momento, algunos medios publicaron que Quevedo analizaba querellar por injurias a quienes lo acusaron públicamente de acosador sexual. “No digo que lo haga, si te digo, te miento. Me voy a reunir con mi abogado para ver qué se puede hacer sobre esas acusaciones públicas. Lo que sí digo es que me duele mucho que escriban esas cosas en Facebook, pero todavía no sé si vamos a hacer algo”, explicó.
“Lo que le voy a pedir al abogado mío (Jorge Olmedo) es que todos los que escribieron mal de mí limpien mi imagen. Por lo demás, esto para mí es una etapa cerrada”, concluyó el exdirigente sindical.
Sobre la agresión contra su casa
Ahora que a su criterio “terminó” la causa por acoso sexual y laboral -es posible que se apele y siga la causa en otra instancia-, Quevedo tratará de que se esclarezca otra situación judicial que lo tiene como denunciante, dado que años atrás fue baleada su casa y él mismo recibió amenazas.
“Presentamos en esa oportunidad todas las pruebas, hasta la grabación de la conversación que tuvimos con el sicario que mandaron a agredirme, que me pedía más plata que la que le daban por balearme, para hacer lo mismo con el que lo había contratado primero”, dijo.
“No voy a culpar a nadie, pero vamos a insistir en la Justicia para que se sepa lo que pasó y eso no quede impune”, agregó.
“Los disparos existieron, tuve un mes y medio un policía en la puerta de mi casa custodiándome. Es un hecho que pasó, están los agujeros de bala en las paredes que lo demuestran. Ahora vamos a esperar, confiando en la Justicia, para que diga quién fue el que me mandó a balear y me amenazó”, concluyó Quevedo.