El reconocido actor Esteban Prol presentó el filme “Bruno motoneta” para niños de distintos barrios de la ciudad
Ayer se realizó la jornada en el Espacio INCAA en tres funciones gratuitas organizadas junto a los MuniCerca
Ni los diez años de ejercicio docente en jardines de infantes ni las varias temporadas como animador infantil fueron opacados o desplazados por su reconocida carrera de actor en televisión, cine y teatro.
Esteban Prol conserva intacto a sus 51 años su histriónico perfil de entretenedor ante el público menudo. Ayer lo pudo demostrar en las tres funciones especiales que se ofrecieron del filme argentino “Bruno motoneta” (donde él participa en un papel secundario), a niños y adolescentes provenientes de distintos barrios de nuestra ciudad.
A las 14, 16 y 18 se proyectó la película que se estrenara a nivel nacional en el mes de mayo y que ya se exhibiera en el establecimiento local durante las vacaciones de invierno en el marco del ciclo “Cine de terror”. Incluso, para esa fecha, había arribado al INCAA el guionista de “Bruno…”, Néstor Petruccelli.
“Disfruté hacer la peli cual niño que vive en mí. Sé que si se apaga ese niño estoy muerto”, comentó el actor a EL DIARIO antes de la primera función. En una charla más bien informal y amena, el exintegrante de “El agujerito sin fin”, “Montaña rusa” y la señal Cablín, valoró la concreción de actividades que apunten a la educación desde la infancia. “Y que se realicen desde el juego que es de la única manera que uno aprende porque jugando perdés el miedo a algo nuevo”. No por nada, a la simple tarea de presentación del filme, Prol le añadió un ejercicio lúdico con una pelota blanda que circuló entre los espectadores.
Actuar de villano
“A la película llegué por el director, Pablo Parés (hermano del genial dibujante Diego Parés)”, contó.
“Lo conocía porque había hecho ‘Plaga zombie’, la primera producción de género de terror de Argentina y creo que de Latinoamérica. Y también yo había participado en otro filme de él, ‘Filmatron’. Me había fascinado cómo trabajaban, el nivel de dedicación y profesionalismo y nos gustaban muchas cosas en común. Por suerte me llamó para esta peli y para hacer de malo, ni más ni menos, que siempre quise hacerlo; además, con una máscara y mucho maquillaje. Lo que también estuvo bueno es que compuse el personaje de extraterrestre en conjunto con Brian Buley (el actor de ‘El marginal’ oficia de su secuaz), entonces inventábamos cosas sobre la marcha”.
Al mismo tiempo, Prol subrayó los contratiempos que padeció la película dentro de un panorama económico y político sobre el sector adverso para el cine nacional. “Cuando terminó la peli me quedé con la sensación de querer hacer un poco más, aún remarcando el genial laburo realizado en el arte y en la dirección. Pero el tiempo de rodaje fue ajustado por el presupuesto que había. Y, además, al momento de exhibirse en salas comerciales nos pusieron en horarios a la tarde durante los días de semana cuando los pibes están en el colegio. Y encima, teníamos que competir con tanques como ‘Deadpool’, ‘Infinity world’ y ‘La isla de perros’. Estábamos en el ‘grupo de la muerte’”, dijo con sorna.
Asimismo, celebró instancias de intercambio con chicos como las plasmadas en la jornada de ayer: “Uno no sabe la semilla que puede plantarse en un chico cuando lo llevás a ver cine”.
De “El agujerito…” a Cablín
Su próximo proyecto también lo tendrá apareciendo en la gran pantalla y nuevamente bajo la dirección de Parés. “La película se llama ‘Soy tóxico’ y se estrenaría en octubre. Pablo me convocó diciéndome: ‘Tenemos los tiempos acotados y no hay otro actor mejor para esto que no seas vos’ (risas). A diferencia de ‘Bruno motoneta’ que es para chicos y donde hay humor y absurdo, este nuevo trabajo es más dramático. Y está bueno porque no es algo habitual que me llamen para algo así aunque ahora terminé de hacer en teatro ‘Casa Valentina’, donde puedo desarrollar también ese perfil. Tal vez por mi vocación de docente de nivel inicial me han dado otros papeles más cómicos, porque siempre me ha llevado a tener un clown en mí”.
De hecho, confesó que cuando comenzó a trabajar en “El agujerito…” -su primera intromisión televisiva-, lo tomaba como una ocupación extra al jardín. Poco después participaría de un casting para una inminente tira diaria solo por el compromiso de haber dicho que sí de antemano. “Me propuse hacerlo mal, de fracasar rotundamente, porque no tenía ganas. Y al final quedé. La tira era ‘Montaña rusa’”.
La llegada a la recordada señal infantil Cablín llegaría a los pocos meses, como parte de la troupe que hacía “El agujerito…”. “Era un delirio y nos encantaba”, rememoró. “Había mucha creatividad porque no teníamos un mango. Inventábamos cosas con lo que tenía a mano. Yo les dije a los productores de ‘Montaña rusa’: ‘Déjenme hacer Cablín porque si no me muero acá’. Al tiempo, Cablín explotó, se pasaba en todos lados y empezamos a ganar premios”.