Demandó que el Estado tenga en cuenta su situación y le brinde la posibilidad de contar con una vivienda. Dijo que no puede trabajar porque una de sus pequeñas se quemó y debe cuidarla permanentemente
Soledad Alvarez (29) llegó a la Redacción de EL DIARIO desesperada. “En pocos días me tengo que ir de donde estoy viviendo con mis hijos. No tengo a dónde irme. Estoy muy angustiada y preocupada”, fue lo primero que dijo.
A su lado se encontraba uno de sus seis hijos, quien cuenta con lesiones por haberse quemado al caérsele encima una olla de agua hirviendo, hace cinco meses. “Por estar con ella es que no puedo trabajar. Viajo seguido a rehabilitación y tengo que cuidarla”, argumentó.
Actualmente, Soledad habita la parte posterior de una vivienda que alquila su madre en calle Gervasio Posadas al 1600. Es de allí que tienen que irse en lo inmediato. “El dueño (del inmueble) lo vendió y ya no alquila más, por lo que tenemos que dejar la casa”, contó.
Cuando llegó a la sede de este matutino, Soledad acababa de retirarse de la Municipalidad.
Explicó que concurrió al Instituto de Vivienda para pedir por un techo y que también tuvo contacto con Nora Bedano, actual titular de Cultura de la provincia.
De acuerdo a sus palabras, la exintendenta le dijo que tenía que buscar una vivienda, “pero no encuentro porque todos te piden dos garantías y yo no tengo, además de un mes de depósito”.
“Son requisitos que no puedo cumplir”, expresó entre lágrimas.
Aseguró que hace muchos años está anotada en la lista de personas que no tienen techo propio y que requieren de la disposición del Estado. “En su momento (el exintendente Eduardo) Accastello me prometió que antes de que nacieran mis mellizos iba a tener mi casa. Yo estaba embarazada. Nunca cumplió”, manifestó quebrándose por el llanto. “Me acuerdo y me da mucha tristeza”, agregó.
Los mellizos tienen hoy 6 años. Además, Soledad es mamá de otros chicos y chicas de 13, 11, 3 y 1 año.
Desde hace un año habitan el inmueble de calle Gervasio Posadas. “Es un espacio de chapa y de madera, tiene dos piezas, una cocina que se llueve por dentro y un baño”, describió.
“En estos días tuve que dejar a dos de mis hijos con su padre, porque no puedo más”, dijo.
“En el barrio Felipe Botta me ofrecieron algo, pero sale 4 mil pesos por mes, me piden dos garantías y el mes de depósito”, graficó.
“El 2 o el 3 de marzo me tengo que ir. Y no sé a dónde nos vamos. No tengo ni siquiera para comer”, finalizó con amargura.