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Sobreviviente y viajera

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Sobreviviente y viajera
Iván posa feliz con Morena mientras otra perrita los acompaña en el predio y espera dueño

Eli e Iván llegaron a Villa María, desde Buenos Aires, con la esperanza de encontrar especialistas para salvar a su perrita y no se equivocaron. Morena, con cáncer, fue atendida y operada con éxito en la ciudad y ahora, junto a sus dueños, espera para seguir de viaje por todo el continente, arriba de la combi 

Iván posa feliz con Morena mientras otra perrita los acompaña en el predio y espera dueño
Iván posa feliz con Morena mientras otra perrita los acompaña en el predio y espera dueño

Todo comenzó hace seis meses, cuando Iván y Eli decidieron emprender un viaje en combi por todo el continente. 

Como no sabían cómo iba a reaccionar su perrita Morena a un viaje así, decidieron que quedara al cuidado de una amiga “en una casa con patio, con una chica que la quiere y cuida tanto como nosotros”.

“Un día, hablando con mi mamá, se le escapó: ‘More ya está bien’. Nosotros no sabíamos nada. “La acababan de operar de un tumor”, nos contó Eli López, su dueña. En ese momento decidieron volver desde Malargüe, Mendoza, donde estaban recorriendo, a Mercedes, Buenos Aires, de donde son oriundos.

Intentaron todo lo que estaba a su alcance pero nada parecía funcionar: “Estuvimos con ella haciendo diferentes tratamientos, de operación en operación, y no resultaba nada. Cada vez iba desmejorando más y el veterinario nos dijo que ya no había nada por hacer, que el tumor había crecido demasiado y  que cuando dejara de comer, había que sacrificarla. Ahí decidimos llevarla a nuestro viaje, si no había nada para hacer, queríamos compartir todo el tiempo que le quedaba”.

“More está con nosotros hace nueve años. Es de la calle y, como digo siempre, ella me encontró a mí porque empezó a vivir con nosotros desde un día que me siguió corriendo. Para nosotros es todo, es la mejor compañera que tenemos. Somos novios hace nueve años, así que es de nuestra familia; era muy difícil pensar que había que sacrificarla, no nos entraba en la cabeza”, recuerda Eli emocionada. 

 

Buscando la esperanza

A pesar de la negativa del veterinario, los dueños de More insistieron y decidieron que viajara con ellos, pero antes de partir nuevamente, consultaron con otro especialista.

“Ahí nos dijeron que si estábamos viajando, aprovechemos y vengamos hasta Córdoba porque en esta provincia están los mejores veterinarios, por la Universidad de Río Cuarto, y había mejor medicina para animales”, nos contó Eli. 

“Así que eso hicimos; ni bien pisamos Córdoba y cuando nos pudimos instalar un poquito, que de casualidad fue en Villa María, fuimos a una veterinaria”, relató. 

More ya estaba mal, no quería comer y lo primero que hicieron fue consultar a Nelson David, de la veterinaria El Fortín: “Nelson fue un genio, la atendió, nos dijo ‘chicos, a esto hay que estudiarlo bien’, le sacó radiografías y vio que era un tumor, pero en ningún momento dijo que no había nada por hacer”.

“Para nosotros era imposible que nuestra perra termine como nos habían dicho. Se nos enfermó en tres meses, no podía ser que tan rápido pasara todo. Con el diagnóstico, nos mandó a ver a Luis Ocampo, de la veterinaria Darwin”, recuerda. 

Había cambiado el panorama: no era bueno pero no era terminante como el que les dieron en Mercedes: “Nelson nos dijo que lo peor que podía pasar era tener que amputarle la patita, pero que ella iba a vivir”.

“Así que Luis Ocampo le hizo chequeos, todos los chicos de la veterinaria se portaron de 10, le hicieron un montón de estudios, transfusiones, de todo y nos dijeron que era un matocitoma y que la perrita estaba en condiciones de ser operada. Nos preguntó cuánto tiempo teníamos en Villa María y le dijimos que el que fuera necesario porque nosotros viajábamos sin tiempo”, explicó. 

“Ahí programó la operación, le sacó el tumor y no solamente eso, sino que siguió usando la pata, porque el riesgo era que no pudiera apoyarla más, lo cual para nosotros, con todo lo que nos habían dicho, ya era mínimo. No lo podíamos creer”, nos contó.

Hoy es otra perra: “Come muchísimo, a veces la tenemos que parar porque quiere saltar. Le cambió la calidad de vida totalmente. Es un milagro que hayamos parado en esta ciudad y nos hayamos cruzado con Nelson y Luis. Uno no se cruza en todos lados a gente así”, expresó Eli muy feliz.

More salió como nueva. “El veterinario pensó que iba a tener que quedar internada, pero la flaca salió caminando como si nada, así que nos dijo que nos la llevemos porque estaba 10 puntos. Para él era mejor que esté con nosotros antes que internada, así que duerme en la combi, la cuidamos con todo lo que tenemos y la hacemos caminar de a poquito”.

 

Todos en la combi

“Además, nos hemos cruzado con buena gente que nos dio un lugar para que More se pueda recuperar. Sandra y su pareja, José Fernández, se enteraron de lo que había pasado y nos consiguieron lugar en el Centro Empleados de Comercio. Dormimos todos en la combi, ella duerme todas las noches con nosotros, tiene su cama, tiene todas sus cosas y la cuidamos ahí. Iván, yo y los chicos que viajan con nosotros, que nos aguantaron estos 15 días que hace que estamos parando acá”, detalló, agradecida.

“No pudimos creer cuando llegamos y dimos tan fácil con gente que nos solucionó y facilitó todo y mejoró la calidad de vida de nuestra perrita tan pronto. Hoy es otra. Podemos disfrutarla todos los días porque está feliz”, expresó.

More hoy se está recuperando, esperando que le saquen los puntos para seguir viaje. Apenas ella esté bien, todos seguirán rumbo a Salta, donde los espera un veterinario especializado en oncología, que les dirá cómo seguir el tratamiento. 

Cuando todo esto quede atrás, continuarán su camino hasta Bolivia, con la ilusión de llegar a México: “La idea es que More vaya y vuelva con nosotros, ahora no la dejamos más. Tenemos una perspectiva de viaje de años”. 

Si querés seguir el camino de More y los chicos, podés hacerlo visitando sus páginas de Facebook: Quovadis Viajera y Otra Kombi por América.

Antes de finalizar, Eli quiso contarle a todos que, en el predio José Riesco del CEC, encontraron otra perrita que, por la enfermedad de More, no puede viajar con ellos: “La cuidamos y la tenemos nosotros. Pero queremos que se sepa que esta perrita está en adopción, a todo el que nos cruce en Villa María, que sepa que esta cachorrita está esperando a una persona que la pueda adoptar” y que, a lo mejor, llegue a sentirse tan feliz y tan completa como Eli e Iván con More.