El Diario en Rusia
Escribe: Gabriel Márquez
ESPECIAL PARA EL DIARIO DESDE RUSIA
Tras un celoso operativo de seguridad, al límite de lo soportable, más de un centenar de periodistas logramos ingresar a la cancha principal en el Bronnitsy Trainning Centre, búnker elegido por Argentina para residir durante esta Copa del Mundo.
Son los minutos finales de una práctica que deja confirmaciones. Cuarto entrenamiento consecutivo con: Caballero, Salvio, Otamendi, Rojo y Tagliafico, Mascherano, Biglia, Meza, Messi y Di María, Agüero. De no ocurrir nada extraño, ese será el equipo del debut.
Al plantel se lo ve de buen ánimo, en armonía. Hay concurso de remates y rotación de arqueros, con algunos protagonistas que prescinden de participar, pero que alientan desde el piso las ejecuciones. Cumplidos los 15 minutos de rigor, los jugadores se marchan al vestuario y Nahuel Guzmán y Wilfredo Caballero brindan la primera conferencia de prensa en Bronnitsy, ante un auditorio completo.
Ambos arqueros coincidieron en resaltar el trabajo que se ha realizado con vistas a la competencia que se viene, y mostraron su satisfacción por alcanzar el sueño de jugar una Copa del Mundo.
Hinchas argentinos
Ya explicamos que el arribo a la ciudad que sirve de hogar para nuestra selección no es de lo más sencillo. Sin embargo, día a día, se produce la llegada de hinchas argentinos que se alejan de la bella Moscú para tener una chance de encuentro con sus ídolos.
Desde Villa Cañás, Miguel, Rubén y Héctor, emprendieron un viaje repleto de escalas (Rosario, Asunción, Lisboa y Moscú) para disfrutar de esta gran fiesta deportiva. Ya en la capital y por Internet reservaron un modesto departamento en Bronnitsy para estar cerca de la selección.
Héctor Bessone cuenta orgulloso que es su sexto Mundial: “Es una experiencia increíble, una vez que fuiste a una Copa del Mundo después no querés faltar más”.
Miguel Giraudo, por su parte, destaca la amabilidad del país anfitrión: “Uno viene con la idea de un país frío pero, y más allá de la barrera que representa el idioma, hasta el momento hemos encontrado una recepción bárbara, con gente buena y predispuesta”.
Finalmente, Rubén Miret se muestra optimista y dice: “Nos quedamos hasta el 20 de julio, pase lo que pase, aunque estamos esperanzados de que argentina haga un gran Mundial”.
El automóvil que los traslada, alquilado en Moscú, está “adornado” con banderas de nuestro país y por supuesto con el nombre de Villa Cañás. Los acompaño hasta su casa y una distracción les cambia el semblante. Al retirarse del departamento , la puerta quedó sin llave y está abierta de “par en par”. Ingresan y … nadie tocó nada.
“Tuvimos suerte, qué viaje de locos”, afirman y ríen.
Messi
Bronnitsy ya tiene el semblante argentino que imaginamos. La proximidad del Mundial le da el color y el calor que el evento requiere. En la calle las vecinas posan con camisetas de los hinchas que llegan a alentar a la Albiceleste y centenares de curiosos se acercan a la sede de la concentración.
En el centro de la ciudad, a solo dos cuadras de la plaza principal, un mural gigantesco de Lionel Messi impresiona. Se trata de una pintura del artista local Eropheev Sergey, que refleja nuestra enseña nacional con el ídolo deportivo, en postura desafiante. Un gran trabajo que se retrata una y mil veces en cámaras y celulares de visitantes y vecinos que circulan por el lugar.
Messi es, casi por unanimidad, la única referencia clara de los habitantes locales. También lo es de los periodistas de los medios internacionales enviados a la cobertura de Argentina. Pocas veces una figura resulta tan excluyente, con tanta diferencia respecto de sus compañeros. Las camisetas Albicelestes no tienen otro número que no sea el “10”, ese dorsal que despierta tantas ilusiones en esta competencia.
Día uno
En pocas horas se pone en marcha el certamen, con el match entre Rusia y Arabia Saudita. En Moscú, sede también del primer partido de Argentina el sábado. La pregunta de la mayoría de los fanáticos por estos lados es: el sábado ¿cómo nos vamos a Moscú?
De no contar con movilidad propia, la tarea parece compleja. En la estación de ómnibus de Bronnitsy, cada 20 minutos, parte un micro que une la ciudad con la estación de metro de Kotel’niki. Es un recorrido de aproximadamente 1 hora 10 minutos, que incluye 37 paradas, sí 37!!. Una vez en la estación de metro, y guiados con un mapa con las distintas líneas existentes, se toma la alternativa más potable para quedar cerca del destino elegido.
Cuentan que las calles de Moscú se asemejan a una gigantesca tribuna, repleta de colores, con cánticos en idiomas diferentes, y por ahora en convivencia y armonía.
Empieza a rodar el balón. Se terminó la espera. Comienza la Copa del Mundo Rusia 2018.